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El oro ha cerrado un brillante 2019, pero su escalada de precios sigue sin dar síntomas de agotamiento. La persistencia de focos de tensión económica y política promete más alegrías para el preciado metal, que se coloca sin dudar entre las apuestas preferentes de los analistas para diversificar y proteger las carteras ante eventuales sobresaltos de los mercados. Algunos ya le conceden un potencial de revalorización adicional del 8%.

La onza de oro estrenaba el año 2020 en los 1.520 dólares. Apenas una semana después ya acumula una revalorización cercana al 2,5% que ha venido motivada fundamentalmente por los múltiples focos de tensión que siguen abiertos desde hace meses y el resurgimiento del pulso económico y militar entre EEUU e Irán. Este factor más reciente se suma a las dudas que sigue generando la solvencia de la economía global, la posibilidad de nuevas escaladas en la guerra comercial, el sempiterno asunto del Brexit y la abundante liquidez prometida por los grandes bancos centrales.

Si se echa la vista para atrás a un año, la revalorización de la onza de oro alcanza el 9%. Una marca que se quedaría pequeña en 2020 si se cumplieran las últimas previsiones de Wisdom Tree, una de las principales casas estadounidenses de inversión en derivados sobre materias primas. El director de la firma, Nitesh Shah, augura que “el oro podría acabar el año en torno a los 1.640 dólares”, una cota en la que sitúa el precio objetivo de la ‘commodity’ dentro de su escenario base.

Sin embargo, esta no es la cota más elevada que desde la firma prevén para el metal. Shah advierte de que si se dan circunstancias como la “persistencia de tensiones en Oriente Medio” y la Reserva Federal de EEUU (Fed) opta por relajar aún más su política monetaria, cada onza podría alcanzar una valoración de nada menos que 2.030 ‘billetes verdes’.

NO SOLO IRÁN Y CHINA

El portavoz de eToro para España, Javier Molina, considera que actualmente el precio que hay que vigilar está en los 1.556 dólares por onza, ya que una vez superado este umbral, “directos a los 1.620 dólares”, explica. Una estructura en cuyo cumplimiento confía en pleno rebrote de tensiones geopolíticas y que se le antoja el futuro más cierto para este activo siempre y cuando se respete el soporte de los 1.500 ‘billetes verdes’ por onza.

Sin embargo, los analistas y gestores no se la fían toda al devenir político y militar de Irán y sus vecinos. El director global de inversiones de Deutsche Bank, Christian Nolting, se muestra convencido de que “la desaceleración del crecimiento mundial” hacia la que apunta en sus perspectivas anuales generará “algunas oportunidades” en activos como el metal amarillo.

El oro ha sido la materia prima más rentable de la última década, mientras que el petróleo ha sido la que más pérdidas ha arrojado

El responsable de inversiones del banco alemán se muestra convencido de que en los próximos meses seguirá “recuperando su brillo” apoyado en factores como el previsible aumento del déficit fiscal estadounidense, que tradicionalmente ha funcionado como catalizador para su cotización. Esto último se debe a que los inversores tienden a buscar en el metal refugio para su poder adquisitivo cuando se dan situaciones de este tipo.

La abundancia de flujos de inversión hacia el oro es precisamente uno de los tres factores fundamentales que Tania Salvat, ejecutiva de ventas en BlackRock España, considera que “apoyan la subida para 2020”. Los otros dos son la asegurada continuidad de los tipos de interés en mínimos históricos y la persistencia de algunos de los factores de incertidumbre política que ya vapuleaban los mercados hace un año.

A POR LOS MÁXIMOS HISTÓRICOS

Son varias las casas de inversión que han situado el precio objetivo del oro para este año en el entorno de los 1.600 dólares por onza. Goldman Sachs, UBS y Lyxor (Société Générale) son algunos de los que se sitúan en esta cota. Sin embargo, el analista Barani Krishnan, de Investing.com, señala que los precios en el mercado de oro físico al contado las valoraciones podrían superar con más facilidad esta cota. En este sentido, desde gestoras como la estadounidense Wolfe Research, se contempla que los lingotes puedan batir este año sus máximos históricos, registrados en 2011 a razón de 1.920,8 dólares por onza.

"El oro continuará viéndose como una protección poderosa contra los riesgos geopolíticos, pero además como una oportunidad para ganar"

Aunque hay discrepancias en cuanto a cuál es el potencial alcista que le sigue restando al oro, sí existe concordia en el hecho de que el oro es un activo ineludible para construir una cartera ganadora este año. Una afirmación que Amundi resume con la siguiente frase en su informe anual: “El oro continuará viéndose como una protección poderosa contra los riesgos geopolíticos”. La clave ahora está más en el calificativo de “poderosa” que en la condición de “protección”.

Los analistas de Bank of America subrayan la importancia de no dejarse llevar por la reciente volatilidad del petróleo. Más allá de las iniciativas para un uso progresivamente menor de esta materia prima, cada dólar invertido en el ‘oro negro’ en 2010 se ha convertido en 74 centavos, mientras que cada ‘billete verde’ en lingotes es ahora 1,34 'pavos', lo que la convierte en la materia prima con mejor rendimiento de la última década. Ahora, queda por ver si también lo será de esta y los expertos coinciden en que si no con tanto éxito, sí que se repetirán las ganancias.

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