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Las alarmas de recesión económica van a más en los últimos meses y, con ellas, el interés de los inversores por poner a cubierto su cartera. Un escenario en el cual el oro vuelve a reivindicarse como activo refugio por excelencia. Y cada vez más en piezas físicas. Sin embargo, asesores patrimoniales advierten de que conviene tomar ciertas precauciones antes de optar por esta estrategia.

En lo que va de año, el oro se ha revalorizado un 14%, hasta rebasar los 1.500 dólares por onza. Aunque hay muchas vías para beneficiarse de este repunte, como los futuros, contratos por diferencia (CFD) y los fondos cotizados (ETF), en los últimos meses se ha percibido un mayor apetito por piezas físicas que serían garantía de valor en el caso de un poco probable gran colapso de los mercados.

Los últimos informes emitidos por varias casas de inversión -como Julius Baer o Wisdom Tree- explican que la remontada ha tomado fuerza al calor del discurso de los economistas más agoreros, pero también por las compras de oro de los bancos centrales, que a la par han mostrado su disponibilidad para retomar viejas políticas acomodaticias que prometen mantener a raya la cotización de divisas consideradas refugio, como el franco suizo y el mismo dólar estadounidense, a la par que perpetuar los mínimos rendimientos de la renta fija.

Con este panorama, el preciado metal va camino de cerrar su cuarto año consecutivo al alza. En este periodo, la remontada alcanza ya una revalorización del 36%. En el mismo periodo, el Ibex 35 ha sumado un 6,5% a su gráfica. Sin embargo, no todo vale a la hora de apostar por el oro físico. Estos son algunos de los consejos que más repiten los asesores patrimoniales.

REGLA DEL 10: el consejo más frecuente es que nunca se sobrepase un 10% de la cartera de inversión a no ser que las cosas se pusieran realmente feas para la economía. Varios asesores explican que este porcentaje suele ser suficiente para conseguir una buena exposición al activo en el que se desea invertir sin correr excesivos riesgos de jugárselo todo a una sola carta.

LIQUIDEZ: aunque es un activo bastante líquido en todo el mundo, hay que tener en cuenta que las piezas de inversión de tamaño medio son las que más aceptación tienen y suelen conseguir unas valoraciones más adecuadas a la hora de negociar con ellas o acudir a una casa de empeños. Las piezas demasiado grandes o pequeñas pueden encontrar más dificultades para su circulación.

PLAZOS: hay que tener en cuenta que lo ideal es adquirir oro físico con perspectivas de largo plazo más que como moneda de cambio o pasarela a otros activos. Para operaciones a más corto plazo o para buscar rentabilidad con los picos de cotización de la materia prima, los expertos aconsejan emplear mejor derivados de inversión, que suelen gozar también de una amplia liquidez.

SEGURIDAD: como ya se sabe que no es oro todo lo que reluce, los expertos aconsejan acudir a casas de inversión en metales preciosos que cuenten con trayectoria, estén bajo la supervisión o el paraguas de algún organismo o grupo internacional y que no ofrezcan piezas ni precios que difieran mucho con lo que se suele manejar en este mercado.

Las normas vigentes sobre pagos en efectivo también afectan a la compra de oro físico, por lo que cualquier transacción que supere los 2.500 euros debe pasar por el banco

DISTINTIVOS: antes de adquirir una pieza conviene comprobar que cuenta con ciertos distintivos que acrediten su autenticidad y pureza. En el caso de las monedas, comprobando los listados de emisiones de la institución que la haya acuñado y cuya marca figurará también en la pieza. En barras y lingotes, es habitual que haya marcas con el nombre del fabricante, una alusión al nombre del metal y su peso. Es obligatorio que figure su pureza y el sello del certificador, mientras que el número de serie frecuentemente aparecerá solo en los lingotes de fundición de mayor peso.

PAGO: a la hora de comprar oro físico en una sucursal de algunas de las casas de inversión en materias nobles que ofrecen este servicio hay que tener en cuenta que las normas vigentes sobre pagos en efectivo también afectan a este producto. El vendedor no podrá aceptar pagos en metálico por más de 2.500 euros. A partir de esa cantidad, la transacción deberá ejecutarse a través de una cuenta bancaria.

TASAS: tanto si la compra es en un despacho físico como a través de un mostrador online, la compra de oro físico suele llevar aparejadas ciertas comisiones que conviene conocer y preguntar antes de cerrar la operación. Habitualmente, en función del tamaño y lo extraordinario de la pieza en cuestión, esta tasa se mueve entre el 1,5% y el 3%. Lo normal es que la factura se reduzca conforme mayor es la inversión a realizar.

IMPUESTOS: las piezas de oro que cumplen con determinados estándares están exentas del pago de IVA en España, a diferencia de lo que ocurre con las joyas hechas de este metal, que tributan al 21% por este impuesto. En lingotes, barras o láminas de oro, deberán contar con una pureza igual o superior a 995 milésimas y tener alguno de los pesos que enumera la ley vigente a partir de dos gramos. En el caso de las monedas, se exige que sean de ley igual o superior a 900 milésimas, hayan sido acuñadas después de 1800 para curso legal en su país de origen y se hayan comercializado a un precio que no sobrepase en más de un 80% al valor de mercado del oro que contengan.

La gestión de un lingote no termina con su adquisición, conviene custodiarlo en un espacio adecuado con suficientes garantías de conservación y seguridad

ALMACENAMIENTO: la gestión del oro físico no termina con su adquisición. Igual que los valores negociados deben almacenarse en una cuenta de inversión, los lingotes, barras o monedas deberán custodiarse en un espacio adecuado con garantías de conservación y seguridad. Cada vez son más las casas especializadas que dan la opción de guardar en sus propios depósitos las piezas adquiridas a cambio de ciertas tasas. Si se va a llevar a casa, más vale preparar dispositivos de seguridad y declarar su existencia al seguro de vivienda para asegurarse una indemnización en caso de robo.

TRANSPORTE: los expertos aconsejan conocer siempre la regulación sobre posesión de oro del lugar del destino y origen cuando se viaja, así como tener las piezas controladas durante todo el trayecto. En la Unión Europea, rige la misma norma que para el efectivo: se puede movilizar hasta el equivalente a 10.000 euros sin necesidad de declarar. En EEUU, la marca se sitúa en 10.000 dólares. Para curarse en salud ante agentes de aduanas fisgones, lo mejor es llevar las facturas de compra de las piezas junto a las mismas.

VENTA: si por el motivo que sea se quiere vender conviene conocer el precio al que se está negociando la pieza de la que el inversor pretende desprenderse. Además, ha de saberse que en el caso de obtener plusvalías se debe tributar por ellas señalando estas ganancias en la declaración anual de IRPF. Asimismo, los asesores recomiendan no acudir al primer comprador que pudiera aparecer, sino dejarse aconsejar por un experto en el campo o recabar el criterio de la casa de inversión donde inicialmente se compró.

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