Los riesgos climáticos que asolan cada día al planeta podrían tener un impacto financiero de hasta un billón de dólares (862.000 millones de euros, aproximadamente) en la economía mundial, según las estimaciones realizadas por las 215 empresas más grandes del mundo. La mayoría de estos riesgos se reflejarían en los próximos cinco años y la banca sería la principal perjudicada.
Para ponerlo en contexto, se podría perder un montante de dinero equivalente al PIB de un país como España por los riesgos físicos y los riesgos de transición a una economía más verde. Así se desprende de un encuentro organizado por KPMG y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) sobre Finanzas Sostenibles.
Pero no todo son malas noticias. Este mismo colectivo de empresas prevé que las oportunidades de inversión relacionadas con el clima generen un negocio de hasta 2,1 billones de dólares. Subyace, por tanto, que los riesgos son altos, pero las oportunidades son mayores.
Así las cosas, el mercado mundial de la inversión con criterios sostenibles podría alcanzar un tamaño de hasta 31 billones de dólares (unos 26,7 billones de euros), universo del cual 182.000 millones corresponderían a bonos con criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG) y otros 36.400 millones serían préstamos directos con formato sostenible.
Al menos 25 de los 50 mayores bancos cuentan con compromisos de descarbonización de su actividad desde hace años, se ha detallado en el encuentro.
Lucha contra el 'greenwashing'
Según Javier Muñoz Neira, socio responsable de Asset Management de KPMG en España, “el cóctel de información y datos es un reto enorme y va a ser clave” en los esfuerzos de las firmas de inversión por hacer más sostenibles sus posiciones en cartera. Puesto que, si hay dos tendencias estructurales en la industria de gestión de activos, una son los activos alternativos no cotizados y la otra es la ASG, que alberga tanto a activos cotizados como no cotizados. “Son temas críticos”, en palabras de Muñoz Neira.
La regulación europea también empuja cada vez más para acotar lo que es sostenible de lo que no y, a este respecto, “tenemos un marco regulatorio bastante duro orientado precisamente a evitar el ‘greenwashing’, pero es posible que pueda surgir algún caso en los próximos meses”, ha advertido Teresa Royo, directora de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG en España, en referencia a la investigación que está sufriendo DWS en EEUU y Alemania por este motivo y que ha puesto en duda el estatus del sector de los fondos de inversión sostenibles y socialmente responsables.