Cobas AM permanece fiel a su estilo y se resiste a la fiebre de la inversión sostenible que cada vez contagia más carteras. La gestora que dirige y fundó Francisco García Paramés se desmarca de la rotación hacia posiciones ‘verdes’ y, en su lugar, insiste en el “futuro prometedor” de un petróleo en el que fundamenta buena parte del potencial que sus fondos.
Mientras los gobiernos e instituciones supranacionales se empeñan en que la recuperación económica en ciernes sea sostenible, desde Cobas recuerdan que la vuelta a la normalidad una vez que la pandemia remita seguirá necesitando del petróleo. Así lo recuerda en un informe publicado hace unos días por Juan Huerta de Soto, analista de la gestora independiente y hombre de confianza de su fundador.
Si bien no se trata de una tesis de nuevo cuño en Cobas, sí que resulta significativo que estas tesis vuelvan a airearse en un momento en el que muchos inversores se afanan en adaptar sus carteras a las oportunidades de inversión que prometen los fondos europeos de reconstrucción, que llegan desde Bruselas con un marcado tono ‘verde’.
Tras las renovables
No hace falta más que observar la fuerte revalorización acumulada por las renovables europeas para apreciar que el dinero se está moviendo a su favor. En los últimos tres meses, el índice European Renewable Energy Total Return (ERIX) acumula una revalorización del 20%, mientras que el Stoxx Europe 400 Oil & Gas -que agrupa a las grandes cotizadas de petróleo y gas de la región- limita sus avances al 14% en el mismo periodo.
Sin embargo, la remontada de doble dígito tampoco es pequeña para las cotizadas que componen buena parte de las grandes apuestas de inversión de Cobas. Y es que, como explica la gestora, los primeros compases de la recuperación y vuelta a la normalidad tendrán que pasar sí o sí por un mayor consumo de petróleo, “principalmente en países emergentes como India y el Sureste Asiático”.
Cierre de pozos
El analista del equipo de Paramés además incide en el hecho de que “la falta de inversión en exploración y desarrollo de nuevos campos petroleros” en los últimos tiempos contribuirá a una relativa escasez de oferta frente al incremento mundial de la demanda. Una situación que ya se viene percibiendo en los futuros del barril Texas que en abril tocaron por primera vez precios negativos y ahora se mueven en el entorno de los 60 dólares.
Esta dicotomía es refrendada con números por parte de Huerta de Soto, que cuantifica el descenso en la producción global de crudo en “unos dos millones de barriles diarios”. Una merma cuyo epicentro lo sitúa en EEUU, donde el mayor coste de las explotaciones vinculadas al fracking forzó la paralización -cuando no quiebra- de muchos pozos.
Así, el analista subraya que el porcentaje de cierres en la primera economía del mundo “ha sido muy superior a lo estimado en más de un 60%”. Algo que, según sus cálculos, seguirá suponiendo una contracción de entre medio y un millón de barriles todavía este año. Una “falta de capacidad” que, según defiende, “va a tener que reflejarse en el precio” del crudo.
Unas tesis claves para defender el potencial de las posiciones más relevantes de la cartera de la gestora, especialmente la de perfil internacional. Y es que, según el último informe semestral remitido por la gestora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), 18 del medio centenar de cotizadas que figuran en la cartera del Cobas Internacional están estrechamente vinculadas con el petróleo.
Apuesta de peso
En función de los datos del formulario, estas posiciones -considerando también las relacionadas con el gas natural licuado, pero no las de gases industriales- suman un patrimonio de 147,24 millones de euros, el equivalente a un 42,44% de todas las inversiones del Cobas Internacional. Las dos más relevantes son Golar LNG (7,48%) y Maire Tecnimont (4,58%).
El consenso de mercado respalda su tesis de inversión en la primera, a la que otorga un potencial alcista del 56,6%. No obstante, en la segunda los analistas consideran que sus últimas remontadas ya han agotado su margen de subidas, pues le ven potencial de caídas por un 2,5% de su capitalización.
Mientras que Paramés y su equipo insisten en estas tesis de la ‘vieja economía’, las inversiones sostenibles tienen un protagonismo cada vez mayor en para el inversor español. El último estudio anual de Spainsif señaló un crecimiento del 36% respecto al año anterior, hasta los 285.454 millones de euros, una cota que a la espera de los fondos procedentes de Bruselas promete haber engordado.