La 'cuestión' comercial había quedado en un segundo plano. Los vaivenes y las polémicas sobre el Brexit, la desaceleración económica y la prudencia de los bancos centrales habían acaparado el análisis económico internacional desde que EEUU y China acordaron en diciembre darse una tregua de unos meses para negociar sus disputas comerciales. Hasta prorrogaron este 'alto el fuego', que vencía en marzo, para rematar las conversaciones, algo que el mercado interpretó de manera positiva. Hasta que el domingo 5 de mayo, Donald Trump, a golpe de tuit, reactivó las preocupaciones.
El presidente de EEUU, manifestando su hartazgo por la prolongación de las negociaciones sin que se plasmaran en nada concreto, anunció el incremento del 10% al 25% a los aranceles que aplica a productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares. Y asi, de un plumazo, los inversores se encontraron de nuevo con la denominada 'Guerra Comercial' en primera línea de actualidad. Este lunes, con Pekín replicando con más aranceles a productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares, vino a demostrar que el pulso está totalmente planteado. "Los inversores deberán adaptarse a una nueva situación en la que un acuerdo comercial entre EEUU y China, que hasta hace poco se daba prácticamente por cerrado, va a tardar, si es que finalmente se cierra", advierten desde Link Securities.
"Las crecientes esperanzas de un acuerdo comercial integral entre los EEUU y China habían contribuido a la fuerte recuperación de los activos de riesgo desde el cambio de año"
Las reacciones registradas desde entonces constatan que no es un tema menor, puesto que los mensajes de Trump han puesto los mercados 'patas arriba'. Y no es para menos, puesto que si las escaramuzas comerciales vistas hasta la fecha derivan en una auténtica 'Guerra Comercial', el impacto para la economía mundial, y para países concretos como Alemania, sería considerable en un contexto en el que la desaceleración del crecimiento ya es un hecho. De hecho, este impacto potencial es el que hace pensar que, aunque se resista más de lo esperado, finalmente se alcanzará un acuerdo. "Nuestra apuesta sigue siendo que habrá un acuerdo comercial negociado, y la probabilidad de una 'Guerra comercial en toda regla' es baja", consideran desde UBS. Constatan, eso sí, que "el camino de la negociación hacia un resultado comercial final entre EEUU y China sigue siendo un factor decisivo para el desempeño del mercado", que seguirá sometido a una importante incertidumbre porque "todavía no está claro cuándo" llegará ese acuerdo.
DE VUELTA A LA VOLATILIDAD
En ese 'cuándo' reside la clave, porque Trump ya ha traído de vuelta a los mercados una considerable dosis de inestabilidad. De alguna forma, el retorno de las preocupaciones comerciales ha obligado a los inversores a rebobinar, puesto que, como expone Ann-Katrin Petersen, estratega global de Allianz Global Investors, "las crecientes esperanzas de un acuerdo comercial integral entre los Estados Unidos y China habían contribuido a la fuerte recuperación de los activos de riesgo desde el cambio de año".
Lo refleja el Ibex 35, que hasta hace dos semanas lucía en su marcador subidas próximas al 12% en 2019 y que ahora ve cómo han quedado reducidas al 6%. Desde que Trump lanzó esos mensajes el 5 de mayo, el índice español se deja un 4%. Aún mayores, del 5% en el Dow Jones y del 7% en el Nasdaq 100, son las correcciones en los índices estadounidenses. La bolsa china tampoco se libra de los recortes, y el índice CSI 300 se deja más de un 6% con el retorno de la tensión.
Otro efecto se observa en la volatilidad, aletargada en lo que iba de año y resucitada por Trump. El índice Vix, que se movía en torno a los 12 puntos, ha vuelto a supera los 20 puntos, algo que no ocurría desde enero.
En contraste con las caídas vistas en la renta variable, un activo siempre envuelto en polémica y que esta vez reivindica su rol de refugio: el bitcóin. El rey de las criptodivisas, que ya venía subiendo con fuerza en 2019, está acelerando su escalada en este nuevo coletazo de inestabilidad. Tras cerrar por debajo de los 4.000 dólares el año 2018, en la última semana ha pulverizado las barreras de los 6.000, los 7.000 y los 8.000 dólares y ya se dispara un 120% en 2019 al estirarse este lunes hasta los 8.045 dólares.
También ha habido compras en la deuda estadounidense a largo plazo, con el consiguiente descenso de la rentabilidad, que baja cuando el precio de los títulos sube. Así, el rendimiento de los bonos a 10 años ha descendido hasta el 2,40%, con lo que la curva de rentabilidades de la deuda pública estadounidense ha vuelto a invertirse, ya que el interés de las letras a 3 y 6 meses se sitúa por encima, en el 2,42%.
LA LÍNEA ROJA DE LOS 7 YUANES
Pero la onda expansiva de la presión generada por Trump va más allá. Y alcanza a otro de los nexos entre Washington y Pekín. Se trata del yuan, la divisa china.
En los últimos meses, el cuerpo a cuerpo entre el yuan y el dólar se había sumado a la tregua comercial. Se movía entre los 6,70 y los 6,75 yuanes por dólar, alejado de los 6,98 yuanes a los que llegó a caer en octubre. Entonces, y también en plena escalada comercial entre EEUU y China, los 7 yuanes, una cota que el dólar no traspasa desde 2008, eran vistos como una auténtica 'línea roja' en Washington, que ya antes de Trump venía demandando que Pekín dejara más libertad al yuan para que se apreciara y que con el republicano en la Casa Blanca ha intensificado esa petición porque entiende que el gigante asiático, como la Eurozona, mantiene artificialmente baja su divisa para sacar rédito comercial de esa debilidad.
Los tuits de Trump no solo han venido a reavivar la tensión comercial, sino que también han sido la espoleta que ha reanudado la caída del yuan. En la última semana se ha dejado más de un 2% contra el dólar, incuido el 0,7% de este lunes, en la que ha sido su mayor caída diaria desde octubre. Y en apenas unas sesiones el yuan se cambia a 6,875 yuanes por dólar, el mismo nivel al que cerró 2018 y lo suficientemente cerca de los 7 yuanes como para añadir más presión al fuego cruzado entre EEUU y China.
Por ahora, EEUU ya ha anticipado que Trump podría reunirse con el presidente de China, Xi Jinping, en la Cumbre del G20 que tendrá lugar en Japón a finales de junio. Esa cita buscaría desatascar las negociaciones. Hasta entonces, sin embargo, queda más de un mes. Y la espera puede hacerse eterna en los mercados.