El día D que los mercados tienen marcado en rojo en el calendario ya está aquí. El Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal dará a conocer este miércoles un giro en su política monetaria, sobre el que los inversores esperan pocas sorpresas.
El banco central continuará con el camino que tenía marcado antes de la invasión a Ucrania por parte de Rusia y subirá los tipos de interés por primera vez desde 2018.
A ello le obliga el fuerte repunte de la inflación en EEUU. El último dato disponible, correspondiente a febrero, refleja que el alza de los precios se situó en el 7,9%, lo que supone la mayor subida en los últimos cuarenta años.
Un avance que va a obligar a la Fed a poner en marcha un "histórico despliegue de los tipos de interés", como explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.
El consenso del mercado es que la Fed aplicará este miércoles un incremento de 25 puntos básicos a los tipos de interés. Una subida que, a pesar de ser ligera, se convertirá en el preludio del fin de la política ultraexpansiva de la Fed, que la acompañará con una cadena de subidas en el precio del dinero a lo largo de este año y el próximo.
Eso sí, estos incrementos van a ser únicamente "subidas tácticas vinculadas a un repunte de la inflación", como advierte Franck Dixmier, director Global de Renta Fija en Allianz Global Investors.
"No estamos entrando en un ciclo alcista que podría desarrollarse durante varios años (...) Los mercados también prevén recortes de tipos en 2024, ante la creciente probabilidad de que la economía estadounidense entre en recesión a medio plazo", añade.
Poca sorpresa
En todo caso, esta primera subida no va a coger por sorpresa al mercado, que ya contaba con esta posibilidad incluso tras el estallido del conflicto bélico en Ucrania. "Esta decisión es coherente con una inflación que sigue subiendo y que puede no haber tocado techo todavía", explica el experto de Allianz Global Investors, en cuya opinión esta decisión también encaja "con un mercado laboral en tensión, lo que sugiere que se ha alcanzado el objetivo del pleno empleo".
Desde la gestora esperan que Powell "haga hincapié en su voluntad de seguir siendo ágil y de estar preparado para subir los tipos de forma más agresiva, si es necesario, con incrementos de más del 0,25% en caso de una inflación más fuerte o persistente".
Coinciden en el diagnóstico los analistas de Bank of America, para quienes "el crecimiento y el empleo deberían revisarse a la baja". "Esperamos un mensaje hawkish [agresivo] por parte de Powell, que probablemente reiterará que la Fed necesita ponerse seria con la estabilidad de precios, aunque pensamos que señalará riesgos desde la perspectiva del conflicto de Ucrania y Rusia y precios más altos en las materias primas", añaden.
También los expertos de Ebury esperan "un mensaje inequívocamente agresivo" tanto por parte de la Fed como del Banco de Inglaterra, que se reúne el jueves para aprobar también una subida de tipos de 25 puntos básicos, según el consenso del mercado. El Banco de Japón, por su parte, hará lo propio el viernes, si bien en esta reunión no se esperan cambios en la política monetaria.
El camino posterior
Donde no existe tanto consenso es en el camino del alza en los tipos de interés que seguirá a esta primera subida. Los analistas de JP Morgan pronosticaban en un reciente informe cuatro subidas de tipos en 2022, con las que se cerraría el año en el 1,25%, y tres en 2023, llegando hasta el 2%.
Por su parte, los de Bank of America creen que se producirán cinco subidas este año, cuatro el próximo y una en 2024. Desde Allianz Global Investors, sin embargo, prevén incluso recortes de tipos para dentro de dos años. Otros expertos, como los de Muzinich & Co, anticipan que a la subida inicial del miércoles le seguirán seis este año (una por cada reunión del FOMC), tres en 2023 y dos en 2024.
Por qué la Fed sí y el BCE no
Las comparaciones son odiosas y más en lo que a política monetaria se refiere. Sin embargo, pensar en una subida de tipos en Estados Unidos lleva inevitablemente a preguntarse por qué sí van a tener lugar ya al otro lado del Atlántico y aún no en la zona euro.
La respuesta que da el mercado es sencilla. Lo que debe afrontar la Reserva Federal es un reto que aún no está tan desarrollado a este lado del Atlántico: en Estados Unidos la inflación es más alta que en Europa y está "más repartida", es decir, que no se centra únicamente en alimentos y energía.
En opinión de los expertos de DWS, el banco central estadounidense tiene, además, otra "desventaja" frente al de la zona euro: "En Europa, los paquetes de estímulo fiscal siguen siendo, por lo general, bienvenidos, mientras que Estados Unidos experimenta cierta fatiga en este sentido". Es por eso que la Fed no puede contar con el as bajo la manga del respaldo del Congreso estadounidense.
Eso sí, en relación con la retirada de los estímulos puestos en marcha durante la pandemia, la Fed tiene más margen que el BCE, pues el crecimiento de la zona euro se va a ver más afectado que el de Estados Unidos debido a su dependencia energética de Rusia. La economía europea está, de hecho, en riesgo de estanflación por esta guerra.
El BCE sorprendió al mercado la pasada semana con un tono ciertamente hawkish y, por el momento, va a continuar con la senda marcada antes del estallido del conflicto bélico. Habrá que esperar para ver si sigue los pasos a la Fed y, mientras tanto, cómo se toman los mercados que el banco central estadounidense por fin decida subir los tipos.
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