Los ladrones de la era tecnológica no te atracan ni te roban la cartera. Al menos no la que guardas en el bolso o el bolsillo. Las estafas digitales están a la orden del día con timos vía email, por WhatasApp o colándose en tu ordenador. Según el Observatorio Español de Delitos Informáticos (OEDI), en 2017 se registraron más de 80.000 de estos fraudes, lo que supone que en seis años la cifra se ha duplicado. No solo crecen en cantidad, sino que cada año aparecen nuevos tipos de estafas. Aquí te dejamos algunos de los más comunes. 

PHISING

El ‘phishing’ es uno de los métodos más utilizados por los ciberdelincuentes. Consiste en el envío de correos electrónicos fraudulentos o el duplicado de la página web de nuestro banco, para conseguir información personal como contraseñas, números de cuenta o datos de tarjetas de crédito. Datos de los que tu entidad bancaria ya dispone y que no debes facilitar por esos canales de ninguna forma. 

Los estafadores plagian la imagen del banco de la víctima para hacerle llegar un mensaje anunciando que ha ganado un concurso o que hay algún problema con su cuenta. Tanto para acceder al premio como para solucionar el fallo, el usuario tiene que ingresar en su cuenta bancaria. Así obtiene los datos financieros del cliente y pueden disponer de su dinero. Sin embargo, hay otros mecanismos de seguridad que aún pueden salvarte, pero contra los que también va el siguiente fraude. 

VISHING

Podría decirse que el ‘vishing’ es la segunda parte del ‘pishing’. El objetivo de este método es obtener la clave o el pin necesario para realizar operaciones una vez obtenidas la información bancaria o de las tarjetas. El procedimiento es más descarado. El delincuente llama a la víctima alarmándole sobre algún riesgo que está corriendo su cuenta y reclamándole el dato necesario para proceder al robo excusándose en que es la información que necesita para que no pierda todo su dinero. Si tras realizar una compra o haber facilitado información bancaria sensible recibes una llamada de este tipo, nunca des los datos porque será al hacerlo cuando realmente pierdas todo tu dinero. 

SMISHING 

No solo ocurre con emails, llamadas o SMS. También pueden contactar contigo vía WhatsApp y cuando esto sucede, el fraude se conoce como ‘smishing’. Funciona de manera similar al ‘vishing’. Se hacen pasar por tu banco, te alertan de una compra sospechosa y te dan un número de teléfono al que debes llamar de forma urgente. Al otro lado contesta quien se presenta como trabajador de tu banco y te reclama el DNI y el número de tarjeta para, en teoría, solucionarte el problema. Este mensaje también podría incluir un link a una página web falsa para pedirte datos confidenciales. 

SKIMMING

El ‘skimming’ consiste en el robo de información de tu tarjeta de crédito o débito en el momento en que realizas una transacción. En este caso, el timo tiene lugar en los cajeros automáticos, donde el delincuente coloca un dispositivo en la ranura de ingreso de tu tarjeta para copiar la información de su banda magnética y utilizarla para compras fraudulentas. 

PHARMING

Mucho cuidado con los juegos online y con las páginas desconocidas a las que accedemos. El auge del ‘ecommerce’ nos ha llevado a tener la información de tarjetas y cuentas guardadas en nuestros dispositivos para hacer las compras de forma más ágil y rápida. Con troyanos o cualquier tipo de virus, el estafador puede acceder a esta información para extraer dinero de cuentas o tarjetas. 

KEYLOGGER/CLICKLOGGER 

Esta estafa está relacionada con la descarga de ‘softwares’ gratuitos de internet y consiste en un programa informático que el delincuente usa para capturar tus datos confidenciales financieros. El ‘keylogger’ captura los datos que vas digitando en el teclado mientras que el ‘clicklogger’ hace capturas de imágenes donde hagas clic. De esta forma, el delincuente usará tus datos para extraer tu dinero.