El cambio de política monetaria que va a hacer la Reserva Federal estadounidense implica que va a ver una desincronización con el resto del mundo y con ello, se está generando una fuerte demanda de dólares que está poniendo en aprietos a unos mercados emergentes ya de por sí débiles.
Y es que el Hang Seng por poner un mero ejemplo ha cerrado esta semana en una situación muy comprometida -por decirlo de alguna manera suave- y que me recuerda a lo vivido hace ahora 6 años.
Además, la combinación de las crecientes restricciones impuestas a las empresas chinas por las autoridades del país junto con las restricciones estadounidenses a las empresas chinas están sangrando a casi todos los valores chinos y por extensión a los de los mercados asiáticos.
Con la noticia de la reducción gradual de compras de bonos, los rendimientos de los bonos estadounidenses colapsaron debido a que las expectativas de inflación cayeron en previsión de una política monetaria más estricta. Esta disminución en los rendimientos de los bonos era precisamente lo opuesto a lo que esperaban la mayoría de los expertos, ya que suponen que la Fed es la única que compra bonos del Tesoro. En otras palabras, todavía no entienden el funcionamiento del mercado de bonos.