PIB, inflación, interés compuesto, rentabilidad, riesgo… conceptos básicos de economía que, en muchos casos, escapan a la comprensión del ciudadano dificultando la toma de buenas decisiones a la hora de gestionar el dinero. Con el objetivo de ayudar a evitarlo, este 5 de octubre se celebra el Día de la Educación Financiera, asignatura pendiente en España, especialmente entre los más jóvenes.
La jornada está promovido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España, bajo los principios de la OCDE. Desde bancos a aseguradoras, pasando por gestoras de fondos y firmas de inversión, cada año se suman al proyecto un mayor número de participantes para promover nuevas actividades que fomenten la cultura del ahorro.
Todas las voces coinciden en que, en un momento en el que los productos financieros son cada vez más complejos, la falta de conocimientos puede dificultar la elección de las vías de ahorro a largo plazo. Y los expertos coinciden: cuando antes se empiece a formar en conceptos básicos de economía, más fácil será tener una relación realista con el dinero.
En casa y en el cole
En este sentido, la educación financiera en las aulas sigue siendo una asignatura pendiente en España, pese a los esfuerzos de las autoridades por avanzar en este sentido. Desde la CNMV reconocen que la procedencia y el valor del dinero siguen siendo “cuestiones muy misteriosas para los niños, y no les importan demasiado mientras consigan lo que desean”.
Padres y maestros juegan aquí un papel fundamental y, aunque esta no sea una asignatura obligatoria en las aulas, pueden contar con múltiples herramientas que les ayudarán a fomentar buenos hábitos de ahorro. Entre otras, multitud de libros para explicar de una forma sencilla y transparente la importancia de gestionar bien el dinero.
En libros como 'Mi primer libro de economía, ahorro e inversión', de María Jesús Soto Barragán, o 'Mon y Nedita, mi primer libro de economía', de Montse Junyent y Lucía Serrano, los niños pueden aprender sus primeros conceptos financieros, con fábulas e historias sencillas adaptadas a su edad.
A la lista se suma estos días 'Cuentos y juegos para entender el dinero', de la autora Amalia Guerero y editado por el Instituto Santalucía, con un firme compromiso por la educación financiera entre los más jóvenes.
Juegos para aprender
El próximo 15 de octubre se presentará este nuevo texto dirigido a madres y padres, para que aprendan conceptos financieros y, en paralelo, enseñen a sus hijos a través de divertidos juegos y fábulas populares que les ayudarán a adquirir buenos hábitos financieros.
Amalia Guerrero ya publicó en noviembre de 2018 'Finanzas y niños: cómo enseñar a tus hijos a ser financieramente felices', un manual práctico para que los adultos puedan enseñar educación financiera a los pequeños y en el que se basa este nuevo manual repleto de consejos. “No cometas el error de dar dinero a tus hijos cada vez que te lo pidan. Es importante explicarles cómo los adultos conseguimos el dinero y el valor que tiene. Que entiendan que utilizamos el dinero para satisfacer necesidades y deseos”, explica la autora.
José Manuel Jiménez, director del Instituto Santalucía que edita el libro, coincide en la urgencia por empezar a educar en conceptos económicos en edades tempranas, tanto en el colegio como en las familias.
“Es importante que los padres tengan herramientas que les ayuden a comprender conceptos y a explicarlos de forma fácil y divertida. Conceptos como la 'paga' o la hucha les ayudan a darle importancia al dinero y a planificar, a saber de dónde viene el dinero y a guardarlo y esperar para poder conseguir cosas más adelante”, indica.
La 'paga' sigue siendo una de las grandes herramientas para iniciar a los más pequeños en la gestión de su dinero. Pero el objetivo se puede conseguir también en momentos cotidianos del día a día.
Por ejemplo, ir de compras con los niños y enseñarles a comparar precios, o darle parte del presupuesto para pequeñas cosas del hogar, como una comida o un producto de limpieza. También se pueden establecer objetivos con algo que los niños quieran comprar, por ejemplo, un juguete, poniendo un bote de cristal al que cada día se van echando monedas hasta lograr lo suficiente para comprarlo.
Evitar errores del pasado
José Manuel Jiménez recuerda que, durante las últimas crisis, “hemos vivido procesos de sobreendeudamiento y especialmente en España existe unos niveles de ahorro financiero inferiores a la media europea”. De ahí la importancia de “hacer ver a nuestros jóvenes y a la sociedad en general el riesgo de ese sobreendeudamiento y la importancia del ahorro”.
A su juicio, y aunque no se puede generalizar, “estos conceptos se trasladan a procesos y actitudes y debemos conseguir mejorar los hábitos en esta materia. Aunque es algo lento, debemos lograr una mejora progresiva”, explica.
Lo cierto es que los resultados están tardando en llegar. De hecho, el Plan de Educación Financiera nació hace más de 12 años. Entonces, ¿qué está fallando para que España no termine de avanzar en este ámbito?
Desde el Instituto Santalucía consideran que no hay que separar este concepto de la situación de la educación en líneas generales en el país, “susceptible de mejorar en comparación con otros países de nuestro entorno”.
Sin embargo, indican que el lanzamiento del plan en 2008 sí ha supuesto “un paso muy importante para la involucración de todas las instituciones, tanto públicas como privadas, en la concienciación de la importancia de los aspectos financieros básicos en toda la sociedad”.
Respecto a la reticencia a introducir la educación financiera como asignatura obligatoria en las aulas, José Manuel Jiménez llama la atención sobre la connotación partidista que aún mantiene el ciclo educativo en España. “Debemos concienciar a la sociedad de que nuestros jóvenes tienen que saber gestionar bien los riesgos en general, y los financieros en particular, y que todo esto se tiene que hacer de una manera objetiva y aséptica, sin ningún tipo de connotación partidista”, explica.