El mercado lo tenía claro. La Fed pone en marcha el llamado tapering. Era una cuestión que llevaba semanas en el mercado, y sólo quedaba conocer de qué manera se ejecutaría. Algo que ha quedado ya despejado: retirará del mercado 15.000 millones de dólares mensuales para culminar su programa de compras a mediados de 2022.
Actualmente la Fed está adquiriendo cada mes 80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y 40.000 en MBS (papel hipotecario), esta cantidad se reducirá a razón de 10.000 y 5.000 millones de dólares mensuales, respectivamente, hasta llegar a cero.
La reacción de los mercados tras el anuncio de la Fed ha sido de bolsas arriba, marcando nuevos máximos históricos tanto el S&P500 como el Nasdaq como el Dow Jones. Sin embargo, el dólar no se ha movido y los bonos han tenido un leve repunte de rentabilidades.
El presidente de la FED, Jerome Powell, ha insistido en que esta decisión no tiene nada que ver con posibles subidas de tipos de interés. Es más, a su juicio este no es el momento de subirlos, algo que algo que ha alegrado a las bolsasSin embargo, el mercado piensa que la Fed no tardará mucho en subir los tipos, aunque es especular mucho, ya que eso sería en la segunda mitad de 2022 (el mercado la descuenta para julio) y quizás en el último trimestre.
Para Powell hay que comenzar la retirada de estímulos porque la economía ha mejorado, aunque todavía queda un largo camino hasta regularizar la situación de la crisis anterior.
Muestra de ello es que el crecimiento del PIB se ha desacelerado mucho en el último trimestre. Eso sí, la FED se muestra convencida de que en este trimestre se volverá a acelerar. De hecho, Powell ha resaltado en la rueda de prensa que la demanda agregada ha sido muy fuerte.
En cuanto a la inflación, insiste en que los desequilibrios de la oferta y la demanda contribuyeron a aumentos considerables de precios. Todo ello sumado a los cuellos de botella que duran más de lo esperado.
Powell considera que la inflación caerá bastante en el próximo trimestre, aunque advierte de que los cuellos de botella sí pueden durar un poco más.
La inflación y los problemas de suministro son los dos grandes problemas a los que se enfrenta la economía de Estados Unidos. Así que el máximo responsable de la FED asegura que que si tuvieran que modificar el ritmo del tapering por alguna razón, no van a sorprender a los mercados y lo dirían con tiempo. Y añade que usarán todas sus herramientas para que la inflación transitoria no se convierta en permanente.
Contraste con el BCE
La decisión de la FED contrasta radicalmente con la postura que mantiene el Banco Central Europeo (BCE). En unas declaraciones hechas por la gobernadora del BCE, Christine Largarde, ha descartado una subida de tipos en la Zona Euro el próximo año.
El BCE espera que el PEPP (programa de bonos pandémicos) finalice el próximo mes de marzo y que la recalibración de los instrumentos se produzca en la reunión de diciembre, pero no se espera que se toque la QE e, incluso, es posible que cuando acabe el PEPP se añada otro programa más de compras por un volumen menor.
Sin embargo, el Bank of England es, de los grandes bancos centrales occidentales, el que parece va a subir tipos de interés antes. Quizás tan pronto como este jueves. o en diciembre pero se espera lo haga este año. Y ellos ya han acabado el programa de compra de bonos.
El futuro de Powell
Esta misma semana se filtró que la decisión sobre a quién nominaría Biden para otro periodo al frente de la Reserva Federal se anunciaría pronto, y la mayoría piensa que volverá a optar por Powell, si bien una parte del partido demócrata se inclina por Lael Brainard, una economista, exsubsecretaria del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y que se ha desempeñado en la Junta de la Fed desde 2014.
Los motivos
A continuación resumimos el comunicado emitido por la FED en el que explica las decisiones adoptadas en su última reunión:
La trayectoria de la economía sigue dependiendo del curso del virus. Se espera que los avances en la vacunación y la relajación de las restricciones de la oferta apoyen un aumento continuado de la actividad económica y el empleo, así como una reducción de la inflación (que consideran transitoria). Siguen existiendo riesgos para las perspectivas económicas. El Comité pretende alcanzar el máximo de empleo y una tasa de inflación del 2% a largo plazo.
El Comité decidió mantener el rango objetivo para los tipos de interés entre el 0 y el 0,25%. Se espera que sea apropiado mantener este rango objetivo hasta que las condiciones del mercado laboral hayan alcanzado niveles consistentes con las evaluaciones del Comité sobre el máximo empleo y la inflación haya subido al 2%.
A la vista de los importantes avances que la economía ha realizado hacia los objetivos del Comité desde el pasado mes de diciembre, se ha decidido comenzar a reducir el ritmo mensual de sus compras de activos netos en 10.000 millones de dólares para los valores del Tesoro y en 5.000 millones de dólares para los valores respaldados por hipotecas de las agencias.
El Comité considera que probablemente sea conveniente reducir el ritmo de las compras de activos netos cada mes, pero está preparado para ajustar el ritmo de las compras si lo justifican los cambios en las perspectivas económicas.