Los inversores confían en que ni la ultraderecha ni Starmer lastrarán a la economía de la UE y el Reino Unido
Las encuestas pronostican un crecimiento de la ultraderecha en el Parlamento Europeo y la victoria del Partido Laborista en las islas británicas.
8 junio, 2024 02:17Todo bajo control. Eso es lo que parece pensar la mayoría de los grandes inversores ante el miniciclo electoral que se abre este domingo 9-J con las elecciones al Parlamento Europeo y que se cerrará el próximo 4-J con las elecciones británicas. Los sondeos previos pronostican un avance de la ultraderecha en el seno de la UE y una victoria aplastante del laborista Keir Starmer en el Reino Unido. Sin embargo, ni la macroeconomía ni los mercados financieros se verán dañados en exceso.
Los primeros en votar serán los ciudadanos europeos. El auge de los partidos de extrema derecha y el hecho de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ocupe la presidencia del Consejo de la UE influirán probablemente en la formulación de las políticas de la UE, lo que provocará un avance más lento de la agenda verde y una postura más dura en materia de inmigración.
Sea cual sea el resultado, desde Scope avanzan que las prioridades estratégicas de la UE se centrarán en la defensa y el aumento de la competitividad económica, posiblemente a expensas de la sostenibilidad y las energías renovables, sobre todo porque es probable que los Verdes sean el partido que pierda más escaños.
Los analistas de la agencia de rating Eiko Sievert y Tom Giudice intuyen que el Partido Popular Europeo (PPE), los Socialistas y Demócratas (S&D) y Renew Europe, con el posible apoyo de los Verdes, formen una coalición para elegir al próximo presidente de la Comisión Europea (CE).
Si bien Ursula von der Leyen, actual presidenta de la CE, sigue siendo la favorita para un segundo mandato, su predisposición a trabajar con los eurodiputados de extrema derecha “podría dar lugar a la aparición de candidatos alternativos como el italiano Mario Draghi, el croata Andrej Plenković o el rumano Klaus Iohannis”, según Scope.
Aun con una ultraderecha más henchida de poder en Estrasburgo, el propio funcionamiento de la UE le da resortes para no desviarse de su espíritu contemporáneo.
“Si bien el Parlamento Europeo es el único organismo elegido democráticamente dentro de la UE, carece de poderes formales de iniciativa legislativa, a diferencia de la mayoría de los parlamentos nacionales. En consecuencia”, tranquiliza DWS, “puede seguir siendo una institución relativamente ineficaz. Y eso, en última instancia, es lo que disminuye la importancia de las elecciones europeas de este verano”.
La gestora de inversiones de Deutsche Bank cree además que las elecciones tendrán un impacto “poco significativo a corto plazo” en los mercados financieros. Tras las pasadas elecciones europeas, los índices bursátiles DAX y EuroStoxx se mantuvieron relativamente estables.
Aunque es muy probable que el eurodiputado medio se mueva hacia la derecha, “eso no significa que la macropolítica vaya a cambiar drásticamente”, confía Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM (Vontobel).
“Sin duda, habrá consecuencias microeconómicas para sectores muy afectados por la política climática, por ejemplo, en caso de que se reviertan algunas políticas. Pero tendemos a pensar que la mayoría de las variables macro y los datos agregados de las empresas, como el apalancamiento o las tasas de impago, no cambiarán demasiado como resultado de las elecciones”, añade el experto de Vontobel.
El impacto económico teórico más perturbador sería un escenario en el que se cuestionara la integración europea. Pero, “incluso si la extrema derecha consigue una victoria masiva, no tendrá ni de lejos el número de escaños necesario para amenazar seriamente lo anterior”, quiere pensar Villarroel.
Un Starmer no comunista
Y después de las elecciones europeas, en cuatro semanas llegarán las británicas, con un Starmer que en las encuestas aventaja en más de veinte puntos porcentuales al tory y primer ministro Rishi Sunak. El favoritismo del Partido Laborista no asusta a los fondos de inversión.
En una conferencia de prensa realizada en Londres en la que ha estado presente EL ESPAÑOL-Invertia, el gestor de M&G Investments Randeep Somel se sinceró con los presentes: “Starmer es muy pragmático. Se ha reunido con todas las grandes empresas y fondos de inversión del país, incluso estuvo en un evento con nuestros clientes hace varios meses. Es la parte más centrista de los laboristas, a diferencia del comunismo que representaba Jeremy Corbyn. Si finalmente gana Starmer, no sería un problema para nosotros trabajar con él”.
Preguntado el gestor de M&G si cree que la vuelta de los laboristas al Gobierno del Reino Unido 14 años después podría suponer la reversión del Brexit, fue tajante: “Eso no va a pasar nunca”.
“No hay una gran diferencia entre los partidos en cuanto al impacto sobre el crecimiento. Un gobierno laborista probablemente vería revisado al alza el crecimiento potencial, pero estaría sujeto al mismo margen fiscal limitado que los conservadores”, valora Orla Garvey, gestora de renta fija de Federated Hermes.
Y como el Banco de Inglaterra es independiente, desde la firma de inversión siguen creyendo que el banco central británico iniciará su ciclo de relajación monetaria a finales de este año. La probabilidad de un recorte en junio ha caído casi a cero, mientras que un recorte de los tipos de interés en agosto es del 50% y en septiembre, en torno al 80%.
En general -teniendo en cuenta que ambas partes son conscientes de las limitaciones fiscales, que compiten por el centro político y que el cambio de liderazgo que sugieren las encuestas es muy posible-, la probabilidad de que el resultado electoral tenga repercusiones importantes en los mercados es “baja”. Así lo estiman los estrategas Karen Ward, Hugh Gimber y Zara Nokes, de JPMorgan AM.
Si los resultados electorales materializan la percepción de un periodo prolongado de estabilidad política, los consumidores podrían estar más dispuestos a gastar y, de esta forma, contribuir a allanar el camino hacia una recuperación más sostenida de la actividad doméstica en las islas británicas.
“Y una mayor confianza en la recuperación del Reino Unido podría, a su vez, respaldar a una renta variable británica profundamente olvidada en los últimos años”, vaticina JPMorgan sobre el FTSE 100.
Otra muestra de relativa calma para lo que esté por llegar en julio es que, si se analiza la evolución del FTSE 250 -cuyos componentes poseen una orientación más doméstica-, se observa que la rentabilidad ha sido más o menos igual bajo los mandatos de ambos partidos.