La emisión de deuda por las empresas españolas no financieras se disparó un 61% a lo largo de 2020. Con el objetivo de contar con colchón suficiente como para amortiguar el peor azote de la pandemia de la Covid-19, llevaron a cabo colocaciones de bonos y otros instrumentos por un montante total de 26.725 millones de euros.
Aunque el mercado permaneció cerrado para las empresas españolas entre finales de febrero y marzo, el resto del ejercicio la actividad fue frenética para construir colchones de capital aprovechando los bajos costes de financiación consecuencia de la contundente intervención de los bancos centrales. Y también por parte de las administraciones públicas, como recogen las cifras presentadas por Société Générale este miércoles.
La necesidad y la oportunidad se convirtieron en las claves para que “las empresas hayan aprovechado para financiar, refinanciar y construir colchones de capital”, según ha explicado Fernando García, director de mercado de capitales de Société Génerale España. Así se explica el fuerte incremento registrado en el último año frente a los 16.600 millones de euros emitidos en el ejercicio precedente.
Iberdrola lidera
Al frente de este grupo, la compañía que con más fuerza recurrió a esta vía para reforzar su capital fue Iberdrola, que a través de cuatro operaciones captó 3.910 millones de euros. Muy cerca, las dos siguientes del ranking de esta categoría: Repsol, con 3.850 millones a través de cinco emisiones, y Telefónica, con 3.500 millones en otras cuatro colocaciones.
Con estas cifras, García estima que “los volúmenes probablemente sean inferiores este año”, ya que en 2021 “se ha emitido más de lo necesario”. También ve factible una pequeña contracción en los volúmenes de emisiones de la administración pública, que a lo largo del año de la pandemia elevaron un abismal 106% su emisión fuera de calendario.
Emisiones públicas
Este drástico incremento hizo que el sector público se haya convertido en protagonista de un 55% del total emitido en España a lo largo del pasado ejercicio. Nada menos que 58.350 millones de euros frente a los 28.290 millones de 2019 en los que también se combinó la necesidad de nutrir las arcas públicas para atender el gasto derivado de la pandemia con la oportunidad de aprovechar el escenario de bajos tipos impuesto por el Banco Central Europeo (BCE).
El Tesoro Público fue la institución más activa en este segmento, con la emisión de deuda por 52.000 millones de euros en cinco operaciones fuera de calendario. Entre estas operaciones, cabe destacar la colocación por primera vez de bonos a diez años con tipos negativos y la subasta sindicada más abultada de la historia, que en abril captó por sí sola 15.000 millones.
La Comunidad de Madrid ocupó el segundo puesto, a una más que significativa distancia en la tabla. La región capitalina captó a lo largo del año pasado 1.950 millones de euros a través de dos operaciones en el mercado. Además, Société Générale destaca la emisión por 500 millones de euros del primer bono social Covid por parte del Instituto de Crédito Oficial (ICO) en mayo.
En sentido contrario, el sector financiero redujo un 37% sus emisiones hasta los 21.700 millones de euros frente a los 31.550 millones del ejercicio precedente. Carlos Cortezo, responsable de mercado de capitales para instituciones financieras de Société Générale, ha señalado que “con la pandemia se dejaron de emitir cédulas hipotecarias y las emisiones se centraron en capital regulatorio”.
Sector financiero
Al frente de este grupo, Banco Santander fue el más activo con un total de ocho operaciones en las que captó 9.000 millones de euros, un 41% del total conseguido por las entidades financieras. En bonos sociales, las pioneras fueron BBVA y CaixaBank, con emisiones por 1.000 millones cada una.
Por lo que se refiere a bonos verdes, los protagonistas fueron Bankinter, Banco Santander, CaixaBank y BBVA con emisiones por un total de 3.750 millones de euros. En este sentido, el estudio presentado por la entidad financiera gala señala que estas emisiones siguen gozando de un mayor apetito inversor que se traduce en un ahorro de costes para el emisor de entre cinco y 10 puntos básicos.
De cara a este 2021 que acaba de comenzar, Cortezo vaticina el regreso de las entidades medianas. En este sentido, señala a la reciente emisión de CoCos por parte de Abanca que tiene previsto su cierre precisamente en la jornada de este miércoles 20 de enero.
Fondos europeos
En cuanto a las posibles tensiones sobre la deuda soberana española, Jaime Sanz, responsable de asesoramiento de rating para estados soberanos de la entidad, ha señalado que “en ningún caso se espera una bajada de calificación”. Y eso que reconoce que el hecho de S&P tenga la nota más alta acompañada de una perspectiva negativa supone “una amenaza”.
Sin embargo, no cree que esta sea la cuestión más importante a dirimir sobre la economía española en los próximos meses. En su opinión, esta pasa por “la capacidad del país para absorber y usar adecuadamente los fondos estructurales europeos”. Una asignatura pendiente de la mayoría de países de la región en la que España destaca a la cola.
Ante la previsión de que el PIB suba un 4,8% en 2021, Sanz lamenta que “España se ha dejado encima de la mesa un 65% de los fondos que se le han venido asignando desde Europa”.
Con una capacidad de absorción de solo el 35% frente a una media comunitaria del 56% que encabezan países como Irlanda, con cerca de un 80%, el país corre el riesgo de sufrir una penalización económica más profunda que sus vecinos por falta de aprovechamiento de estos fondos Next Generation.
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