En concreto, al final de junio un total de 22.144 personas mayores de 65 años (+140,5%) transformaron el dinero logrado con la venta de algún elemento patrimonial, como una segunda vivienda, un fondo de inversión o acciones, en una renta vitalicia asegurada.
Según ha explicado Unespa, la patronal del seguro, este tipo de productos dispone de las ventajas fiscales que se establecieron a raíz de la última reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y han ganado terreno como sistema de previsión complementario.
Los datos recopilados por ICEA también muestran que las aseguradoras gestionaban 229.397 millones de euros de sus clientes a cierre del semestre, lo que supone un incremento interanual del 2,69%.
De esta cantidad, 186.499 millones corresponden a productos de seguro, un 2,55% más. Los restantes 42.898 millones constituyen el patrimonio de los planes de pensiones que gestionan las aseguradoras, que ha avanzado un 3,26% en un año.
Las rentas vitalicias y temporales constituyen el producto más relevante en términos de ahorro gestionado y acumulan unas provisiones técnicas de 88.058 millones de euros, un 1,62% más que un año atrás. Por otra parte, los seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP), conocidas popularmente como Planes de Ahorro 5, movían al acabar el semestre 3.486 millones de euros tras experimentar un crecimiento interanual del 34,87%.
En cuanto a la evolución de los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), han alcanzado al cierre de junio los 12.804 millones, con un incremento del 12,84%, mientras que los capitales diferidos se anotan un alza del 1,35% y acumulan 49.020 millones de euros.