La semana que termina cierra prácticamente sin cambios en el Ibex 35 respecto a la semana anterior, presentando, además, un desarrollo técnico muy similar. Eso nos permite profundizar un poco más en la consolidación que se está desarrollando en el largo plazo.
Técnicamente, una consolidación es una fase del precio que responde a un movimiento lateral o neutral donde la tendencia se frena durante un tiempo antes de reiniciarse o, en su caso, de girar al alza. Todas las consolidaciones comparten una esencia común, pero adoptan distintas formas. En este caso, hay tres formas clásicas identificables.
La primera sería un triángulo, en cuyo caso ya habría roto al alza y estaría en pleno desarrollo de un movimiento alcista relevante. En el tercer caso, puramente lateral, ocurriría lo mismo, mientras que en el segundo todavía no se habría producido ninguna ruptura y la tendencia seguiría siendo puramente neutral.
Merece la pena hacer un seguimiento de la situación y establecer niveles que nos adviertan de lo que está ocurriendo y para ello buscamos un gráfico de precios diarios.
En el gráfico de más corto plazo vemos cómo se produjo una ruptura de la resistencia de los 9.500 puntos con un hueco de escape alcista (señalado con una flecha naranja). Desde entonces la cotización se mueve en el rango 9.500 a 9.700, aunque con alguna dilatación, o ruido, de carácter intradiario señalado con la flecha verde.
Mientras no supere los 9.700 puntos no habrá confirmación de continuidad al alza, lo cual podríamos considerar el escenario más probable según lo observado. Sin embargo, deben contemplarse escenarios alternativos, especialmente los que puedan producir pérdidas, como sería la pérdida de los 9.500 puntos y, especialmente, de los 9400. Debe tenerse cuidado, además, con posibles dilataciones y ruidos intradiarios en los 9.400 puntos, algo habitual a todos los soportes y resistencias. La conclusión, por tanto, no ha variado respecto al a semana pasada.