La peseta ya no está entre nosotros: el euro fue su sustituta. Pero mucha gente dispone en sus casas de billetes y monedas con esta denominación. Si ponemos el foco entre 1939 y 1975, es decir, durante 36 años que España vivió bajo la dictadura de Francisco Franco, las monedas que se acuñaron tuvieron como protagonista al Generalísimo. Sin embargo, en el tema de los billetes, no fue así.
Durante esas más de tres décadas y media, los billetes reflejaron diferentes aspectos. Así, las primeras emisiones tuvieron como protagonistas a imágenes de la España Imperial, del descubrimiento de América, de los Reyes Católicos y de los dos primeros reyes de la casa de Austria.
Más tarde (mediados de la década de los 40), se dio paso a una persona destacada de la vida cultural o de la historia española, en el anverso, mientras que en el reverso aparecían motivos o acontecimientos relacionados con dicha persona. Pintores como Murillo, Goya, Sorolla o Bayeu; escritores como Menéndez Pelayo, Bécquer o Rosalía de Castro; y políticos como Santillán, Flórez Estrada o Echegaray.
¿Por qué se trata de billetes codiciados?
Para que un billete sea codiciado tienen que concurrir una serie de factores. En el caso de los billetes del periodo franquista, se trata de billetes que ya no están en el mercado. Por tanto, son piezas limitadas difíciles de conseguir.
Además, hay otra serie de características que pueden engordar o desinflar lo que se pague por ellos: la textura y el estado del papel; que formen parte de tiradas especiales; y que tengan algún tipo de error o anomalía.
¿Cuáles son los billetes más valiosos de la Guerra Civil?
Para mostrar cuáles son esos billetes, conviene comenzar por el inicio de la Guerra Civil. “Las dos zonas en las que el país quedó dividido pusieron en circulación sus propios billetes y se produjo la que se ha denominado guerra de las dos pesetas, pues cada zona dispuso de su entidad emisora y de su propia unidad monetaria”, recuerda Teresa Tortella, del Banco de España, en el estudio ‘El billete español en la edad contemporánea: mucho más que un medio de pago’.
Así, el billete de 100 pesetas de 1938, con la Dama de Elche, puede alcanzar un precio de entre 15.000 y 20.000 euros en subasta. El primer ejemplar fechado data del 1 de julio de 1937, en plena Guerra Civil. No llegó a ponerse en circulación tras ser confiscados y destruidos por el bando franquista durante la Guerra Civil.
La Segunda República encargó al impresor inglés Thomas de la Rue el diseño y elaboración del billete de la Dama de Elche. Según consta en la documentación del Banco de España, el pedido inicial fue de 20 millones de ejemplares. Sin embargo, a Barcelona, que es donde se trasladó de nuevo el Gobierno democrático, sólo llegaron 500.000.
Eso explica la fecha que aparece en el billete, la del 11 de marzo de 1938 y su ubicación (Barcelona), si bien Madrid, lugar natural del Banco de España, todavía no había caído en manos del Bando Nacional.
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Otro billete que no ha alcanzado tamaña cifra, pero sí una cantidad importante es otro impreso en Alemania. Su valor es de 1.000 pesetas, fue emitido en 1936, y una de sus imágenes es la del Alcázar de Toledo.
Y algo menos se ha llegado a pagar por un billete de 500 pesetas de 1938 con la figura de la Catedral de Santiago de Compostela. Fechado en Burgos (zona nacionalista, por más señas), su valor en el mercado ronda los 1.200 euros.
¿Cuáles son los billetes más valiosos de la Dictadura de Franco?
Uno de ellos es que tiene como protagonista al Cardenal Cisneros. Con un valor de 500 pesetas, y emitido en 1943, se puede pagar por él la cantidad de 4.500 euros siempre y cuando se encuentre en perfecto estado.
De 100 pesetas es el billete de 1970 con la imagen del compositor Manuel de Falla, en uno de los lados, y en el otro, los jardines del Generalife. En subasta se puede pagar por uno de ellos hasta 1.500 euros. Eso sí, si tiene fallos de imprenta.
Algo menos, concretamente unos 1.100 euros, se pueden obtener por un billete de 500 pesetas de 1954. En esta ocasión, el protagonista es el pintor Ignacio de Zuloaga. Por último, cabe reseñar el billete de Julio Romero de Torres, de 1953, con el que se pueden conseguir alrededor de 500 euros.