A la guerra se va con todo. Con tuits, con amenazas, con aranceles, con rebajas de los tipos de interés. Y si hace falta hasta con intervenciones directas en el mercado de divisas para debilitar al dólar. Así es la 'doctrina Trump', edificada bajo la consigna de que defender la economía de EEUU pasa por acabar con los abusos y las artimañas de sus 'competidores'. Como China y la Eurozona, cuyas divisas, a ojos del presidente de EEUU, Donald Trump, están manipuladas para sacar provecho propio y perjudicar al dólar. Por eso cualquier tuit, cualquier tarifa, es y será en defensa propia, que son los otros los que dispararon primero.
En esta escalada, etiquetada como 'guerra comercial' pero que cuenta con distintasa ramificaciones que en realidad evidencias que lo que se está librando es la batalla por la hegemonía del futuro, las divisas están llamadas a cobrar un protagonismo creciente. Nunca han dejado de tenerlo, pero en los últimos meses habían quedado relegadas entre advertencias de nuevos aranceles y presiones para que la Reserva Federal (Fed) baje los tipos de interés en EEUU. Por eso los expertos hablaban de 'guerra fría de divisas', para dejar claro que estaba relajada, pero que no se había ido.
Y ahora asoma de nuevo su figura, porque está volviendo a calentarse. Trump y los bancos centrales se están encargando de ello, en una secuencia que tiene poco de casual y que en el horizonte contempla una cita clara: las Elecciones Presidenciales de noviembre de 2020 en EEUU, en las que el republicano buscará repetir victoria. Para ello, que los estadounidenses perciban que 'las cosas de su bolsillo' van bien será un activo sumamente valioso para Trump. Lo quiere tener todo atado y bien atado. Por eso, una vez 'atado' que la Fed bajará los tipos a finales de julio, su punto de mira cada vez presta más atención al asunto cambiario, porque así abarcaría ya todos los ángulos: el de los araceneles, en de los tipos y el de las divisas. Todo vinculado con el comercio, con la economía. Con su reelección.
PREPARADOS, LISTOS...
Los hechos se han acumulado en las últimas semanas. En cuanto el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, sugirió el 18 de junio en Sintra que la entidad está lista para lanzar nuevos estímulos si la economía y la inflación no remontan, Trump acudió a Twitter para mostrar su malestar por estás prácticas con ese argumento de que buscan depreciar al euro para competir "injustamente" contra el dólar. "Han estado comportándose así durante años, como China y otros", remató.
"Trump parece dispuesto a ir con todo. Con aranceles. Con rebajas de los tipos. Y hasta con una medida del calibre de intervenir de manera directa en el mercado de divisas"
No contento con eso, en la víspera del 4 de julio volvió a la carga. "China y Europa juegan un gran juego de manipulación de divisas y bombean dinero en su sistema para competir con EEUU", denunció de nuevo en Twitter. Y añadió: "Deberíamos hacer lo mismo, o seguir siendo los tontos que se sientan y observan cortésmente mientras otros países continúan jugando, ¡como lo han hecho durante muchos años!".
...¿FUEGO?
Entre los expertos, estos mensajes suenan a una estrategia de Trump para dejar claro que no se quedará de brazos cruzados mientras otros bancos centrales, como el BCE, el Banco de Japón o el Banco de Popular del China, adoptan o estudian nuevas medidas expansivas que debiliten sus divisas contra el dólar. Y que por eso continuará presionando a la Fed para que responda a su vez con nuevos estímulos, como esa rebaja de los tipos que ya ha anticipado la institución presidida por Jerome Powell. ¿Y algo más? Sí, por supuesto. ¿Y por qué no va a replicar el Tesoro norteamericano a ese 'juego sucio' que, según Trump, practican la Eurozona o China interviniendo directamente en el mercado para vender dólares?
No sería sencillo, porque supondría disparar la tensión con una medida nada sutil y totalmente intervencionista. Pero no parece que Trump se frene por aquello de guardar las apariencias. "Es un riesgo bajo, pero creciente", señala Goldman Sachs al respecto. "La guerra fría de divisas que se viene librando entre los principales bloques comerciales del mundo desde hace más de cinco años se ha desatado nuevamente. Incluso ya no puede descartarse una escalada en toda regla que lleve a una intervención directa de EUUU y otros gobiernos y bancos centrales importantes para debilitar sus monedas, aunque no sea una probabilidad a corto plazo", apunta igualmente Joachim Fels, asesor económico global de la gestora de fondos PIMCO. Vamos, que no lo ven como algo inmediato, pero que lo tienen presente. Y solo con eso, tratándose de una medida de este calibre a la que EEUU no recurre para debilitar al dólar desde los años 80 del pasado siglo, ya basta para que figure como otro de los riesgos asociados a la denominada guerra comercial.
Cabe un paso previo, eso sí. El de que el Tesoro estadounidense decrete oficialmente que China y/o Alemania, como mayor economía de la Eurozona, manipulan sus divisas. No lo hizo en su último informe, de finales de mayo, aunque sí forman parte de la lista de naciones que EEUU vigila de cerca por sus prácticas comerciales y cambiarias. Por tanto, y si los acontecimientos se suceden y el malestar en la Casa Blanca se acrecienta, el Tesoro sí podría hacerlo cuando revise su posición en otoño. Más allá de ser anecdótico, adquirir esa condición de "socio manipulador de divisas" abre la puerta a que el Tesoro para imponer sanciones o aranceles a ese país en cuestión. O lo que es lo mismo, a que la disputa comercial estalle por otro flanco. El de las divisas.