En España, y en el resto de países de la zona euro, existen ocho denominaciones de monedas en euros: 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos; y 1 y 2 euros. En algunos de esos países, como Finlandia, han suspendido el uso de las monedas de 1 y 2 céntimos.
Todas las monedas tienen en una cara un mismo diseño para todos los países de la zona euro y, en la otra, un diseño diferente que identifica al país emisor. A diferencia de los billetes, la emisión de monedas en euros es competencia nacional de cada Estado miembro de la zona euro y no del Banco Central Europeo (BCE).
En España, la fabricación de monedas en euros la lleva a cabo la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (FNMT-RCM). Y es el Banco de España (BdE) quien las pone en circulación y quien las retira por cuenta del Estado español.
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En abril de 2023, por ejemplo, el BdE ha puesto en circulación monedas por valor de 5.179 millones de euros. En concreto, de dos euros ha puesto en circulación 77 millones de monedas; y, de 1 euro, 2.465 millones de monedas.
Del resto de monedas, los datos son los siguientes: de 50 céntimos, 931 millones de monedas; de 20 céntimos, 1.941 millones de monedas; de 10 céntimos, 2.961 millones de monedas; de 5 céntimos, 4.831 millones de monedas; de 2 céntimos, 4.865 millones de monedas; y, de 1 céntimo, 7.374 millones de monedas.
¿Cómo se producen las monedas?
Las monedas en euros se producen a escala industrial utilizando una maquinaria especializada. Los materiales son cobre, bronce, latón… Y, como en cualquier otro proceso de producción, y a pesar de los controles de calidad, pueden aparecer monedas con defectos de fabricación. Es lo que se denomina como moneda defectuosa. En estos casos, la moneda es considerada legítima, pero no apta para la circulación.
Cierto que la moneda metálica es resistente por los materiales que se usan en su fabricación. Pero, debido a su prolongado uso, o a determinadas circunstancias (deformación, corrosión, fuego…) se puede producir un deterioro que afecta a sus características y dificulte su identificación. Es lo que se denomina como moneda deteriorada.
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Tanto las monedas defectuosas como las deterioradas (ambas consideradas no aptas) deben retirarse de la circulación. De esta manera, por ejemplo, se evitan problemas en las máquinas expendedoras o de pagos.
Las personas o entidades que tengan monedas deterioradas pueden presentarlas en las sucursales del Banco de España o, en su caso, en su entidad de crédito, para su reconocimiento y posterior canje. No obstante, el Banco de España podrá rechazar el reembolso de las monedas de euros no aptas para la circulación que hayan sido alteradas bien deliberadamente o por un proceso del que sería razonable esperar que tuviera por efecto alterarlas.
¿Qué sucede a partir del 1 de julio?
De momento, España no va a retirar de la circulación las monedas de 1 y 2 céntimos como ya han hecho otros países. Donde sí ha habido un cambio, según la Orden ETD/647/2023, de 14 de junio, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), es a la hora de retirar ciertas monedas falsas o deterioradas.
Dicha Orden crea un nuevo marco en la clasificación entre las monedas de euro. Así, se denominarán como aptas, presuntamente falsas y no aptas para la circulación. En este último campo se incluyen aquellas monedas auténticas rechazadas durante un proceso de autentificación o que hayan sido alteradas.
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El fin que se pretende con este cambio es luchar contra las falsificaciones y prevenir las estafas. Dicho cambio entrará en vigor a partir del 1 de julio. Una vez destruidas las monedas falsas o no aptas para la circulación, el material resultante será reutilizado por la FNMT o bien será enajenado por el Estado.