Bloqueo sin fin para la formación de gobierno, nuevas elecciones, incertidumbre sobre la situación en Cataluña… A pesar de que la economía española sigue siendo una de las que más crece de Europa, la tensión política está haciendo que los inversores den la espalda a las acciones españolas en sus carteras.
Esta inquietud que flota en el ambiente se refleja en los movimientos de dinero de los inversores. En este 2019, se acumulan más de 1.200 millones de euros de reembolsos netos (salidas menos entradas de dinero) en los fondos que invierten la mayor parte de su cartera en valores españoles, según los datos de Inverco.
“La falta de visibilidad política y las dudas sobre el crecimiento hacen que los inversores prefieran poner su dinero en sitios con mayor visibilidad. De media, vemos que las empresas españolas cotizan con un descuento del 20%, que es uno de los más amplios que hemos visto", explica Ricardo Cañete, gestor precisamente de uno de los mayores fondos de bolsa ibérica, Bestinver Bolsa, que gestiona ahora 240 millones de euros cuando hace un año tenía más de 300 millones.
Todavía ha encogido el tamaño del que llegó a ser mayor fondo de bolsa española, muy popular por protagonizar uno de los primeros anuncios de 2018 tras las campanadas. El Santander Small Caps España, que incluso tuvo que cerrarse poco después a nuevos inversores al alcanzar los 1.300 millones de euros que se había fijado como límite, ha visto reducirse su patrimonio hasta 700 millones de euros, casi la mitad desde máximos.
La misma historia ha vivido otro fondo que también había tenido que cerrar a nuevos inversores al llegar al límite de su capacidad, el Magallanes Iberian Equity. El fondo gestionado por Iván Martín, que en junio de 2018 llegó a superar los 500 millones de euros sumando el vehículo español y el luxemburgués, apenas alcanza ahora los 300 millones de euros.
Además de la nebulosa política, tampoco favorece el momento de mercado, en el que se penalizan sobre todo valores bancarios e industriales
El resto de gestores especializados en value investing han sufrido esta pérdida de interés de los inversores en el producto ibérico. El fondo de bolsa ibérica de Francisco García Paramés, Cobas Iberia está por debajo de los 50 millones de euros bajo gestión, el Azvalor Iberia de Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernad se queda por debajo de los 100 millones de euros y Horos Value Iberia, el fondo ibérico de Javier Ruiz y Alejandro Martín, apenas ha captado 7 millones de euros año y medio después de su lanzamiento.
Y más allá del 'value', tampoco se ha librado el que ahora lidera el ranking de fondos de bolsa española por tamaño. El Santander Acciones Españolas apenas se eleva sobre los 1.000 millones bajo gestión, sumando las distintas clases, cuando hace un año se acercaba a los 1.500 millones de euros.
Además de la nebulosa política, tampoco favorece el momento de mercado, en el que se penalizan sobre todo valores bancarios e industriales. No ayudan estas “características del mercado español, mucho más industrial, que ha tenido un comportamiento mucho más modesto”, resume Cañete.
Y así se refleja en las cotizaciones de la bolsa y, por extensión, en las rentabilidades de los fondos de la categoría. La enorme mayoría muestra caídas de entre el 5% y el 15% a un año, lo que lleva la media a unos descensos cercanos al 7%. Además, en lo que va de 2019 apenas rebotan un 3% de media, con datos a finales de septiembre, una falta de reacción que amarga todavía más el regusto inversor y está haciendo que muchos pierdan ya la paciencia.
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