Pantallas del interior en el parqué de la Bolsa de Nueva York.

Pantallas del interior en el parqué de la Bolsa de Nueva York. Andrew Kelly Reuters

BLUE MONDAYS

Doblegada la inflación, vuelta a la euforia

30 enero, 2023 02:03

El análisis más elemental que se viene haciendo últimamente toma como norma correlacionar de forma positiva la evolución de la inflación con los precios energéticos. Como si esta fuera la causa real de haber experimentado un crecimiento tan acelerado y súbito de la inflación.

Lo cierto es que a medida que se moderan los precios de la energía la sensación compartida es de que la inflación ha hecho pico, y posiblemente, sus altos sean historia.

Sin ánimos de soliviantar al razonamiento popular es cierto que la evolución del gas ayuda a sostener esta creencia. Los precios spot han bajado del orden del 40% en Estados Unidos. En Europa el descenso desde el máximo del año pasado es de nada menos que del 84%.

Solo la providencia divina de un invierno tan anormalmente suave ha evitado a los europeos del más absoluto de los desastres

Esto ha ayudado a dos cosas. La primera es a suavizar el discurso del miedo. Se ha comprobado que solo la providencia divina de un invierno tan anormalmente suave ha evitado a los europeos del más absoluto de los desastres. Y es verídico que nos dirigíamos a ese punto cuando en agosto del año pasado los precios del gas en Europa apuntaban al desastre. La segunda, por puro sesgo conductual, ha permitido elaborar un discurso que ha pasado del negro al blanco en apenas unas semanas.

Sirvan de referencia las últimas encuestas de los institutos económicos más reputados de Alemania. Mientras que la situación de corto plazo permanece afectada, las expectativas han girado al alza de forma radical. Esto está llevando a revisar al alza las previsiones de crecimiento del motor económico europeo, para el que ahora ya se prevé un crecimiento suave. No tardaremos en ver la secuencia de revisiones positivas y una salida del escenario de revisión.

En Estados Unidos se descuenta que la subida de tipos de esta semana será posiblemente la penúltima

Gran parte de culpa de este giro lo tiene, no solo la energía, sino el sentimiento nuevamente popular de que si no hay recesión y la inflación vuelve a su cauce, no hay necesidad de subir los tipos de interés (el yonqui pide su droga).

En Estados Unidos se descuenta que la subida de tipos de esta semana será posiblemente la penúltima, aunque yo me aventuro a pensar que será la última por la aclamación popular. Ya veremos si el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, se deja someter. En Europa es todavía más claro y evidente que no llegamos al verano con los tipos por encima del 3%.

Los mercados son un gran termómetro de la euforia. No veíamos una correlación positiva entre la deuda y la renta variable tan alta desde 1998. Las bolsas se han disparado este enero del orden de un 10%, comiéndose en un mes entre el 50% y el 100% de la subida prevista para todo el año.

Eso supone dos cosas, o nos movemos en un aburrido rango lateral de aquí a diciembre o, por el contrario, hacemos borrón y le ponemos otro 20% adicional. Apuesten por lo segundo.

Las bolsas se han disparado este enero comiéndose en un mes entre el 50% y el 100% de la subida prevista para todo el año

Los bonos ya están poniendo en precio la evidencia de que los bancos centrales dejaron de pisar el acelerador en diciembre e, incluso, de que alguno va con el freno de mano echado. Aunque la inversión de curvas sigue advirtiendo de que hay algo que no funciona, la predisposición es a dar por bueno que la señal ha sido en falso.

Bajo este escenario se pueden hacer dos cosas. Intentar entender en qué se está equivocando el denominado wishful thinking y advertir de que todo lo malo sigue y que lo poco bueno que tenemos no es tan bueno, o adoptar la actitud de la avestruz y evitar lo que siempre recomiendo cuando la masa gira a una idea fija, evita por todos los medios ponerte enfrente de un tren de mercancías ya que corres el riesgo de ser masacrado.

Juan Ignacio Crespo

La crisis que no acaba de hacer crisis

Anterior
La ministra de Industria, Reyes Maroto, junto a la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño.

La agenda europea y el atasco de los PERTE agitan el relevo de Reyes Maroto en Industria

Siguiente