La diferencia entre pedir agua del grifo en un restaurante o pagar por ella puede ser muy importante a la hora de abonar la cuenta. Al menos de momento, la regulación a nivel nacional brilla por su ausencia, por lo que cada cual actúa a su manera y así viene siendo desde siempre. Pese a que de vez cuando surge el debate, hasta ahora solo algunas regiones se han atrevido a tratar de regular específicamente que el agua corriente sea gratis en la hostelería, con escaso éxito.
Lo cierto es que hay establecimientos que directamente no sirven jarras de agua, aunque obviamente disponga de ella para cocinar y limpiar, y apuestan únicamente por la embotellada, que muchos suelen vender a precios de refresco. Es legal siempre que se alerte de ello en la carta.
Otros apuestan por servir solo vasos y no jarras, especialmente ahora con la pandemia de la Covid-19, lo que obliga a pedirlos constantemente e invita a pedirla envasada para evitarlo. Y están los que sí optan por ofrecer agua del grifo ¡pero la cobran!, que con ello no hacen amigos y acostumbran a perder clientela.
Pero hay más, si uno se encuentra en la playa de Gandía (Valencia) comprobará que este año hay restaurantes que también hacen caja con el agua en estado sólido y cobran por el hielo. El vaso de agua -que no jarra- es gratis, pero el hielo te lo cobran en algunos locales de esta zona de la provincia de Valencia, y una 'ración' de tres o cuatro cubitos cuesta de media 30 céntimos.
No hay una norma
¿Por qué tanta diversidad con el agua en restaurantes, que además implica tanta picaresca? Simplemente porque no hay una norma y cada cual actúa como quiere. Todo es legal o al menos alegal. Aunque los restaurantes también saben que si no ofrecen agua del grifo y el de enfrente sí, lo tendrán más difícil y por ello a veces reculan.
Hasta ahora, a diferencia de otros países de nuestro entorno como Francia o el Reino Unido, en España solo se ha reconocido tímidamente la obligatoriedad de dispensar agua del grifo gratis en hostelería en las comunidades de Castilla y León, Navarra y Baleares. El anterior Gobierno de Andalucía iba a afrontar la medida, pero al ser desbancado la opción quedó en el aire.
"Al no existir una regulación nacional, el precio del agua es libre en España y por eso pueden incluso cobrarte por el agua del grifo o negarse a dártela", reconoce Rubén Sánchez, hasta hace unos días portavoz de Facua y ahora nuevo secretario general de la organización. Otra cosa es pedir una cantidad por los hielos: "No se puede cobrar por el hielo porque es como cobrar por el plato, por el recipiente; el hielo no es un valor añadido". Pero se hace.
Regulación del plástico
¿Hasta cuándo este caos con el agua gratis en los locales? En el mejor de los casos hasta el próximo año. Por el momento ya se han dado algunos pasos y lo que no ha conseguido nadie podría lograrlo el plástico. Ahora es legal que un restaurante incluso cobre el agua del grifo, pero el plástico puede acabar con ello.
El actual Gobierno de España se ha decidido a plantar cara a la enorme proliferación de plástico, basándose en que la normativa europea así lo exige, y aprobó a primeros del pasado junio el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que pretende acabar con muchos plásticos y, al tiempo, puede ser la base que para que el agua corriente sea gratis en la hostelería.
El anteproyecto prevé la erradicación de bastoncillos de algodón, platos, cubiertos y pajitas de bebidas de plástico, y la idea de que bares y restaurantes deban ofrecer agua de grifo para reducir los envases de plástico.
En todo caso, la idea es acabar con el uso masivo de un amplio número de plásticos altamente contaminantes de un solo uso, y actualizar con una nueva norma otra obsoleta de 2011, y también contempla que prime la idea de que los restaurantes ofrezcan agua potable gratuita a los clientes.
Esa será una de las prioridades cuando entre en vigor la ley, presumiblemente en verano de 2021: la hostelería quedará obligada a ofrecer siempre agua del grifo gratis aunque tenga entre su oferta agua envasada. Para ello, eso sí, bien la empresa suministradora del agua o el ayuntamiento, deberán confirmar que el líquido que se da es apto para el consumo. El Gobierno quiere favorecer igualmente el fomento de fuentes de agua potable y los envases reutilizables, como marca la Unión Europea.
Eficiencia del uso del agua
Desde el 3 de julio del próximo año quedarán prohibidos numerosos artículos de plástico: los bastoncillos de algodón salvo para uso sanitarios, platos y cubiertos, pajitas, vasos y recipientes de bebidas hechos de poliestireno. La nueva norma pretende reducir un 30% los plásticos de un solo uso en diez años, pero también mejorar en un 10% la eficiencia del uso del agua y recortar al 15% la generación de residuos respecto a 2010.
La nueva normativa establece un nuevo impuesto a los envases de plástico no reutilizables. Favorece el consumo de agua del grifo y obliga a los establecimientos de hostelería a ofrecerla, pero no implica una obligatoriedad de dispensar solo agua del grifo, sino que se refiere a la progresiva eliminación del plástico como continente, de ahí que se sugieran otras maneras de ofrecer agua y se apueste por la del grifo.
La medida perjudica tanto al sector de la hostelería como al del agua embotellada, que lo rechaza porque factura 1.200 millones al año y da empleo a más de 30.000 personas.
Por su parte, el sector hostelero también conoce las intenciones del Gobierno y ya tira de picaresca, por eso se ha pasado en masa a las botellas de agua de cristal, que puede ser una forma de seguir haciendo caja aunque se les obligue a ofrecer agua corriente. Lo que está claro es que ya no podrán negarse dar agua del grifo, porque la norma por llegar apuesta por ella como una prioridad.