Inflación, subidas de tipos y recesión. Esos han podido ser los tres términos más utilizados en la información bursátil de 2022, acompañados de las palabras miedo, temor o incertidumbre. No en vano, algunas de las principales bolsas del mundo han registrado las mayores caídas anuales desde la crisis financiera. Sin embargo, la peor parte se la han llevado las criptodivisas.

El año comenzó con la esperanza de que los mercados financieros se pudieran reponer del susto que supuso la variante ómicron de la Covid-19. Sin embargo, la esperanza duró poco, lo que tardó Rusia en invadir Ucrania.

Ese 24 de febrero supuso un antes y un después para la mayoría de activos financieros. Las materias primas -especialmente los cereales, el gas y el petróleo- se dispararon hasta alcanzar máximos de varios años o, incluso, precios récord.

Materias primas

La guerra frenó la exportación de grano ucraniano y ruso y el trigo, por ejemplo, superó los 10 dólares por bushel, una unidad de medida equivalente a 14,5 kilos. El gas TTF, el de referencia en Europa, se disparó hasta los 340 euros por megavatio hora (Mwh), niveles nunca vistos, mientras que el petróleo Brent, también la variante del Viejo Continente, rozó máximos históricos al alcanzar los 139 dólares por barril.

El encarecimiento de materias primas tan básicas como los alimentos o los combustibles se comenzó a filtrar por todo el tejido económico hasta llegar al bolsillo de los consumidores: la inflación, ya de por sí elevada antes de la invasión, comenzó a dispararse.

Bancos centrales

Los bancos centrales -para muchos analistas ya tarde- comenzaron a actuar en el primer trimestre del año y desde entonces las bolsas mostraron una total dependencia de los movimientos de instituciones como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Inglaterra (BoE), este último, además, obligado a actuar tras las bajadas de impuestos anunciadas por la ex primera ministra Liz Truss.

El banco central estadounidense ejecutó su primera subida de tipos en marzo. En total, en 2022 elevó el precio del dinero 425 puntos básicos -hasta la horquilla de entre el 4,25% y el 4,5%- en el ciclo de incrementos más acelerado desde los años 80. El BCE, por su parte, se encuentra inmerso en la fase de subidas más rápida de su historia: elevó las tasas 250 puntos básicos entre julio y diciembre.

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Las bolsas se han movido en 2022 al son de estas instituciones. El apetito por el riesgo de los inversores se incrementaba cuando los datos de inflación apuntaban a un menor endurecimiento de las políticas monetarias. Fue, por ejemplo, lo que sucedió en verano, cuando los parqués de todo el mundo reaccionaron con fuertes alzas a unas menores subidas de los precios en EEUU de las esperadas.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, echó por tierra las expectativas de los inversores en el simposio de Jackson Hole, donde dejó claro que el banco central estadounidense seguiría luchando con firmeza contra la inflación, a pesar del dolor que sus acciones pudieran causar a familias y empresas.

Lo mismo sucedió en octubre. Fue entonces cuando los principales índices de bolsa tocaron mínimos anuales, de nuevo ante la presión de los principales bancos centrales, especialmente de la Fed.

Y volvió a ocurrir en diciembre, cuando tanto los miembros de la Fed como del BCE dejaron claro que las subidas de tipos continuarán al menos en la primera parte de este recién estrenado 2023, a pesar de que los incrementos serán inferiores a los ejecutados en la segunda mitad de 2022.

Bolsas

“Sin lugar a duda, las expectativas de actuación de los bancos centrales en su lucha contra la inflación ha sido la principal variable directora de los mercados en 2022”, sentencia Pedro del Pozo, director de Inversiones Financieras de Mutualidad de la Abogacía.

Y en este contexto, “las bolsas con mejor comportamiento han sido los índices que se ven influidos de manera más favorable por la inflación, así como aquellas más castigadas, en términos relativos, con respecto a comparables en el pasado”, añade el mismo experto.

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Así, 2022 ha sido el peor año para Wall Street desde 2008, cuando la caída de Lehman Brothers y la crisis financiera sembró el pánico en la Bolsa de Nueva York. El desplome del S&P 500 fue del 19,4% y del 33% en el caso del Nasdaq, mientras que el Dow Jones bajó un 8,8%.

En el Viejo Continente, solo la Bolsa de Londres, con una subida del 0,91%, terminó el año al alza. La caída del 5,56% del Ibex 35 español fue inferior a las registradas por los selectivos de Milán, del 13,31%; Fráncfort, del 12,35%, o París, del 9,5%.

Bonos

La normalización de los tipos de interés que han llevado a cabo los bancos centrales en el último año para hacer frente a una inflación muy elevada ha supuesto una subida de tipos de interés muy rápida e intensa que ha pasado factura a los mercados de bonos.



“2022 es el peor año en renta fija de lo que llevamos de siglo y habría que remontarse hasta los años 92-94 del siglo anterior para ver caídas de precio tan relevantes como las que hemos visto ahora. La caída de los precios del mercado de bonos es la principal causa de las pérdidas del valor liquidativo en el año de muchos fondos de inversión”, subrayan los expertos del Instituto Español de Analistas.

Divisas

Uno de los activos ganadores de 2022 fue el dólar estadounidense. El índice dólar -un indicador que mide el desempeño de la moneda estadounidense frente a una cesta formada por las divisas más importantes del mundo- repuntó un 8% entre enero y diciembre.

Sólo el peso mexicano, el rublo ruso, el real brasileño y el sol peruano se apreciaron frente al dólar.

Por el contrario, y a pesar de terminar el año cerca de los 1,07 dólares, el euro llegó a perder la paridad frente al 'billete verde' en verano para poco después marcar mínimos de los últimos 20 años.

“EEUU se encuentra por delante en el ciclo con respecto a Europa. Eso significa que han comenzado a subir tipos antes, pero también es previsible que comience antes el movimiento de contención”, apunta Del Pozo. Por ello, espera “una cierta devaluación del dólar frente al euro en el medio plazo, probablemente hacia la zona del 1,10 dólares por euro”.

Criptodivisas

2021 fue un año excepcional para las criptodivisas. El bitcoin, la más conocida, marcó su máximo en casi 69.000 dólares y el valor total de los activos digitales llegó a 3 billones de dólares gracias a la abundante liquidez que había en los mercados con las políticas expansivas de los bancos centrales en la pandemia.

El panorama, sin embargo, no puede ser más distinto en 2022: las criptomonedas se desplomaron mientras diferentes sucesos minaron la credibilidad de estos activos digitales. La quiebra de la plataforma de intercambios FTX, fundada por Sam Bankman-Friedman, fue el último episodio de un año negro para las criptodvisas.

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El balance del año en términos de valor de mercado es desolador. El valor del bitcoin, la mayor criptodivisa del mundo, se hundió un 64,2%, mientras que la segunda de ellas, el ethereum, se desplomó un 67,4%.