Elon Musk vuelve a agitar el mercado de las criptomonedas. El fundador y consejero delegado de Tesla ha anunciado que la compañía comenzará a aceptar dogecoins para el pago de algunos productos de la marca. De momento, esta nueva política no alcanzará a sus coches eléctricos.
Como de costumbre, Musk ha anunciado la incorporación del dogecoin a su tienda digital a través de un mensaje en su cuenta personal de Twitter. "Tesla permitirá la compra de algunos artículos de merchandising con 'doge' y verá cómo va". Una coletilla final que evita al polémico empresario pillarse las manos con esta iniciativa.
En este sentido, cabe recordar que Tesla dejó de aceptar el bitcoin como medio de pago para sus vehículos y otros productos después de solo mes y medio con esta iniciativa. En su momento, Musk explicó que el objetivo era desmarcarse del alto consumo energético que requiere la creación de bitcoins y la certificación de transacciones con esta criptomoneda.
Tras el anuncio, el dogecoin se anotaba este martes una revalorización del 30%, hasta un máximo intradía a media sesión en 0,2166 dólares. Una cota elevada con respecto a su cotización reciente, pero muy lejos de los 0,7376 dólares que esta moneda digital ha llegado a tocar en sus máximos del último año, motivados precisamente por Musk, entre otros factores.
El empresario, autodenominado Tecno-Rey de Tesla, coqueteó en junio con la idea de aceptar el dogecoin entre los métodos válidos de pago para la compañía. Entonces, poco después de haber cancelado su estrategia con el bitcoin dio a entender: "He encontrado a otro".
Entre broma y broma
Esta vez, el tema va en serio, aunque se limita a productos promocionales de Tesla. Con frecuencia, Musk ha señalado que "de vez en cuando" le gusta hacer bromas en torno a esta altcoin. Y es que dogecoin fue creada como una suerte de parodia basada en litecoin pero con una inflación desmedida, ya que se crean unos 10.000 dogecoins por minuto.
El desmesurado ritmo de emisión de nuevos dogecoins explica su bajísima cotización y da pistas de que su objetivo no es convertirse en una criptomoneda de valor. Una tesis que en el último año, debido al aluvión de nuevos inversores que han entrado en este universo se ha visto en entredicho entre constantes vaivenes de precio.