La guerra del ultrabajo coste en la gestión pasiva sigue abierta. A lo largo del año pasado, el recorte de comisiones con el objetivo de atraer a más inversores alcanzó a un tercio de la industria global de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés). El producto estrella de esta modalidad de inversión galopa hacia el coste cero.
Los ETF que aglutinan un 31,5% de todo el patrimonio bajo gestión de la industria mundial metieron la tijera a sus comisiones en 2019. Una cifra más que considerable si se tiene en cuenta que solo subieron los costes para sus partícipes los vehículos que suman un 4,1% del dinero invertido en estos fondos cotizados. En un 64,2% de los casos, las tasas permanecieron invariables en unos productos que en los últimos años no han hecho más que recibir suscripciones y recortar costes.
Así se ha llegado al escenario actual en el que la comisión media global por invertir a través de ETF se queda en el 0,2%. Toda una ganga si se compara con el 1,83% en el que, según datos de Morningstar, se sitúa la media de la industria de fondos activos tradicionales en España, un mercado en el que las cargas fiscales sobre los fondos cotizados diluyen el efecto de este retorceso de comisiones.
En el último año, la cuota aplicable a los fondos cotizados solo ha descendido en un punto básico, pero es suficiente para traducirse en un ahorro cercano a los 600 millones de dólares para sus inversores, según cálculos realizados por FactSet.
En los últimos dos años, el recorte se amplía a tres puntos básicos que comprimen unos márgenes que cada vez son más estrechos y se intenta compensar a base de mayores volúmenes bajo gestión. De hecho, estos tijeretazos se convierten en el principal motor de crecimiento de una industria que en todo el mundo ya acumula más de 4 billones de dólares bajo gestión a escala global.
Vanguard y Charles Schwab son las dos gestoras abanderadas del recorte de comisiones y responsables de un 38% del volumen global de ETF
Este vínculo entre comisiones a la baja y patrimonios al alza queda patente al analizar los ETF que más suscripciones netas han recibido en el último año. En los dos con más entradas de dinero (Vanguard Total Stock Market ETF y Vanguard S&P 500 ETF) ha habido descuento a lo largo del ejercicio. Y la situación se repite en seis de los diez que más entradas de nuevo capital han registrado en 2019.
La bajada más considerable es la del iShares MBS ETF. Este fondo cotizado de BlackRock replica una cesta de cédulas hipotecarias emitidas o garantizadas por agencias del Gobierno estadounidense y ha suavizado sus cargas al inversor del 0,09% al 0,06%. Y con ese porcentaje sigue siendo uno de los más caros del ranking por este concepto, ya que hasta cinco del ‘top 10’ se quedan por debajo del 0,05%.
Los datos recopilados por FactSet muestran que en los últimos años el recorte ha sido, además, generalizado en las tres grandes categorías de activos que cubren estos fondos cotizados. En renta variable, donde los vehículos indexados son mayoría, las comisiones han descendido desde el 0,21% de hace dos años al 0,18% con el que han estrenado 2020. Una senda menguante que se repite en los ETF sobre renta fija, un segmento que en los últimos tiempos ha tenido que lidiar también con la entrada de muchas referencias de inversión en terreno negativo y con el estrechamiento de diferenciales entre economías centrales y periféricas, así como en emisiones soberanas y corporativas.
DOS PALANCAS DE CRECIMIENTO
En materias primas, donde los costes por replicar la evolución de estos activos suelen ser más elevados por los volúmenes que requieren los contratos sobre ‘commodities’, las tasas siguen siendo las más altas pero el descenso es más fuerte en los últimos años. Del 0,48% que de media marcaban en 2017 los ETF especializados en este ámbito se ha pasado a unos costes de solo el 0,42%.Un vuelco que, además y como en los otros dos casos, también se debe al traspaso que las propias gestoras han recomendado a sus clientes hacia productos con menos cargas.
A pesar de lo anterior, desde el sector se explica que esta tendencia a la baja proviene fundamentalmente de dos palancas: la consecución de eficiencias en los fondos cotizados al alcanzar volúmenes de patrimonio más elevados y, sobre todo, la presión de las grandes firmas de la industria. En este sentido, las abanderadas de esta guerra de comisiones son Vanguard y Charles Schwab, que conjuntamente son responsables de un 39,8% del patrimonio de la industria en todo el mundo.
Mientras que Charles Schwab ha dado un paso de gigante en la lucha de precios de operativa en los mercados con la compra de TD Ameritrade, Vanguard dio su propio golpe de efecto al establecer para ciertos clientes una política de “comisiones cero” en la negociación de acciones. Una medida que, sin embargo, ya llevaba meses vigente en su competidora directa en el segmento de los fondos cotizados y también en otras casas como E-Trade y Fidelity.