Más de 23.500 'cripto' y 617 plataformas: así es "el salvaje oeste" al que la normativa europea quiere poner fin
MiCA -abreviatura de Markets in Crypto Assets-, es la primera regulación integral del mundo para el sector de los criptoactivos.
23.547 criptodivisas con un volumen conjunto de 1,57 billones de dólares y 617 plataformas de intercambio, según datos de CoinMarket. Ese es “el salvaje oeste”, término que en más de una ocasión han utilizado distintas autoridades europeas para referirse al ecosistema cripto, al que MiCA, la recién aprobada normativa aprobada por Bruselas, quiere poner fin.
El 20 de abril de 2023 los eurodiputados aprobaron el Reglamento (UE) 2019/1937 sobre mercados de criptoactivos por una mayoría de 517 a 38 votos. El reglamento, denominado MiCA -abreviatura de Markets in Crypto Assets-, representa nada menos que la primera regulación integral del mundo para el sector de los criptoactivos.
Regula -a partir de julio en un período de introducción escalonada de 18 meses- la tokenización de activos o derechos transferibles y define requisitos uniformes de transparencia y divulgación en relación con la actividad de emisión, el funcionamiento, la organización y la gobernanza de los proveedores de servicios de criptoactivos. Además, incluye normas de protección de los consumidores y medidas para prevenir el abuso de mercado.
“Final de un salvaje oeste”
Estas reglas "marcan el final de un salvaje oeste para los criptoactivos y el inicio de una nueva era de vigilancia regulada", señaló en un comunicado el eurodiputado de los Verdes Ernest Urtasun, uno de los responsables parlamentarios de la negociación.
"La falta de regulación en los criptoactivos ha generado enormes pérdidas para muchos inversores primerizos y proporcionado un puerto seguro para 'hackers', defraudadores y redes criminales internacionales durante más de una década", subrayó.
Después de los eventos de 2022 con la caída de FTX por mala praxis en la gestión de sus fondos, de Celsius o de Terra-Luna, la normativa europea establece una serie de obligaciones que deben cumplir los proveedores de criptoactivos para garantizar los fondos de los usuarios de sus plataformas.
Estas garantías se componen, por un lado, de los conocidos como requerimientos prudenciales y por otro, de las obligaciones en materia de salvaguarda de fondos. Además, introduce otras obligaciones para los prestadores de servicios, entre las que se encuentran las obligaciones en materia de gobernanza o la obligación de contar con procedimientos efectivos para la detección, gestión y revelación de posibles conflictos de interés.
“Ventaja competitiva”
MiCA ha sido bien recibido por las plataformas de intercambio. Así, en Bit2Me creen que este “reglamento favorecerá al ecosistema cripto a nivel europeo y nacional, al crearse unas normas comunes para todos los players y aumentar la confianza que tanto instituciones como clientes privados tengan con las empresas del sector cripto y blockchain”.
Asimismo, entienden que para “las entidades financieras, esta nueva regulación MiCA supone una oportunidad para expandir sus servicios y ofrecer de forma segura a sus clientes una mayor variedad de activos, incluyendo criptomonedas”.
Una opinión similar es la que tienen en Bitpanda, donde consideran que esta legislación, “pionera a nivel mundial”, es “una normativa estandarizada” que “aportará confianza y seguridad al sector”.
Sin embargo, advierten de que aunque “hay algunos actores europeos, que no tendrán ningún problema para adaptarse a MiCA”, al estar “comprometidos con el cumplimiento regulatorio mucho antes de la firma”, este “no será el caso de todo el mundo, y muchos tendrán dificultades para ponerse al día, ya que hasta ahora han intentado evitar la regulación en la medida de lo posible”.
A pesar de mostrarse a favor de la normativa, en Bitpanda señalan que “existen problemas en la actualidad que seguirán existiendo una vez firmada MiCA”. La aplicación se sigue centrando de forma desproporcionada en las compañías europeas que más se esfuerzan por cumplir la regulación y eso no tiene mucho sentido. Hay que eliminar los vacíos legales y aplicar la regulación a todo el mundo, sobre todo a los agentes no europeos que operan ilegalmente en el mercado”, explican.
En cualquier caso, “el hecho de que la Unión Europea (UE) haya logrado una ventaja competitiva con la adopción de esta ley se hará evidente en los próximos años, cuando otros países de todo el mundo la utilicen como modelo para su regulación de las criptomonedas” apuntan en Spectrum Markets.
Subida del 64%
La normativa europea para regular este mercado llega en un momento en el que las criptodovisas están en plena recuperación tras las fuertes caídas que han venido sufriendo desde finales de 2021 y hasta finales de 2022.
Fue en noviembre de 2021 cuando el bitcoin alcanzó máximos históricos al tocar los 68.990,8 dólares. Entonces, el valor conjunto de los activos digitales superaba los 3 billones de dólares. Ahora la capitalización es de 1,15 billones, según datos de Coinmarket. Y ello gracias a las fuertes subidas que en el año acumulan los principales activos digitales.
[El bitcoin se dispara un 70% en lo que va de año y aviva las previsiones de 100.000 dólares]
Como ejemplo, el bitcoin -la más importante de todas ellas al suponer un 45,7% de la capitalización conjunta- se ha disparado un 64% en lo que va de año. El ethereum -la segunda en discordia ya que su valor equivale al 19,3% del total- se ha revalorizado casi un 54% en el mismo plazo.
El fuerte rally de los activos digitales se ha frenado en los últimos días, a medida que se han reducido las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) pudiese pausar las subidas de los tipos de interés -que inició en marzo de 2022- en la reunión que el banco central estadounidense mantendrá el próximo 3 de mayo.
Fue esa posibilidad -el comportamiento de las criptodivisas está muy relacionado con la evolución de los tipos de interés- de que el freno del endurecimiento de la política monetaria estuviese cerca lo que ha disparado su valor desde que comenzó el ejercicio y, de forma especial, a mediados de marzo, coincidiendo con las turbulencias del sector bancario estadounidense.