Evergrande, el gigante ‘vestido’ de Hermès al que temen BlackRock, HSBC o UBS y hace temblar la economía
Tanto si es rescatado como si se le deja caer, un Lehman Brothers 2.0 parece descartado. Aunque algunos fondos de bonos sí sufrirán pérdidas.
26 septiembre, 2021 02:51Noticias relacionadas
Ocurrió en 2012. Durante la sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo de China, el mayor acto político del país, todos los ojos se fijaron en la figura de Xu Jiayin (Hui Ka Yan, en cantonés). El fundador de Evergrande 'deslumbró' a los allí presentes no por su austera estampa, sino por todo lo contrario.
Lo que sobresalía de su indumentaria era su cinturón con hebilla dorada de la prestigiosa marca francesa Hermès. Todo un símbolo del lujo del que hacía gala quien había nacido en un pueblo agrícola, que había sido criado por sus abuelos tras haber muerto su madre cuando solo contaba con ocho meses de vida, y que había estudiado gracias a una beca.
Tras fundar en 1996 Evergrande, su ascenso fue meteórico. Y ahí jugó un papel impulsor el Partido Comunista chino, con el que sus relaciones fueron más que amistosas. Un partido que ahora quiere poner barreras a los millonarios surgidos tras la apertura económica del país.
Fortuna baja, deuda sube
Xu Jiayin logró ser la mayor fortuna de China, según Forbes: 43.000 millones de dólares (36.650 millones de euros). Esa cantidad se ha desinflado hasta los 7.300 millones de dólares (6.220 millones de euros), según Bloomberg. En el camino, jets privados y ostentosos yates, la compra de un club de fútbol e inversiones en negocios de lo más variado.
A la par que ha disminuido su fortuna, ha crecido la deuda de Evergrande. Es la promotora más endeudada de China. Su pasivo es de unos 300.000 millones de dólares (más de 254.000 millones de euros). Se trata del 6,5% del total de la deuda del sector inmobiliario chino. Un sector que, a su vez, representa algo más del 7% del PIB chino. Un porcentaje que se eleva hasta el 29% si se incluyen las industrias auxiliares. En conjunto, el sector inmobiliario tiene una deuda de cinco billones de dólares (4,26 billones de euros).
Evergrande maneja 1.300 desarrollos inmobiliarios en 280 ciudades chinas. Activos que suman, entre terrenos y edificios, un valor de 220.000 millones de dólares (187.500 millones de euros). A todas luces, insuficientes.
Mala noticia para instituciones financieras, inversores de viviendas chinos, inversores extranjeros, sus proveedores y sus propios trabajadores (unos 200.000 directos, y cerca de 3,8 millones indirectos). Gran parte de ellos prestaron dinero para gloria de la inmobiliaria, que solía vender sobre plano. El ladrillo es la inversión preferida para la clase media. Mientras tanto, los compradores esperan la finalización de 1,6 millones de apartamentos.
BlackRock, HSBC y UBS temen su caída
Hasta el miércoles, el consenso del mercado coincidía en que la crisis de Evergrande no desencadenará en un Lehman Brothers 2.0 a nivel mundial. Es muy probable que la cosa quede en un rescate público, pero empieza a haber señales opuestas de que finalmente el gobierno del gigante asiático podría optar por la opción contraria, dejándolo caer mediante una liquidación ordenada. De ser así, el mayor correctivo se lo llevarían de fronteras para dentro.
No obstante, que no haya un gran colapso internacional no significa que no haya damnificados. Grandes gestoras como BlackRock, HSBC o UBS tienen muchos títulos de la promotora en sus fondos.
Los datos de Morningstar muestran que estas tres firmas han estado acumulando bonos de Evergrande. El número de títulos ha aumentado, aunque la exposición total ha disminuido a medida que los bonos han perdido gran parte de su valor. Estas gestoras compraron más China Evergrande entre julio y agosto, “dada la ampliación de los diferenciales y las atractivas valoraciones”, explica Patrick Ge, analista de fondos para Morningstar.
