Las dudas en Wall Street persisten en este arranque de año, a diferencia del rally que se está viviendo en Europa. Los parqués estadounidenses han abierto la jornada del jueves con una caída promedio del -0,70%, arrastrados especialmente por el Nasdaq, pero también por los valores financieros.
El gran selectivo americano, el S&P 500, retrocede en los primeros compases cerca de un -0,70%. El tecnológico Nasdaq 100 pierde más de un -0,95%, y el industrial Dow Jones se deja casi un -0,60%.
Por su parte, la pérdida en el índice de las pequeñas compañías estadounidenses, el Russell 2000, es del -0,70%, aunque ha llegado a caer un -1,60% en los primeros minutos, moderando más tarde su corrección.
La caída de los tres parqués más representativos está más o menos en línea con lo que anticipaban los futuros, que era una pérdida del entorno del -0,60% momentos antes de la apertura.
El valor más beneficiado en la apertura es la financiera Comerica, que se dispara un 6,5%. Por el contrario, los títulos que más se contraen son los de la también financiera Northern Trust, que pierde un -7,60%.
Otras financieras penalizadas en bolsa son Capital One Financial, Allstate, Discover Financial Services o la popular Charles Schwab, con números rojos de entre el -6,5% y el -5,2%.
Los ojos de los inversores están puestos en Davos, donde algunos banqueros centrales están dando sus guías al mercado. Muestra de ello son las palabras pronunciadas por Christine Lagarde, presidenta del BCE, que ha insistido en que se mantendrán las subidas de tipos pese a la moderación de la inflación. Su objetivo es “devolverla al 2%”.
De su lado, la Fed (la institución que dirige Jerome Powell, quien ha contraído la Covid-19) ha hecho un guiño esta semana a los inversores y ha valorado positivamente que afloje el IPC. En la agenda más inmediata de Powell, aparece la próxima reunión del banco central, fijada para el 31 de enero y el 1 de febrero, en la que la Fed podría volver a reducir el ritmo de aumentos de los tipos de interés como ya hizo en diciembre, cuando los incrementó en 50 puntos básicos.
Entre tanto, la incertidumbre sobre el país americano se cierne en torno a su límite de endeudamiento, que está a punto de tocar y llevará a nuevas pugnas políticas entre republicanos y demócratas para suspender o ampliar el techo de la deuda.