Las acciones de Repsol llevan corrigiendo prácticamente un mes desde que marcasen máximos anuales en la zona de los 11,20 euros. Desde entonces vienen marcando una clara pauta de máximos y mínimos decrecientes que se ha llevado por delante, en primer lugar, la media móvil de medio plazo y posteriormente un nivel de pivote importante en los 10, 27 euros.
Este hecho, le llevó a testear el importante soporte de los 9,57 euros el pasado jueves y que coincide con los mínimos del pasado 20 de abril. De momento, desde entonces está en pleno proceso de reacción alcista, sin embargo, éste no parece que tenga mucho ímpetu de vocación de durar mucho.
Por lo tanto, debemos estar muy atentos a una supuesta pérdida de los mínimos del pasado jueves en los 9,57 euros ya que de esta manera se generaría una clara figura de doble techo cuyo potencial de caída nos acercaría a la zona de los 8,15 euros.
Como es lógico, para que veamos este escenario una de las primeras cosas que debe ocurrir es que continúe la clara pauta de máximos decrecientes que viene desarrollándose desde hace un mes y que se va confirmando también con nuevos mínimos decrecientes.
Mención especial debería hacerse en la zona de los 9 euros que es muy probable donde se tropezaría la cotización de los precios con una media móvil de largo plazo que seguirá desplegándose con pendiente positiva y que ahora está todavía en los 8,865 euros.
Por debajo de ellos, también tenemos una resistencia clara que dejó en los primeros compases del presente año en los 8,75 euros y que hora pasa a tener el rol de soporte.
La única forma que existe para evitar este escenario correctivo pasa por poner en entredicho la pauta de máximos y mínimos decrecientes, es decir, necesitamos ver cotizaciones en las acciones de Repsol por encima de los 10,10 euros. Mientras esto no ocurra, el riesgo de acabar viendo el escenario correctivo descrito es elevado.