Los fondos monetarios, aquellos más conservadores entre los conservadores, dan la espalda a los depósitos bancarios. La nula rentabilidad que vienen aportando, que en algunos casos incluso se convierte en penalización por las comisiones que las entidades aplican a las gestoras, se ha traducido en un recorte del 23% en la exposición de estos vehículos en el último año.
Los últimos datos desvelados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) muestran que los fondos monetarios tienen confiados a depósitos en entidades de crédito 521,51 millones de euros. Esta cifra, que se corresponde con datos de cierre del primer trimestre del año en curso, ya supone una reducción del 8,4% con respecto a los números del cierre trimestral anterior, pero el recorte roza un cuarto del volumen de 677,98 millones de euros contabilizados al término de marzo de 2018.
El retroceso ha sido constante según se ha ido confirmando que los tipos no iban a subir en la Eurozona y que los tipos negativos, por tanto, aún tienen mucho recorrido por delante, tal y como adelantó Lagarde en su primera comparecencia oficial como candidata -ahora confirmada- para tomar el relevo de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE). A comienzos del año 2017, el volumen de inversión de los fondos monetarios en depósitos superaba los 1.178 millones de euros, con lo que la retirada desde entonces prácticamente alcanza al 56% de aquella cifra.
El tajo es mayor si se retrocede más en el tiempo. En marzo de 2016, que fue cuando el BCE redujo los tipos oficiales al 0%, los monetarios tenían 2.058,6 millones de euros en depósitos. Desde entonces, el descenso se queda muy cerca del 75%.
La perpetuidad de los tipos de interés en mínimos históricos ha sido el principal motor de la retirada de la que dan cuenta los registros de la CNMV. En este sentido, la rentabilidad actual que vienen ofreciendo los depósitos apenas si ronda el 0,04%, un porcentaje que no sirve ni para mantener el capital, puesto que la inflación avanza a tasas superiores. Muy lejos parecen quedar los tiempos de la ‘guerra del pasivo’, cuando a comienzos de esta década algunos de estos productos de ahorro conservador llegaban a ofrecer recompensas cercanas al 5%.
El número de fondos monetarios disponibles en el mercado ha mermado un 22% en el último año, pero ahora suman un 4,2% más cuentas partícipes
Por si esta brecha abismal no fuera motivo suficiente, hay que considerar otro factor más que ha animado la retirada de posiciones de los fondos de vocación monetaria: el peaje de las comisiones. En este sentido, dado el coste de liquidez que sufren los bancos, en muchos casos estos gravámenes se han traducido ya a las gestoras de fondos y otros inversores institucionales, de manera que el producto pierde algo más del atractivo residual que pudiera conservar para este tipo de vehículos de inversión colectiva.
La cota actual de 521,51 millones de euros supone un 7% de la cartera conjunta de estos fondos monetarios. Al cierre del primer trimestre de 2016, la cifra alcanzaba un 22,5% de su patrimonio. Y, sin ir tan lejos, suponía un 8,4% al término del ejercicio pasado, siempre según datos del supervisor de la industria.
HUIDA MÁS ALLÁ DE LOS MONETARIOS
En el conjunto de la industria de fondos española, la huida de los depósitos bancarios se ha acelerado también en el último año. Según los últimos datos del supervisor, la retirada ha sido de nada menos que 2.512,3 millones de euros, casi un 32% de los 7.871 millones que los fondos nacionales confiaban a estos productos de ahorro. Si la comparativa se lleva hasta marzo de 2016, cuando se acumulaban cerca de 20.560 millones en depósitos, la merma de posiciones acaricia el 74%.
Los expertos señalan que esta situación está más justificada aún ante la pérdida de rentabilidad de estos productos frente a un universo de inversión que suele ser más amplio en cualquier otra categoría distinta a la de monetarios, donde el capital se debe concentrar en productos de máxima liquidez, muy bajo riesgo, limitadísima volatilidad y con casi garantía de conservación del capital.
A lo largo del último año, el número de fondos monetarios ha mermado en un 22% hasta quedar solo 21 frente a los 27 de comienzos del año pasado. Sin embargo, el número de partícipes que han acudido a estos vehículos a la búsqueda de refugio inversor ante los vaivenes que ya se preveían al comienzo de este ejercicio ha aumentado en un 4,19%, hasta las 389.564 cuentas inversoras. Un registro este último que, aunque supera con creces las 287.787 del cierre de aquel primer trimestre de 2016 con los tipos oficiales al 0%, cae por debajo de la cota de los 400.000 inversores que había logrado aguantar la categoría al término de 2018.