Ha pasado un año de aquel trágico accidente. El pasado 10 de marzo de 2019 un avión de la compañía Ethiopian Airlines se estrellaba pocos minutos después de despegar en Addis Abeba. El siniestro, que causó la muerte de 157 pasajeros, acabó por destrozar la reputación de Boeing, el fabricante al que se le había encargado el avión apenas unos meses antes y el mismo que había sido responsable de otro accidente en la costa de Indonesia en octubre del año anterior.
Desde entonces, el fabricante de aeronaves no ha podido remontar el vuelo. Prueba de ello son los resultados que presentó al cierre del año. Boeing registró unas pérdidas de 636 millones de dólares (unos 578 millones de euros). Estas cifras representan su primer resultado anual negativo en décadas y chocan considerablemente con las cifras que el gigante estadounidense había presentado el año anterior, cuando registró unas ganancias anuales de más de 10.000 millones de dólares (8.756 millones de euros).
El que era su avión estrella, el 737 MAX, se ha acabado convirtiendo en la peor pesadilla de la compañía y, a día de hoy, se sigue viendo reflejado en las cifras de pedidos que registra. El pasado mes de enero, Boeing no consiguió vender ningún avión, a diferencia de su competidor, Airbus, quien logró 274 pedidos.
Aun así, el fabricante de aviones sigue contando con el apoyo de diferentes fondos de inversión españoles. Actualmente, son 24 los fondos que invierten en Boeing. Este número se había reducido hasta los 19 en el segundo trimestre del año pasado tras el segundo siniestro de la compañía en cinco meses. Entre los fondos que ahora apuestan por Boeing se encuentran el Tramontana Retorno Absoluto Audaz, que le da un peso del 3,1% en su cartera; el BH Acciones, que invierte un 2,54% en el fabricante de aeronaves; el Dux Umbrella/Trimming USA Tech, con un 2,41%, el Merch Oportunidades, con un 2,13%, o el BH Flexible, con un 1,27%, entre otros.
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Pese a ello, Boeing todavía tiene un gran camino por recorrer hasta poder paliar las pérdidas que le ha generado su crisis reputacional. Según la propia compañía, el coste total de la crisis del 737 MAX se estima en 18.600 millones de dólares (16.223 millones de euros). Y, teniendo en cuenta la cotización actual del valor, estas cifras parecen difíciles de recuperar por el momento. Actualmente, el fabricante de aeronaves cotiza en torno a los 233 dólares. En lo que va de año Boeing se deja casi un 30%. Pero esta caída no está solo motivada por la crisis de su avión estrella, sino que a ella también está contribuyendo el efecto del coronavirus, que está tiñendo de rojo a los parqués mundiales y, especialmente, a las aerolíneas, que son castigadas por una menor actividad turística. No obstante, su comportamiento antes de esta crisis tampoco era mucho mejor. Antes del siniestro del pasado 10 de marzo Boeing cotizaba en torno a los 422 dólares. En solo dos sesiones la compañía pasó, primero, a los 400 dólares y, después, a los 375,41 dólares. En total, desde el accidente hasta hoy, su valor se ha reducido cerca de un 45%.
Pese a que algunas casas de análisis como Berenberg han reducido en las últimas semanas su recomendación pasando de comprar a mantener, los expertos estiman un potencial de revalorización de la compañía del 30,41%, con un precio objetivo de 342,11 dólares. De las 22 casas de análisis que siguen al gigante de la aviación, 13 optan por mantener, siete por compra o compra fuerte y 2 por venta o venta fuerte.