Lo tenías claro. Querías subirte a aquel bólido como fuese. ¡Menudos acabados, qué velocidad! Tu vecino lo tenía, tu cuñado también; salía en la tele… Así que lo viste pasar por delante un día y no pudiste resistirlo. Pronto, la velocidad dejó de ser graciosa en aquella curva a 200 km/h… y en la siguiente… y en todas las demás. Así que terminaste tirándote en marcha antes de echar el corazón por la boca.
Eso es precisamente lo que les está pasando a muchos de los inversores que han construido su cartera en los tiempos de bonanza del mercado. ¡Pero qué lustroso parecía ese fondo en los folletos de la entidad o en aquel anuncio de TV!
Ahora que las curvas, la volatilidad y los frenazos han llegado, muchos partícipes de fondos con algo de riesgo están empezando a poner pies en polvorosa al ver sus cuentas en rojo. Un buen ejemplo es el fondo que protagonizó un hito tras anunciarse en las campanadas de 2017, el Santander Small Caps España, que captó cientos de millones de euros con el reclamo de haber logrado una rentabilidad cercana al 18% anualizada. Aunque en los últimos 7 meses pierde casi un 17%, sigue siendo el mejor de la década en su categoría.
Sin embargo, muchos inversores con tendencia al mareo ya se han apeado del fondo. Solo en dos meses (entre octubre y noviembre) el fondo perdió 1.000 inversores que aunque deseaban subirse a al bólido que pilota su gestora, Lola Solana, terminaron bajándose en marcha. Otros 10.000 inversores que entraron en el fondo de 2018 sufren pérdidas a día de hoy.
La tónica vista en el Small Caps no es diferente a la de otros fondos de bolsa o a lo que sucedió en el desplome bursátil de 2008. Entonces, en torno a 40 fondos de bolsa española perdieron un tercio de los partícipes que tenían solo un año antes. Lo peor es que entre los fondos que sufrieron fuga de partícipes se encuentran también los mejores productos de la última década. Y sí, incluido el Small Caps España.
Durante 2008, el fondo de Banco Santander fue el tercer fondo de bolsa española que más pérdidas sufrió, según Morningstar. Los más de 3.700 inversores que tenían ese fondo en 2007 se redujeron a apenas 1.500 solo un año después. Todos ellos se han perdido bajándose en alguna curva al mejor fondo de la década, con el que habrían duplicado su inversión en estos 10 años (su rentabilidad supera el 8% anualizado en ese periodo).
Expectativas irreales y market timing
“En los últimos 100 años, la bolsa ha subido un 8-10% en promedio anual, pero si miramos la historia tan solo 1 de cada 10 años se obtiene esta rentabilidad”, recuerda el gestor Xavier Brun, de Trea AM. De ahí, el problema de intentar hacer market timing, de intentar acertar con el momento de salida y entrada adecuados.
De hecho, según un análisis de la gestora AzValor, haberse perdido las 28 mejores sesiones en la última década ha supuesto tener una rentabilidad del -0,25%, es decir, menos que en el punto de partida. Mantenerse invertido ha rentado un 10,6%.
Esperamos mucha rentabilidad, como demuestra uno de los últimos estudios de Schroders pero, ¿asumimos los riesgos? Su última encuesta entre inversores europeos revela que solo un 4% contempla que su rentabilidad pueda ser 0% o incluso negativa en los próximos 5 años. Sin embargo, en torno a un tercio de los inversores espera entre un 5% y 9%, y el otro tercio más de un 10%.
Al final, se trata de tener claro que, en la bolsa, la rapidez que tanto nos llamó la atención en las subidas se puede producir también en las bajadas. Por eso, antes de contratar un producto financiero es muy importante conocer bien si su riesgo se ajusta a lo que podemos soportar, o si el periodo recomendado de inversión coincide con nuestro horizonte y nuestras expectativas.