El verano no solo trae consigo las esperadas vacaciones, sino que también es un periodo conocido por muchos trabajadores por la llegada de un ingreso adicional: el de la paga extra.
Puesto que se trata de un dinero adicional, con el que durante el resto del año los ahorradores no cuentan, esta paga puede ser una oportunidad para rentabilizar los ahorros si se invierte de manera adecuada.
En un momento marcado por el riesgo en los mercados debido al coronavirus y en el que las alternativas conservadoras, como los depósitos o las cuentas remuneradas, apenas generan rentabilidad para los ahorradores, muchos se preguntan si existen todavía algunas opciones para sacar partido a la paga extra. La respuesta es sí, aunque hay que buscar más allá de las opciones tradicionales.
¿Qué beneficio se le puede sacar a la paga extra?
En medio de una pandemia global y el inicio de una crisis económica, no todos los ahorradores tienen la posibilidad de ahorrar la paga extra. Pero, al menos, pueden dejar apartada una pequeña parte para que el beneficio en el futuro será considerable.
Por ejemplo, si una persona obtiene dos pagas extra al año de 1.000 euros cada una y las ahorra, al cabo de 20 años tendría 40.000 euros ahorrados. Si decide invertir estos ahorros todos los años con un perfil de riesgo moderado, en dos décadas sus ahorros podrían situarse en un rango entre los 72.800 euros y los 83.300 euros (estimando una rentabilidad media del 4,4%), según los cálculos de la herramienta de inversión a largo plazo de Finect. Y es que en estos casos, el poder del interés compuesto toma especial relevancia, ya que se generan intereses sobre los intereses generados
¿Cuánto puedo ganar invirtiendo a largo plazo?
¿Dónde invertir la paga extra este verano?
La crisis del Covid-19 deja a los inversores diferentes oportunidades este año. Una de ellas llega de la mano de la tecnología o la inversión ASG, con la que los inversores pueden rentabilizar sus ahorros, ya sea a través de acciones de bolsa o de fondos que invierten en empresas de estos sectores.
Tecnología e inversión socialmente responsable
“La demanda de servicios en la nube es muy elevada. Ya lo era antes del brote de Covid-19, pero todo lo ocurrido en 2020 no ha hecho sino aumentarla”, apunta Mark Casey, gestor de Capital Group. “En la era del confinamiento, el comercio electrónico, los pagos digitales y los servicios de streaming de vídeo han crecido en popularidad, superando en ocasiones los límites de la tecnología”, explica.
Además, otra de las oportunidades se encuentra en la inversión sostenible. “En los últimos años hemos sido testigos de una notable transformación en la que los mayores propietarios de activos del mundo están asignando capital a cuestiones relacionadas con la sostenibilidad”, señala Michael Baldinger, de UBS AM. Según la gestora, la pandemia “intensificará, sin lugar a dudas, esta tendencia a medida que los mercados reconozcan que los factores ASG son elementos críticos del análisis a la hora de llevar a cabo cualquier inversión que no pueden permitirse ignorar”.
Inversión en megatendencias
La inversión temática también puede ser una opción atractiva para los inversores, ya que permite estar expuestos a sectores que están transformando la vida cotidiana de la sociedad y de los que pueden sentirse partícipes. Uno de ellos es precisamente el de las inversiones socialmente responsables y aquellos fondos que invierten en transición energética o cambio climático.
Pero existen otras megatendencias, como inteligencia artificial, la urbanización, el envejecimiento de la población o la escasez de recursos en el mundo, que son algunas de las causas por las que apuesta la sociedad y que también generan rentabilidad a los inversores. “A través de estos fondos los inversores pueden exponerse a las empresas menos conocidas dentro de los temas a largo plazo, cuyas perspectivas de crecimiento aún no se reconocen en sus cotizaciones y están, por tanto, infravaloradas”, argumenta David Docherty, de Schroders.
Oro
Si hay un activo que no está fallando en medio de esta crisis ese es el oro. El metal precioso continúa una racha alcista imparable y puede ser una oportunidad para aquellos inversores que se decantan por opciones defensivas para proteger el capital, tanto adquiriendo lingotes como comprando fondos o ETF que invierten en el metal precioso. En los últimos meses el oro ha pasado de situarse en torno a los 1.500 dólares por onza a principios de año, a superar los 1.900 dólares por onza, muy cerca de sobrepasar máximos históricos.
Las perspectivas para el metal precioso todavía son optimistas y algunos analistas consideran que le queda recorrido a su cotización. Algunas firmas como Goldman Sachs consideran que tiene potencial para alcanzar los 2.000 dólares por onza en los próximos 12 meses.
Gestión indexada
Si seguir las cotizaciones de los mercados y dedicar tiempo a la inversión no es algo que atraiga al inversor, una de las opciones que tienen a su alcance son los fondos indexados, que tratan de replicar un índice de referencia y que, por tanto, sus costes son menores al no necesitar una gestión activa por parte del equipo gestor.
En la actualidad, el mercado de fondos indexados es cada vez más amplio. Además, la llegada de los gestores automatizados o roboadvisors abre el abanico de posibilidades a los inversores, ya que estos gestores ofrecen carteras de fondos indexados adaptadas a distintos perfiles, con costes muy reducidos, con los que se pueden obtener rentabilidades atractivas.