¿Pueden ser los repartidores de Glovo o Deliveroo autónomos o no?
Hay quien cree que las plataformas de economía colaborativa son el futuro, pero también quien opina que su aparición no puede suponer una pérdida de los derechos laborales
16 diciembre, 2018 05:00La economía colaborativa hace tiempo que irrumpió en el panorama laboral haciéndose protagonista de no pocas polémicas y conflictos. Las dudas que ha suscitado un modelo que hasta hace unos años no existía ha puesto a discutir a sindicatos, empresas y letrados sobre la legitimidad de este nuevo entorno laboral. ¿Están deteriorando las condiciones de empleo estas plataformas? ¿Cómo inciden las nuevas tecnologías en la relación entre las empresas y los trabajadores? ¿Hace falta actualizar la normativa para regular este tipo de plataformas?
Alfredo Alpra, del despacho de Andersen Tax & Legal, considera que hay una cuestión fundamental a la hora de analizar la situación: ¿quién asume el riego y la responsabilidad? Es decir, si el repartidor es un trabajador por cuenta ajena o un autónomo.
QUÉ DICEN LAS EMPRESAS
Las empresas protagonistas de este debate, como Glovo o Deliveroo, defienden que los repartidores son trabajadores autónomos. Aseguran que ellas son meras intermediarias y que la plataforma digital funciona como un instrumento técnico que pone en contacto a una persona que necesita un encargo con un empresario (los repartidores), que es quien presta el servicio.
Además, señalan que son los trabajadores quienes establecen su horario de trabajo. Ellos son quienes deciden cuándo y cuánto trabajan y qué pedidos aceptan realizar.
QUÉ DICEN LOS SINDICATOS
Por su parte, los sindicatos lo tienen claro. Manuel de la Rocha y Bernardo García, abogados laboralistas de UGT, ven una clara relación laboral entre estas empresas y los trabajadores. No creen que se trate de economía colaborativa porque existe una actividad empresarial, no es un intercambio entre particulares.
Argumentan que no se puede considerar a estos repartidores como emprendedores, ya que se trataría de ¿un empresario que tiene un trabajo muy precario y que tiene una retribución muy escasa con unas condiciones de seguridad social mínimas¿. Y que, además, no tiene ninguna perspectiva de crecimiento en ese ámbito profesional, puesto que se trata de un trabajo temporal.
El propio sistema sobre el que se sostienen estas empresas hace que se trate de un trabajo pasajero. Solo a los jóvenes autónomos, que tienen una cotización más baja, pueden permitirse darse de alta para que prestar este servicio les sea rentable. Cuando pasa el periodo en el que pueden disfrutar de ese descuento en la tasa de autónomos, deja de ser viable y lo dejan, siendo sustituidos por quienes, a falta de una oportunidad mejor, necesitan trabajar con estas plataformas.
Pese a que las empresas se defienden argumentando que son los repartidores quienes aportan el material -es decir, la moto, la bicicleta o incluso el móvil-, desde el sindicado aseguran que el elemento principal de este negocio viene dado por la empresa, ya que se trata de la plataforma digital. Además, aunque es el repartidor quien establece el rango de tiempo en el que puede recibir órdenes de pedidos, desde UGT consideran que la libertad no es tal, ya que, si rechazan uno, el algoritmo de la plataforma les penaliza y les ofrece peores servicios.