El nuevo primer ministro de centro-derecha, Michel Barnier

El nuevo primer ministro de centro-derecha, Michel Barnier Stephane De Sakutin REUTERS Francia

Mercados

La prima de riesgo de Francia supera a la de España por primera vez desde 2008

La rentabilidad de la deuda gala repunta ante las peores perspectivas económicas y la mayor incertidumbre política que se ciñen sobre el país.

24 septiembre, 2024 12:28

La rentabilidad de la deuda francesa a 10 años ha superado, aunque momentáneamente, el interés ofrecido por los bonos españoles al mismo plazo. De esta forma, la prima de riesgo gala también ha excedido a la española. Es la primera vez que ocurre desde febrero de 2008.

Según los datos de LSEG, el sorpasso se ha producido en la mañana de este martes. Sin embargo, poco después, la rentabilidad del bono francés a 10 años se situaba en el 2,969% en el mercado secundario. El porcentaje era ligeramente inferior al 2,981% ofrecido por el papel nacional también con una vida de una década. 

Los bonos españoles han cotizado con rendimientos más altos que los franceses desde la crisis financiera, ya que España tradicionalmente es considerado como un emisor de mayor riesgo. Pero esa brecha se ha cerrado brevemente en la jornada de este martes a consecuencia de las peores perspectivas económicas y la mayor incertidumbre política que se ciñen sobre Francia.

Prueba de ello es que el nuevo primer ministro francés, Michel Barnier, reconoció el domingo que la situación fiscal del país es "muy grave", con una deuda pública de más de tres billones de euros. Como la mayor parte de la deuda francesa se emite en los mercados internacionales, destacó que "hay que mantener la credibilidad de Francia".

En este sentido, descartó aumentar más los impuestos al conjunto de los franceses, pero advirtió de que las personas con mayores patrimonios participarán "en el esfuerzo nacional que habrá que hacer". En este esfuerzo también "pueden contribuir algunas empresas muy grandes, multinacionales que están trabajando bien".

"La incertidumbre política, las difíciles perspectivas fiscales y la creciente divergencia en las condiciones de financiación entre Francia y otros países de la zona del euro subrayan la importancia de la estabilidad política y los esfuerzos de llevar a cabo reformas para reducir el déficit", señalan los analistas de Scope Rating.

"El hecho de que Francia pertenezca al G7, su capacidad de recuperación económica, su peso en la gobernanza europea y su sólida solidez institucional han mitigado hasta ahora la preocupación por los sucesivos déficits presupuestarios de los gobiernos del país", añaden los mismos expertos.

Incertidumbre política

Sin embargo, a pesar de la recuperación económica tras la pandemia, el aumento de la incertidumbre política desde las elecciones anticipadas de junio se ha unido al deterioro de las perspectivas presupuestarias.

"El hecho de que el parlamento esté profundamente dividido hace que esta decisión no aclare si se podrá formar un gobierno estable que cuente con el apoyo suficiente para reducir materialmente el déficit presupuestario y promulgar las importantes reformas por el lado de la oferta necesarias para reforzar el potencial de crecimiento de la economía", indican desde la agencia de calificación.

En este escenario, el nuevo gobierno de Barnier debe presentar el plan de presupuestos para 2025. "El déficit público en 2023 ascendió al 5,5% del PIB y el Tesoro ya ha señalado que Francia terminará este año con un déficit del 5,6%, lejos del 3% objetivo de la Unión Europea. Francia se encuentra desde el pasado mes de julio bajo el procedimiento de déficit excesivo" de Bruselas, recuerdan los analistas de Bankinter.

El Gobierno saliente se había marcado el objetivo de reducir el déficit al 3% del PIB en 2027. Sin embargo, pocos consideraban creíble esa trayectoria, empezando por el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Gallois, quien apostaba por un plazo más largo.

Antes de que la Comisión Europea incluyese a Francia en el procedimiento de déficit excesivo, a finales del pasado mayo, la agencia de calificación crediticia S&P rebajó el rating de Francia hasta AA-. Ya a finales de 2022 había situado su perspectiva en negativa.

La nota que da Fitch a la deuda francesa también es de AA-, mientras que Moody’s aún la sigue calificando como Aa2, es decir, un peldaño por encima. La nota de España es peor. Tanto Fitch como S&P califican la deuda española como A, dos escalones por debajo de la francesa.

Estrechamiento

El diferencial de los bonos franceses con los de los países periféricos de la zona del euro empezó a estrecharse antes de las elecciones legislativas anticipadas de este verano. La rentabilidad del bono de Francia a 10 años comenzó el ejercicio en el 2,477%. Llegó al 3,373% el 2 de julio, entre la primera y la segunda vuelta de los comicios. En la actualidad se coloca en el mencionado 2,969%.

Para Scope Rating, "esta convergencia refleja tanto las difíciles perspectivas crediticias de Francia como el fortalecimiento de los fundamentales crediticios de países como Grecia, Portugal y España, que han reducido significativamente su deuda pública, incluso mediante la consecución de saldos primarios o superávits".

Como resultado, el diferencial de Francia con la periferia se ha reducido hasta incluso llegar a invertirse respecto a algunos países. El último caso ha sido el de España.