¿Regreso a los intereses negativos? El parón económico deja al bono alemán en el 0,1%
- Los temores económicos alientan una nueva ronda de compras de bonos
- Hace un año el rendimiento del 'bund' superaba el 0,7%
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A mediados de enero, la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania calmó en parte los temores al avanzar que la economía volvió a crecer "ligeramente" en el cuarto trimestre de 2018. Parece poco, pero es que en el tercero, y de manera inesperada, se había contraído un 0,2% con respecto a los tres meses anteriores, con lo que existía el riesgo de que la recesión técnica estuviera de vuelta en la mayor economía de la Eurozona como ya lo ha hecho en Italia.
El dato, porque la Oficina no dio ninguno, se conocerá el próximo 14 de febrero, y las previsiones contemplan un crecimiento intertrimestral del 0,2%.
Ahora bien, no deja ser un alivio menor, porque el susto permanece. Alemania, con la Eurozona en su conjunto, está perdiendo tracción por momentos. Lo anticipó el Fondo Monetario Internacional (FMI), que enero recortó su previsión de crecimiento para Alemania del 1,9% al 1,3% para 2019, lo ha remachado la Comisión Europea este jueves, puesto que ha rebajado su pronóstico del 1,8% al 1,1% para este año, y lo está rematando el mercado con unas compras de bonos que evocan tiempos pasados, que aunque cercanos, parecían superados.
En concreto, esas compras, que provocan caídas en las rentabilidades porque estas se comportan de manera inversa al precio de los títulos, provocan que el rendimiento del bono alemán a 10 años ('bund') descienda del 0,16% al 0,11%, su nivel más bajo desde finales de 2016. Es más, hace un año se situaba por encima del 0,7%, un contraste que resulta notable y que evidencia que el mercado está volviendo sobre sus pasos conforme la economía también está retrocediendo.
Otro dato lo evidencia: Alemania vuelve a financiarse en negativo a nueve años. Es decir, la rentabilidad de sus títulos a nueve años, que hace un año superaba el 0,6%, vuelve a estar en negativo, todo un anticipo de lo que puede ocurrir de nuevo con el 'bund', que en 2016 ya vivió unos meses en el histórico universo de los intereses negativos, aquellos por los que el orden financiero se altera y quien se endeuda cobra un interés y quien compra esa deuda paga un interés.
MÁS DE 250 PUNTOS DE DIFERENCIAL
El descenso del rendimiento del 'bund' provoca además una considerable ampliación del diferencial entre los bonos estadounidenses y alemanes a 10 años. Con el rendimiento de los primeros en el 2,66%, entre ambos existe una brecha de 255 puntos básicos -o 2,55 puntos porcentuales-.
"Si se confirman las expectativas del mercado, Draghi consumirá sus ocho años al frente del BCE sin subir los tipos ni una vez. Todo un récord"
Lejos de ser anecdótica, esta diferencia, que explica porque los tipos de interés oficiales en EEUU se encuentran en el 2,25-2,50% y en la Eurozona siguen en el 0% y porque se espera más crecimiento en la mayor economía del mundo que en la alemana, es determinante a la hora de atraer capitales. El mayor atractivo de los intereses del dólar es uno de los motivos por los que el euro, que hace un año, con el rendimiento del 'bund' subiendo, se cambiaba a 1,25 dólares, lo haga ahora a 1,13 dólares.
La onda expansiva de los temores económicos y de la búsquea de refugios a la que dan lugar se refleja igualmente en la renta variable. El Dax alemán se ha dejado un 2,7% este jueves, con lo que ha sido el índice europeo más castigado de la sesión.
UNA DESPEDIDA COMPLICADA
Además, lo que el mercado está diciendo con la recaída del rendimiento del 'bund' es que el Banco Central Europeo (BCE) no subirá los tipos de interés este año. Es decir, que tendrá que modificar una hoja de ruta que aún recoge su intención de elevar los intereses este año, aunque nunca antes de septiembre u octubre.
La entidad presidida por Mario Draghi, que afronta la recta final de un mandato que acabará el 31 de octubre, podría dar la razón a estas expectativas tan pronto como en su siguiente reunión de política monetaria, que tendrá lugar el 7 de marzo. En ella anunciará sus nuevas proyecciones económicas, que con toda seguridad recogerán un tijeretazo a la previsión de este año, situada desde diciembre en el 1,7%. Este recorte ofrecería la excusa para confirmar que el BCE aparca sus planes de encarecer el precio del dinero, con los tipos oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40% desde marzo de 2016. En ese supuesto, Draghi consumiría sus ocho años al frente del BCE sin subir los tipos ni una vez. Todo un récord.