A poco más de un mes para finalizar el ejercicio, el pulso entre el euro y el dólar se está decantando en 2019 del lado del fortalecimiento del 'billete verde'. Ya es casi lo normal, porque, salvo reacción de la divisa europea, incluyendo este año habrá perdido valor en cinco de los últimos seis ejercicios. Hasta la fecha, se deprecia un 3,5% contra el dólar, que sigue al 4,4% que cedió en 2018.
Este comportamiento deja al euro oscilando entre los 1,10 y los 1,11 dólares, cuando despidió el pasado ejercicio en los 1,147 dólares. El año anterior, el de 2017, lo finalizó en los 1,20 dólares.
Sobre esta base, los bancos de inversión consideran que en los próximos meses la 'moneda única' remontará posiciones. De los 71 bancos de inversión y firmas de análisis de los que Refinitiv recaba previsiones, 57 sitúan al euro en los 1,11 dólares o por encima dentro de un año. Los 14 restantes lo ven a 1,10 dólares o por debajo. Como media, el tipo de cambio que dan al euro en un año alcanza los 1,136 dólares, con la mediana en los 1,142 dólares.
Más en detalle, los que anticipan un euro más fuerte son Deutsche Bank y Morgan Stanley, con un pronóstico de 1,23 dólares. A continuación, con 1,20 dólares, la previsión de Helaba.
En el extremo contrario, Barclays, con una previsión de 1,02 dólares para dentro de un año. De cerca, con 1,06 dólares, ANZ Bank y Capital Economics.
Estas cifras reflejan en conjunto un ligero descenso con respecto a las previsiones existentes en verano. Entonces, la horquilla iba de los 1,05 a los 1,25 dólares, frente a la actual de 1,02 a 1,23 dólares, con un tipo medio que entonces se situaba en los 1,17 dólares a un año vista.
PENDIENTES DE POWELL, LAGARDE... TRUMP
Como ha ocurrido en los últimos tiempos, buena parte de la evolución del cruce entre ambas divisas dependerá de lo que digan y hagan sus respectivos bancos centrales. Por ahora, ambos han vivido un 2019 lleno de cambios en sus respectivas hojas de ruta, que contemplaban normalizar las condiciones monetarias en EEUU y la Eurozona y que han tenido que rectificar sobre la marcha para dar cabida a nuevas medidas expansivas.
La Reserva Federal (Fed), que venía de un 2018 en el que subió los tipos de interés cuatro veces, ha pasado a recortarlos tres veces en 2019 y a expandir de nuevo su balance con operaciones especiales de liquidez y dedicando 60.000 millones de dólares al mes a comprar letras del Tesoro en el mercado. En cuanto al Banco Central Europeo (BCE), ha bajado los tipos, ha retomado las compras de activos y ha vuelto a convocar nuevas operaciones bancarias de financiación a largo plazo, todo ello antes de que Mario Draghi cediera la presidencia de la entidad a Christine Lagarde en noviembre.
Hasta la fecha, este intercambio de 'golpes' ha proporcionado más combusible alcista al dólar. Sobre todo, porque se ha visto acompañado de un debilitamiento más acusado de la actividad económica en la Eurozona, algo que ha pasado factura al euro. En los próximos meses, las decisiones de las entidades presididas por Jerome Powell y Christine Lagarde serán nuevamente determinantes en el cuerpo a cuerpo entre ambas divisas.
Sin olvidar el protagonismo de Donald Trump, que afronta el año final hacia su reelección. Durante su mandato, el republicano se ha venido quejando de la fortaleza del dólar frente a monedas como el euro o el yuan chino y, dentro de este enfoque, ha exigido a Powell más medidas expansivas por parte de la Fed para frenar el ímpetu de la divisa norteamericana. A menos de un año ya para las elecciones de comienzos de noviembre de 2020, la voz de Trump se dejará escuchar de nuevo a poco que el 'billete verde' vaya más allá. Sobre todo, si finalmente Barclays atina más en sus pronósticos que Deutsche Bank o Morgan Stanley.