Por ejemplo, el fondo más expuesto de BlackRock a los títulos de China Evergrande Group, el BGF Asian High Yield Bond, mantiene un 1%, el doble que la ponderación del 0,5% en el índice de crédito asiático más utilizado en el sector, de JPMorgan, y 31,3 millones de acciones más que a cierre de 2020.
En los siete primeros meses del año, HSBC añadió un 40% más en emisiones de Evergrande, situándose la exposición total de su fondo sectorial en el 1,22%. En el caso de UBS, su fondo de deuda empresarial asiática incrementó en un 25% sus compras de la inmobiliaria en los últimos 12 meses.
Hay seis fondos de renta fija asiática en serias dudas de si sufrirán más de lo debido por su arrojo con Evergrande, aunque Fidelity, PIMCO y Allianz habían ido reculando poco a poco. Han sido vendedores netos de bonos de Evergrande entre enero y julio, poseyendo entre un 3% y un 47% menos de títulos. Con todo, puede decirse que niveles de entre el 1% y el 1,5% en cartera hacen perder dinero a los clientes, pero no son pérdidas irrecuperables.
Estos fondos, casi todos ellos domiciliados en Luxemburgo, son de gestoras extranjeras que los comercializan de forma selectiva en España, normalmente entre clientes institucionales y grandes inversores privados. Sin embargo, no hay ningún fondo de gestora puramente española -los más vendidos entre los inversores minoristas son de los grandes bancos y aseguradoras- que tenga relevancia en sus valores, confirma Fernando Luque, editor de Morningstar España.
Quizá lo que más sorprende a muchas firmas de inversión es el limitado efecto que la historia de Evergrande ha tenido en los precios inmobiliarios de determinadas ciudades chinas. Así lo piensa Wilhelm Spitaler, gestor de carteras en Erste Asset Management. “Lo tomaremos como una señal positiva de que cualquier efecto negativo de una posible quiebra de Evergrande se mantendrá dentro de unos límites razonables”, tranquiliza.
No hay colaterales
Aun así, la opinión pública y la comunidad inversora occidental todavía guarda mal recuerdo tras el revolcón de 2008, que costó un lustro superar. Tal y como destaca Droblo, analista bursátil de Invertia, “la deuda de Evergrande no está distribuida y comercializada por todo el mundo como en su día pasó con la de Lehman Brothers. Tampoco hay, que se conozca, alguna inversión que esté avalada por títulos de deuda de Evergrande fuera de China”.
Es por eso que no hay un riesgo dominó de que algo caiga porque cae Evergrande… al menos fuera de China. Otro tema es el que ha invertido, bien en sus acciones, bien en sus títulos de deuda, desde el exterior. “Ahí el riesgo es máximo, y las pérdidas ya son notorias”, asevera el analista.
En los últimos años, Evergrande ha emitido tres tipos de bonos diferentes. Los denominados en dólares acumulan una cuantía de 19.200 millones (casi 16.400 millones de euros), mientras que los denominados en yuanes se sitúan en 58.500 millones (más de 7.700 millones de euros) y los emitidos en dólares de Hong Kong ascienden a 7.700 millones (cerca de 845 millones de euros).
Las mayores deudas, a proveedores
Sin embargo, los bonos emitidos en los mercados por parte de la inmobiliaria suponen una pequeña parte de sus deudas totales. Según figura en las cuentas del segundo trimestre, Evergrande acumula préstamos (los bonos emitidos, pero también otros instrumentos como créditos bancarios) por valor superior a 75.300 millones de euros.
Parte de las deudas también son impuestos sobre beneficios cuyo pago ha diferido en el tiempo. En total, Evergrande registra prácticamente 28.500 millones de euros en tributos pendientes de pago.
Pero la mayor parte de sus deudas son las cuentas a pagar a proveedores, que a cierre de junio alcanzaban más de 125.300 millones de euros, casi la mitad de sus deudas totales. En total, los pasivos de Evergrande son cerca de 1,9 billones de yuanes incluyendo otros conceptos menores (algo menos de 259.000 millones de euros). Un gigante con pies de barro.