La 'fiebre del oro' está de vuelta si es que alguna vez se fue. El repunte de contagios por coronavirus está alimentando el miedo a una segunda oleada de la pandemia, lo que está acelerando la búsqueda de valores refugio entre los inversores. La onza del preciado metal vuelve a la lucha por los 1.800 dólares, máximos de los últimos nueve años.
Aunque batir esta cota clave sigue siendo un reto para el oro, este miércoles se alcanzaban máximos intradía en los 1.796 dólares. El dinero que sale de la renta variable en las últimas sesiones busca activos en los que estar a cubierto del descalabro que el establecimiento de nuevos confinamientos podría suponer para los mercados.
La ampliación de las herramientas de política monetaria de los bancos centrales con el objetivo de estar listos para el combate si se llegara a producir este adverso escenario también impulsan el precio del metal. En este sentido, solo en el último mes, su cotización ha subido un 6% desde los preciado metal. Una revalorización que se traduce en nada menos que en 100 dólares por onza.
El analista Adam Vettese, del bróker eToro, señala que el oro se enfrenta a un "momento crítico" para su cotización, pues la superación de los 1.800 dólares por onza supondrían la pista de despegue para un recorrido alcista mucho mayor. El experto considera que a esta remontada está contribuyendo el hecho de que "cada vez más inversores buscan repartir su cartera entre múltiples clases de activos".
La subida en lo que va de año del 25%, pues este 2020 del coronavirus arrancaba con una valoración de 1.525 dólares por onza. En los compases de mayor confianza en el efecto de la desescalada para conseguir una ágil y sólida recuperación en V, el metal llegó a descender hacia los 1.450 dólares desde los 1.700 'billetes verdes' conseguidos solo unas semanas antes.
Rumbo a los 2.000 dólares
Con el convencimiento cada vez mayor de que la recuperación tendrá una forma más alargada, los analistas consideran que no faltarán argumentos para que el ascenso se mantenga en las próximas semanas. Además, desde Jupiter AM recuerdan que "la locura monetaria continuará", de manera que la apreciación del metal cuenta con el argumento a su favor de un mercado inundado de liquidez por los grandes bancos centrales.
Desde los despachos de Goldman Sachs, esta misma semana señalaban que el oro alcanzaría los 2.000 dólares por onza en el próximo año, tiempo en el que la mayoría de previsiones macroeconómicas descartan ya una eventual recuperación completa de la economía global. Enfrente, los expertos del banco privado suizo Julius Baer señalan que, si bien "a corto plazo ahora están sesgados al alza, en el medio y largo plazo las mejoras del entorno económico deberían pesar sobre la demanda".