Christine Lagarde, presidenta de Banco Central Europeo.

Christine Lagarde, presidenta de Banco Central Europeo. EP

OPINIÓN MERCADOS BLUE MONDAYS

¿Y si el BCE bajara tipos antes que nadie?

8 abril, 2024 02:16

Últimamente se viene hablando de la posibilidad de que el banco central pudiera verse obligado a bajar tipos, más que por la presión de los inversores, por la situación económica que se atisba en Europa.

Lo que es indudable es que mientras que la locomotora americana funciona a pleno pulmón, los últimos datos de empleo así lo corroboran, la zona euro sigue dando señales mixtas que no invitan al optimismo precisamente.

Alemania navega por un mar revuelto con un mensaje confuso en la idea de que su vieja concepción industrial vire hacia una economía con más peso de los servicios. El clima de confianza empresarial y los índices de manufacturas (PMI) no terminan de encontrar aguas tranquilas y, aunque la inflación ha dejado de ser una obsesión, su economía sufre por el cisma político generado con la Europa más oriental y por la dependencia comercial y energética que mantiene con esa región.

La comparativa entre las dos grandes economías a cada lado del Atlántico es inevitable para entender la diferencia que explica por qué Estados Unidos ha pasado de un soft landing a un no landing. El ISM manufacturero ha sido el último dato en corroborar esa sensación al situarse en territorio expansivo por primera vez en 16 meses. Alemania transita por el terreno de la contracción desde julio de 2022 y con tres meses consecutivos de caída después de que en julio de 2023 empezase a rebotar con fuerza alumbrando una recuperación que finalmente no llega y en la que no se confía.

La ansiada bajada de tipos de la Fed es un reclamo de aquellos inversores que buscan agarrarse a una narrativa con la que sostener el rally de las bolsas, pero tampoco se puede obviar la presión in crescendo que el coste de la deuda en forma de intereses ejerce sobre el presupuesto de gasto. Varios miembros de la Reserva Federal esta semana reiteraron el discurso de que se necesita más paciencia antes de poder bajar los tipos de interés, una virtud de la que carecen hoy en día los mercados.

La ansiada bajada de tipos de la Fed es un reclamo de aquellos inversores que buscan agarrarse a una narrativa con la que sostener el rally de las bolsas

En Europa, una bajada de tipos empieza a ser una necesidad no solo por la preocupante situación de la confianza sino porque el crecimiento es muy frágil y la creación de empleo no es la deseada. La inflación en los alimentos -hemos pasado del cacao al café- más la subida del crudo y los combustibles ejercen de muro de contención.

Esta semana comparece el BCE y aunque el mensaje difícilmente va a cambiar del clásico “esperar y ver”, los que empiezan a reclamar una bajada incluso antes del verano empiezan a subir el tono para evitar que ir por detrás de la Fed sea un tropiezo imperdonable que obligue a remar contracorriente.

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