Entre las cosas que han cambiado en 2020, la relación con el dinero también se ha visto afectada. El 70% de los españoles asegura sentir rechazo hacia el dinero en metálico a raíz de la pandemia y prefieren optar por métodos de pago que eviten el contacto. A esto se suma que las personas ya confían más en la Inteligencia Artificial (IA) que en sí mismas para la gestión de sus finanzas.
Esta es una de las consecuencias derivadas de la inestabilidad introducida por la Covid-19 en la sociedad y ha llevado a replantear los enfoques financieros de asesorías y corporaciones.
La pandemia ha potenciado la ansiedad, la tristeza y el miedo sobre las finanzas, lo que ha llevado a muchos a replantearse en quién se deposita la confianza a la hora de administrar el dinero, según concluye un informe elaborado por Oracle y la compañía financiera Farnoosh Torabi.
El estudio recoge la respuesta de las empresas: siete de cada diez directivos han optado por invertir en plataformas y métodos de pago digital para evitar el contacto físico con el dinero, y el 64% ha creado nuevas formas de engagement con el cliente o ha cambiado sus modelos de negocio en respuesta a la pandemia.
Este avance de las soluciones tecnológicas se traduce en que la mitad de las organizaciones ya están utilizando la IA para gestionar sus procesos financieros, en comparación con el 27% de los consumidores.
La IA desbanca a asesores
Al encontrar ayuda para moverse en un entorno de incertidumbre, los consumidores y directivos vuelcan su confianza en la tecnología. Casi siete de cada diez aseguran se sienten más seguros con la Inteligencia Artificial que con el ser humano a la hora de gestionar capital.
En el ámbito doméstico, el 63% de los consumidores valora mejor la asistencia de la Inteligencia Artificial que la ofrecida por un asesor financiero personal. En este sentido, ven en la IA una aliada para reducir gastos y realizar inversiones.
Por otro lado, nueve de cada diez directivos creen que la Inteligencia Artificial puede mejorar su trabajo en la detección de fraudes, generando facturas y realizando análisis empresariales. El 77% se fía más de chatbots o asistentes digitales que de sus propios equipos financieros.
"Las organizaciones que no adopten estos cambios corren el riesgo de quedarse atrás con respecto a sus homólogos y competidores, y de ver cómo la productividad, la moral y el bienestar de sus empleados se ven perjudicados", explica Juergen Lindner, senior vice president, Global Marketing Head SaaS en Oracle.
Preocupación en toda la sociedad
Este impacto negativo en la relación de las personas con el dinero se ve reflejado tanto en el ámbito laboral como en el doméstico. Así, entre los directivos se incrementó el estrés financiero y la ansiedad un 186%. En este sentido, nueve de cada diez directivos se muestran preocupados por la repercusión que la crisis derivada de la Covid-19 puede tener en su organización.
Entre las perspectivas de estos empresarios destaca un 51% que espera una lenta recuperación económica o un periodo de recesión, seguido de un 38% que contempla recortes presupuestarios y un 27% que estimaría una declaración de quiebra.
Por su parte, más de ocho de cada diez consumidores experimentan temores en relación con sus finanzas. Estas se concretan en que un 39% prevé una posible pérdida del empleo y un 38% una pérdida de ahorros. Además, un 26% estima que le será imposible saldar sus deudas.
Nuevos horizontes profesionales
"Esto no significa que los profesionales de las finanzas vayan a desaparecer o a ser reemplazados por completo, pero este estudio sugiere que deberían centrarse en desarrollar habilidades sociales adicionales a medida que evoluciona su función", señala Farnoosh Torabi, experto en finanzas personales.
Con todo, el 56% de los directivos cree que la tecnología reemplazará a los profesionales de las finanzas corporativas en los próximos cinco años. El estudio recoge que los profesionales de las finanzas corporativas y los asesores financieros personales deben desarrollar nuevas habilidades.
Aunque la tendencia avanza hacia una mayor confianza en la IA, los asesores todavía son claves para decisiones realmente trascendentes como cómo adquirir una casa, un automóvil o planificar su jubilación.
Sin embargo, el 42% de los consumidores considera que la IA reemplazará a los asesores personales en los próximos cinco años. Los empresarios, por su parte, centran el foco a la comunicación con clientes, a negociar descuentos y a aprobar transacciones como nuevo horizonte profesional de estos asesores.