Diez juegos para aprender finanzas desde pequeños y divirtiéndose
- Hay muchas opciones más allá del Monopoly, aunque es el básico irremplazable
- De mesa y digitales, de toda la vida y recién nacidos... siempre con el objetivo de gobernar las propias finanzas personales
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La Semana de la Educación Financiera ha vuelto un año más para recordar a los españoles que deberían ponerse las pilas en lo que toca a conocimientos financieros. La gran asignatura olvidada de los planes de estudio en los colegios y en el día a día de muchos hogares puede ser más fácil que hojas de cálculo y pesados archivadores con nóminas y facturas.
Aquí se recogen diez juegos, de mesa y digitales, actuales y de toda la vida, con los que el aprendizaje y las risas están asegurados para toda la familia mientras se abordan cuestiones claves para el buen desenvolvimiento en materia de finanzas personales. Eso sí, ‘spoiler’, tampoco se descartan momentos de incertidumbre, tensión y alguna que otra rabieta. La vida misma.
Catan Junior: es la versión para adultos de uno de los juegos de estrategia que más de moda se ha puesto en los últimos tiempos. El objetivo de la partida, más sencilla y breve que en la versión para adultos, los pequeños se convierten en piratas que pretenden ocupar territorios inexplorados que generan diferentes recursos como madera para la construcción, ovejas para el textil, piña para comer que permitirán ir ganando puntos y expandir los dominios conquistados y poblarlos hasta que haya un ganador.
Ratland: las elecciones están a la vuelta de la esquina y, si se cumple el guion de las últimas convocatorias a las urnas, muchos políticos volverán a hablar de ayudas a la familia. En este juego, en el que los niños se convierten en ratas, la familia es lo primero, porque el objetivo es conseguir cuanto antes la mayor prole que te permita ser el rey de las cloacas. Pero, cuidado, que a ningún miembro de la ratonera le tiene que faltar el queso con el que poder alimentarse… y todos comen en cada turno. El viejo refrán de no morder más de lo que puedas masticar, pero en versión inversa.
Hotel: es un clásico de los juegos de billetitos, como muchos niños los llaman. Para los más pequeños puede que sea demasiado complicado, pero haciendo equipo con adultos pueden disfrutar al máximo con la compra de terrenos, levantando los complejos hoteleros y cobrando a sus rivales por su estancia en las instalaciones propias. Además de inculcar cierta planificación financiera para no arruinarse a media partida, permite a los niños comprender que esas vacaciones en la playa que tanto le gustan tienen un precio que conviene tener en cuenta antes de lanzarse a otros dispendios.
Fin de mes: para encontrarlo habrá que bucear entre aplicaciones o sitios de anuncios de segunda mano, lo que también merece unas explicaciones a los pequeños de la casa sobre la reutilización y la oportunidad de hacer ingresos con aquello que ya no usas o nunca quisiste. El objetivo es tan real como la vida misma: llegar a fin de mes. Eso sí, los medios no lo son tanto, porque dependen de en qué casilla caiga tu ficha. Sin embargo, la posibilidad de elegir en algunas ocasiones si realizar lo que dice la casilla o ficha de turno o pasar de largo sí que inicia a los pequeños en la práctica de tomar decisiones financieras.
Moneyland: a pesar de su nombre en inglés, se trata de un juego ‘made in Spain’ nacido a través de ‘crowdfunding’. Ya solo esta historia da para aprender de finanzas. El objetivo de su creador, el mismo que escribió el libro ‘Finanzas para un tonto’, es que los jugadores consigan la independencia financiera a través de un tablero de juego inspirado en un parque de atracciones que cuenta con recursos extra online para hacer más interesante la partida.
Circuito Financiero: para niños un poco más crecidos y de esos a los que resulta difícil separarlos de la pantalla de un dispositivo móvil, este juego online de Gepeese elaborado para el portal ‘Finanzas para todos’ es un completo recorrido para descubrir nuevos conceptos financieros, resolver sencillos problemas y poner a prueba la destreza de los adolescentes y jóvenes ante el reto de gobernar sus propias finanzas.
Cashflow 101: una vez más las ratas son las protagonistas. El objetivo de este juego, ideado por el escritor de ‘Padre rico, padre pobre’, es salir de la “carrera de la rata” para conseguir la plena libertad financiera y un buen equilibrio entre ingresos y gastos personales. La versión más extendida del juego está dirigida a los adultos, pero hay también una versión infantil en inglés. Ahora que la educación bilingüe está cada vez más extendida, ¿por qué no llevarla también al ámbito financiero?
Be Value: se trata de la apuesta más ambiciosa de Value School, el espacio de educación en finanzas e inversión ‘value’ nacido al amparo de la gestora de Francisco García Paramés. Aunque no verá la luz hasta el próximo junio, ya está disponible para reservas este juego que viene a imitar un recorrido vital en la que las circunstancias económicas, familiares y hasta de ocio van cambiando con el objetivo de mantener siempre unas finanzas saneadas sin renunciar a los sueños que a cada uno le pueden hacer feliz… dentro de las posibilidades de su bolsillo, claro.
Life (El juego de la vida): aunque es divertido y casi hilarante, lo cierto es que de educación financiera tiene muy poco. El jugador apenas si tiene que tomar decisiones más allá de cuánto agita el dado antes de dejarlo caer. Son las casillas las que marcan el dinero que ganas o pierdes, si te casas o te quedas soltero, si compras o vendes… ¡y la economía doméstica es muchas cosas, pero pocas veces azar!
Monopoly: en toda lista de juegos de finanzas que se precie no puede faltar el más clásico de los clásicos. En sus múltiples versiones, especialmente las adaptadas para niños con temáticas infantiles que les resultan más cercanas y divertidas, se pueden comprar calles, infraestructuras, construir inmuebles… Todo para poder vivir de las rentas que los demás jugadores se verán obligados a pagar cuando caen en propiedades ajenas sin entrar en bancarrota. La negociación entre los jugadores, el pago de facturas, impuestos y peajes son otros factores de peso para no olvidar nunca este juego.