Son muchos los factores que pueden desencadenar una crisis económica. Y, aunque todavía la economía se encuentra en pleno proceso de recuperación de la última recesión, lo cierto es que varios analistas y firmas de inversión han dejado ver en las últimas semanas su preocupación y ya coinciden en algo: "es tiempo de cautela".
Históricamente, una vez que la rentabilidad del bono estadounidense a tres meses ha superado a la del bono a diez años se ha producido una recesión en EEUU entre 12 y 24 meses después. Este movimiento, que se conoce comúnmente como curva de tipos invertida, ya se ha materializado en diferentes ocasiones a lo largo del año y, a medida que su grado de inversión se hace más profundo, mayor es el pánico que genera a los inversores.
Aunque la historia y los movimientos de mercado han demostrado que no es necesaria la llegada de una crisis económica para que los ánimos de los inversores se vean mermados, las palabras desaceleración e inestabilidad suelen ser más que suficientes para generar miedo entre los inversores, sobre todo entre quienes tienen menor tolerancia al riesgo. ¿Ha llegado el momento para prepararse ante una desaceleración? ¿Cómo se pueden proteger los ahorros que están invertidos?
Los riesgos de la economía mundial
Las guerras comerciales, los riesgos a que se materialice en algún momento una salida brusca de Reino Unido de la Unión Europea y los signos de inestabilidad en el crecimiento económico de algunos países invitan a pensar que existen ciertas amenazas para los inversores. Sin embargo, aunque se percibe preocupación, los analistas coinciden en que no hay necesidad de alarma. "No tiene lugar ninguna recesión, pero entramos en una fase de estabilización más incierta e inestable de lo esperado", apuntan en el último Informe de Estrategia de Inversión de Bankinter. Los expertos de esta entidad explican por qué desaceleración no significa recesión: "de las tres circunstancias que favorecen una recesión (deuda privada elevada, pesado servicio de la deuda y crecimiento económico insosteniblemente rápido), solo una podría estar cumpliéndose (deuda)".
La comunidad de analistas también parece compartir el sentimiento de que existe cierta inestabilidad en el mercado, ya que las expectativas de beneficios en la renta variable mundial se han reducido un 9% con respecto al año pasado, tanto para 2019 como para 2020. "Hoy en día, se prevé que el crecimiento de los beneficios de la renta variable mundial en 2019 se sitúe en cero, desde el 10% previsto en el último trimestre del año pasado", recogen en la última revisión mensual de activos en Columbia Threadneedle Investments. En dicha revisión acaban de reducir su ponderación en renta variable estadounidense desde neutral a infraponderada en las carteras de multiactivos.
Teniendo en cuenta los movimientos de las grandes firmas internacionales y los vientos de cambio que están viviendo los mercados, existen algunas claves que pueden ser de utilidad para el inversor que busca proteger sus ahorros:
1. Crear un fondo de hasta seis meses de gastos
Aunque contar con un fondo de emergencias siempre es recomendable, lo es todavía más en momentos en los que se habla de deterioro de la actividad económica. En estos casos, los expertos recomiendan mantener una liquidez que sirva para cubrir, como mínimo, los gastos que se pueden generar entre tres y seis meses para hacer frente a posibles imprevistos. De este modo, si existe dinero depositado en otros productos que generan rentabilidad el inversor no tendrá que desprenderse de ellos. Para mantener el dinero en un fondo de emergencia una opción recomendable son las cuentas remuneradas, que permiten disponer de liquidez en cualquier momento sin necesidad de tener los ahorros inmovilizados. Aunque en la actualidad las cuentas remuneradas no premian con grandes beneficios, las ganancias pueden llegar hasta el 5% TAE durante el primer año en los productos de algunas entidades.
2. Hacer una revisión de cartera
Cuando existen riesgos en los mercados muchos inversores tienden a anticiparse sin prácticamente escuchar a los expertos. Por este motivo prefieren vender para evitar futuras pérdidas, sin tener en cuenta que la mejor opción pasa por hacer únicamente una revisión de la cartera y reasignar activos si es necesario. Así, se se apuesta por invertir en bolsa lo recomendable será elegir compañías con alta generación de caja y poca deuda. Aunque lo más adecuado es diversificar para cubrirse ante las eventualidades que pueda sufrir cualquier sector en los mercados, un buen punto de referencia puede ser analizar el comportamiento de los mismos en las anteriores crisis económicas. Por ejemplo, dentro del S&P 500, el sector consumo fue el que salió más airoso con el estallido de la crisis económica en 2008. Su caída del 15,4% fue la más baja entre todos los sectores, seguida de la del sanitario (-22,8%). Si se compara con el sector que registró un peor comportamiento (la banca, con una caída del 55,3%), las cifras resultan significativas.
3. Aprovechar para invertir
Los altibajos en los mercados tienden a espantar el dinero de los inversores más conservadores. Sin embargo, del pánico también pueden salir grandes beneficiados sin necesidad de asumir riesgos excesivos. Y es que existen determinados activos refugio que registran grandes ganancias cuando los mercados se tambalean. En concreto, invertir en oro puede ser una de las opciones más adecuadas en tiempos de desaceleración. Tanto con el estallido de las puntocom como durante la crisis financiera de 2008 el oro llegó a ganar más de un 25% mientras que todos lo sectores del S&P se hundían. Además, durante el año 2011, cuando se produjo una nueva oleada de tensión, este metal precioso llegó a subir hasta los 1.900 dólares por onza, registrando máximos históricos.
4. Mantener la estrategia a largo plazo
Uno de los problemas que saca a relucir el pánico en los mercados es el de la tolerancia al riesgo. Y es que, por lo general, los inversores tienden a autoengañarse cuando se trata de asumir pérdidas. Es decir, cuando el ahorrador conforma su cartera asumiendo una tolerancia al riesgo de, por ejemplo, el 5%, ese porcentaje disminuye a medida que ve cómo las pérdidas de más de un 3% empiezan a estar presentes en su cartera. Por este motivo, antes de entrar en los mercados siempre será necesario analizar el perfil de riesgo y el horizonte temporal para que los objetivos de inversión se lleguen a cumplir y no se sufran decepciones. Además, una de las mejores estrategias para compensar los movimientos de mercado siempre será la del largo plazo. "Frente a la potencial volatilidad, creemos que mantener una visión sólida a largo plazo con robustos análisis fundamentales es un enfoque sensato para evaluar el riesgo-recompensa en tiempos inciertos", explican en el último informe de Jupiter Dynamic Bond.
5. Buscar a un asesor financiero
Manejar las emociones en momentos en los que cunde el pánico y está en juego una parte importante del patrimonio es una tarea complicada para el inversor. Por este motivo, no es fácil acertar con la distribución de activos y la contratación de productos mientras se está perdiendo dinero. En dichas situaciones, contar con la figura de un asesor financiero independiente puede ser lo más adecuado, ya que, sin verse influenciado por la inestabilidad ni afectado por las pérdidas, podrá recomendar al inversor cuál es la mejor estrategia que debe seguir para cumplir con sus objetivos.