¿Y si nos interesara que a China le fuera un poquito mal?
El origen de las presiones inflacionistas en Occidente procede en gran parte de Oriente.
28 septiembre, 2021 02:42Noticias relacionadas
China es el principal consumidor de muchos productos, debido a su gran población y a su crecimiento económico. Esto hace que sea el actor principal en la demanda mundial de muchas materias primas.
No es un país muy rico en recursos por lo que la mayoría lo importa, y como a su vez es la fábrica del mundo, lo exporta como producto elaborado.
Los bajos salarios chinos y su bajo nivel de consumo han garantizado que estas exportaciones fueran muy competitivas en precio y han funcionado como un elemento deflacionario durante años en todo Occidente.
Sin embargo, su mejora económica y la reactivación temprana de la actividad allí, al recuperarse los primeros de la crisis provocada por la pandemia, han convertido su efecto en inflacionario.
Todo lo que procede de China viene más caro que antes de la pandemia, tanto en origen como por el transporte.
Materias primas
Incluso lo que no es de allí, también se ha encarecido por la mayor demanda de materiales que su impulso económico está provocando en un país tan poblado.
A veces una imagen vale más que mil palabras, y esta es una de ellas. Este es el porcentaje de materias primas consumidas por China sobre el total mundial:
Son datos prepandemia. Ahora las cifras seguramente sean mayores, especialmente las de consumo energético.
Las autoridades chinas se lo están tomando en serio, la prohibición de la minería de criptos de mayo parece que buscaba bajar el consumo energético.
Pero eso no evita para que, por ejemplo, se pueda establecer una relación causa/efecto entre la mayor demanda de gas natural en China y la subida de los precios de la luz en España.
Sube la luz en España en parte por China
¿Parece disparatado? Puede, pero recordemos que vivimos en una economía globalizada y todo, o casi todo, está relacionado.
En su último informe trimestral, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló que el consumo de gas natural (GNL, la L de licuado para su transporte) a nivel mundial subirá un 3,6% este año y un 1,7% de media en los tres siguientes ejercicios.
De manera que para 2024, la AIE pronostica que el mundo absorberá cerca de 4.300 millones de m3 de gas, es decir, un 7% más que en 2019, antes de la pandemia.
El motivo es que el gas se utiliza cada vez más para sustituir a otros combustibles más contaminantes, como el carbón y el petróleo, en sectores como la generación de electricidad, la industria y el transporte.
China, que como hemos visto, suele usar mucho carbón, está cambiando su uso por el del GNL para sumarse al objetivo de la reducción de emisiones.
La promesa de China de alcanzar emisiones netas cero en 2060, fomentará el uso del gas (tanto de respaldo para las energías renovables como sustituto del carbón) durante años. Y no es el único, la India, otro gigante poblacional, está en una situación similar.
Siempre según la AIE, casi la mitad del aumento de la demanda de GNL hasta 2024 (un 47%) procederá de la Región de Asia-Pacífico. Sólo China representará por si sólo un 30% del aumento total.
Así pues, cuanta más electricidad consuma China (y lógicamente es en su sector industrial donde más gasta), más demandará gas natural y por tanto más caro será ese producto que tan importante resulta para la obtención de electricidad en España.
China espera que el crecimiento de la demanda de gas natural en el país se acelere este año un 10% más que en 2020, a medida que la economía se recupera y el consumo del combustible se ve impulsado por la transición del país a fuentes de energía con bajas emisiones de carbono.
No es sólo el gas
El precio del petróleo está en máximos de tres años y el de otras muchas materias primas también. La industria y el consumo chino están detrás de parte de todos estos ascensos.
Es por eso por lo que una reducción del consumo y/o de la producción china, puede que nos viniera mal por el efecto tan alcista que su recuperación económica está teniendo en los costes de los productos.
Esta imagen nos puede ayudar a comprender el impacto de este movimiento, es la evolución en lo que llevamos de año (YTD) del precio de las materias primas que más influyen en los IPC:
Lo primero que se aprecia es que lo que más ha subido, con diferencia, es el coste de los fletes marítimos (algo que se repercute en el precio final de todo lo importado desde allí).
Y también lo mucho que han subido las materias primas energéticas (que además están justo ahora en máximos anuales).
Evergrande
Algunos materiales relacionados con la construcción (como el hierro o el níquel) se alejaron de máximos anuales las últimas semanas con las noticias sobre una posible caída de Evergrande.
Lo que demuestra que también hay muchas expectativas y un componente especulativo notorio.
La caída de la bolsa, o de algunos valores por sí solos, ya mueven los precios. Más lo haría la caída efectiva de Evergrande o de alguna de sus filiales.
Cuando se habla del contagio que puede provocar la caída de Evergrande sólo se mira el lado negativo. Que por supuesto existe, aunque más a nivel nacional que global.
Pero también hay otros factores positivos. Internamente, China tiene suficiente músculo financiero para soportar la quiebra de una compañía tan endeudada y que ha crecido gracias a una burbuja inmobiliaria que ha ayudado a desarrollar.
Que caiga un mal modelo empresarial, a pesar del impacto a corto plazo, puede no ser tan negativo para ellos.
Y si frena un poco su sobrecalentamiento económico y ayuda a que baje un poco la inflación en Occidente, no parece tan mala noticia.