El euro consolidó en 2019 su rol como la segunda divisa más utilizada en todo el mundo, aunque a considerable distancia del dólar, que mantiene su hegemonía como moneda de reserva global sin discusión, salvo en el ámbito de la emisión de bonos verdes, donde las emisiones denominadas en euro volvieron a liderar el mercado.
En concreto, según los datos facilitados por el Banco Central Europeo (BCE), en el último año el 45,4% de las emisiones de bonos 'verdes' realizadas en todo el mundo se denominaron en euros, frente al 25,7% en dólares y el 28,9% en el resto de monedas.
En este sentido, el BCE destaca que, aunque los residentes de la UE son los mayores emisores de bonos 'verdes' en el mundo, con más de las emisiones de este tipo realizadas en 2019, el liderazgo del euro en este segmento no solo se explica por esta circunstancia, ya que la emisión de estos bonos en euros también es significativa entre los emisores de fuera de la zona euro, que representan alrededor del 30% de las deuda verde denominada en euros, "lo que sugiere que el euro es también atractivo para emisores foráneos".
Liderazgo del euro
Asimismo, los datos del BCE confirman también el liderazgo del euro en términos de importancia relativa de los bonos 'verdes' en comparación con otros bonos, ya que la proporción de los 'verdes' en relación con la emisión total de bonos denominada en euros aumentó a casi el 9% a fines de 2019, en comparación con el 2,1% para los bonos en dólares y alrededor del 2,5% para bonos en otras monedas.
Dado que el euro ya es la principal moneda de denominación para la emisión de bonos verdes, la consolidación del papel de la UE como centro global para las finanzas 'verdes' podría fortalecer al euro como la moneda elegida para productos financieros sostenibles, reforzando su papel internacional, defiende el BCE.
"La rápida implementación de una taxonomía de la UE de actividades económicas sostenibles proporcionaría un marco creíble y estandarizado, daría una mayor confianza de los inversores y, por lo tanto, también podría contribuir a fortalecer el papel internacional del euro", dijo Fabio Panetta, representantes italiano en la Junta Ejecutiva del BCE.
En este sentido, el BCE ha expresado su apoyo a los esfuerzos de la Comisión Europea para impulsar las finanzas sostenibles y mejorar la información financiera para lo que considera necesario implementar un estándar para los bonos verdes basado en la taxonomía de la UE para mejorar la credibilidad de esta clase de activos, evitando el 'greenwashing' o 'postureo ecológico', y propone además desarrollar una 'taxonomía marrón' complementaria para identificar activos vulnerables a la transición climática.
"La respuesta a la pandemia del coronavirus es una oportunidad para intensificar los esfuerzos para lograr los objetivos ambientales de la Unión Europea (UE) al incorporar consideraciones de sostenibilidad al dirigir la respuesta financiera a la crisis", señala el banco central, para el que la crisis de la Covid-19 "es un recordatorio" de la necesidad de fortalecer la resiliencia de sociedades y economías frente a perturbaciones exógenas disruptivas y eventos catastróficos.
En su respuesta a la consulta pública planteada por la Comisión Europea en el marco de su Estrategia Renovada de Finanzas Sostenibles, el BCE identifica como prioridades clave la mejora de la información y de la transparencia de datos; el desarrollo de los incentivos apropiados para las inversiones sostenibles; la vigilancia de riesgos; el aprovechamiento de sinergias con la unión del mercado de capitales; y el impulso de la cooperación internacional.
"Solo si los inversores cuentan con una información clara y fiable respecto del impacto de sus inversiones pueden tomar decisiones financieras coherentes con sus preferencias de sostenibilidad y reequilibrar sus carteras hacia activos sostenibles", señala el banco central, que detecta actualmente numerosos fallos de información en el mercado.
Hegemonía del dólar
Por otro lado, el papel del euro como segunda moneda más utilizada a nivel mundial se consolidó al representar el 20,5% de las reservas de divisa en moneda extranjera de los países, dos décimas por encima del peso que suponía en 2018 y muy por encima del mínimo del 19,2% que llegó a representar en 2016, aunque aún por debajo del récord del 22,9% que alcanzó en 2010.
Por su parte, el peso del dólar en las reservas internacionales de divisas se situó al final de 2019 en el 60,9%, frente al 61,8% de 2018, mientras que la libra mantuvo una cuota del 4,6%.
En cuanto al uso del euro en préstamos internacionales, en 2019 representó el 25,2% del total, ligeramente por debajo del 25,5% de 2018, lejos del 54,4% del peso del dólar. Por su parte, el euro suponía al finalizar 2019 el 25,8% de los depósitos, frente al 26,9% de 2018, mientras que el dólar acaparaba el 54,5%, un punto porcentual más que el año anterior.