David Rodríguez
Estamos de lleno en la época 2.0. Instagram, Facebook y Twitter, por ejemplo, se han convertido en los álbumes digitales que antaño todos los estantes de las casas tenían rellenos de fotos más o menos ordenadas. Se calcula que los padres publican una media de 1.500 fotos de sus hijos en las redes sociales antes de que cumplan los cinco años, y que el 92% de los niños menores de dos años ya tiene huella digital. Además, un tercio de las madres de menos de 34 años tiene cuentas en Facebook a nombre de sus hijos antes de su primer cumpleaños, según datos recogidos por NBC. Casi nada. Pero parece que no somos conscientes de ello.
La llegada del verano acentúa un fenómeno que durante el año pasa de forma sostenida, y que ya vemos como natural. Padres, madres, tíos, abuelos y abuelas compartiendo fotos en las redes. No lo negaremos, son un buen reclamo para cosechar ¿me gusta¿, aumentar el ego y mostrar a nuestros retoños, pero, ¿hasta qué punto es lícito hacerlo sin el consentimiento de un menor que ahora no puede, pero quizás en unos años se sentirá ofendido por el uso de su imagen que hicieron sus familiares?
Francia ha sido uno de los primeros países en tomar cartas en el asunto, y las autoridades han advertido a los padres de que podrían ser penados con hasta un año de prisión y una multa de 45.000 euros por dar a conocer los detalles de la vida de sus hijos en las redes sociales sin su consentimiento. Y es que, actualmente, más del 45% de los padres con Facebook permiten que sus ¿amigos¿ vean las publicaciones de sus hijos, un 20% más dejan que las vean amigos de amigos, y un 8% tienen sus perfiles totalmente públicos. Un auténtico problema que atenta contra la privacidad del menor.
Pero, ¿quién, cómo y cuándo se comparten estas fotos? Le preguntamos a StepsLife, un servicio que permite preservar y revivir los recuerdos de los primeros años de vida de los niños de forma privada y controlada, y que ha recogido las tendencias de uso de su plataforma recabando los siguientes datos de comportamiento:
Quienes comparten fotos de los hijos son principalmente mujeres de entre 24 y 44 años, de las cuales un 60% tienen bebés de 0-1 años.
El perfil de las que más comparten, además, son las madres (82%) seguidas de padres, tías, abuelas y abuelos.
La mayoría de fotos se comparten a las 12h del mediodía (break en el trabajo), habiendo un segundo pico a las 19h, que aumenta hasta las 23h (coincidiendo con el momento en que los pequeños cenan y se van a dormir).
El grueso de fotos que se comparten es del primer y el segundo año de vida. Esto ocurre porque los primeros 24 meses coinciden con el periodo de desarrollo más rápido del niño y la aparición de las ¿primeras veces¿: primera sonrisa, primer diente, primera vez gateando, primera papilla¿
Así, el problema más importante es el de la privacidad de los datos y la seguridad de la información. Y es que, si hablamos de compartir, se necesitan entornos privados, donde no sólo se puedan guardar sino también compartir los momentos de los niños, que permitan interactuar con las imágenes. Redes sociales ideadas para proteger al menor y pensando en su futuro. Quizás no querrá que todas sus fotos de cuando era pequeño estén accesibles a cualquiera.
* Este post fue publicado originalmente en Blogthinkbig.com