El lunes de la semana pasada, la expectativa del mercado de bonos respecto al ritmo de subida de la inflación sobre los precios al consumo escalaba hasta el mayor nivel visto desde 2006. En EEUU, la tasa de break-even a cinco años llegó a subir 3,4 puntos básicos hasta el 2,7327%, eclipsando un máximo de 2008.
Esto es la diferencia entre el rendimiento nominal de una inversión a tipo fijo y el rendimiento real (spread fijo) de una inversión referenciada a la inflación, con vencimiento y calidad crediticia similares. Mientras tanto, los tipos nominales se mantuvieron relativamente bajo control.
Un pico de subida de los tipos break-even que parece haber estado relacionado con un repunte de los precios del petróleo, consecuencia de un ciberataque clave a un gasoducto en EEUU. Pero es un indicador que se suma a la subida de las expectativas de inflación a largo plazo, impulsadas por la mejora de las perspectivas de crecimiento, los planes de inversión en infraestructuras y las medidas de estímulo relacionadas con la pandemia.
Pendientes de los bancos centrales
Aunque los ánimos se fueron calmando a lo largo de la semana, respecto a los rendimientos nominales, algunos inversores continúan teniendo dudas sobre si las expectativas de inflación se cumplirán y cuán duradero podría ser cualquier momentum económico.
Entre los fondos que invierten en bonos ligados a la inflación, con mayor calificación de cinco estrellas de VDOS y aportación mínima de hasta 6.000 euros, el más rentable en el año es Credit Suisse (Lux) Global Inflation Linked Bond, con una revalorización del 2,9% y del 12,2% a tres años en su clase EB en dólares. En el último periodo anual no consigue situarse en terreno positivo (-4,2%), con un dato de volatilidad del 7,4%.
Su objetivo es superar la rentabilidad del índice Bloomberg Barclays World Inflation-Linked 1-10Y (con cobertura en dólares), representativo del universo de inversión del fondo. El gestor utiliza en cierta medida su discreción para sobreponderar o infraponderar ciertos componentes del índice y, en menor medida, invertir en bonos no incluidos en él.
Sus mayores posiciones corresponden a Pagarés del Tesoro de EEUU 0,625% (3,65%), Pagarés del Tesoro de EEUU 0,25% (3,40%), Reino Unido 0,125% (2,76%), Pagarés del Tesoro de EEUU 0,75% (2,67%) y Pagarés del Tesoro de EEUU 0,5% (2,56%). Su comisión fija es del 0,6%.
Con un requerimiento de aportación mínima de 100 dólares (aproximadamente 82 euros) para su suscripción, la clase P de acumulación en euros de UBS (Lux) Bond Sicav - Global Inflation-Linked avanza un 2,1% por rentabilidad en el año y un 16,9% a tres años. En el último periodo anual tampoco consigue alcanzar rentabilidades positivas (-2,5%), con un dato de volatilidad del 6,8%.
Invierte al menos dos tercios de sus activos en títulos de deuda vinculados a la inflación, emitidos por organizaciones internacionales o supranacionales, prestatarios del sector público, semipúblicos o privados. Después de deducir efectivo y equivalentes de efectivo, puede invertir hasta un tercio de sus activos en instrumentos del mercado monetario.
Más allá de EEUU
Incluye entre sus mayores posiciones emisiones del Gobierno de Japón 0% (3,40%), Gobierno de Nueva Zelanda 0% (3,30%) República de Sudáfrica 8,75% (2,56%), México 7,75% (2,24%) y República de Italia 0% (1,99%). Grava a sus partícipes con una comisión fija del 0,72%.
De la gestora MFS International, la clase W1 en dólares de MFS Meridian Inflation-Adjusted Bond se revaloriza un 1,8% desde comienzos de año y 17,1% en el último periodo de tres años. Su rentabilidad a un año es del -4,8%, con un dato de volatilidad del 8,4%. Se propone como objetivo obtener un rendimiento total que exceda la tasa de inflación a largo plazo en EEUU, medida en dólares.
Invierte principalmente en emisiones del Tesoro de EEUU, pero también puede invertir en instrumentos de deuda ajustados a la inflación emitidos por otras entidades gubernamentales y corporativas estadounidenses y extranjeras. Sustancialmente, todos sus activos cuentan con la calificación de grado de inversión. Puede invertir un porcentaje relativamente grande de sus activos en un solo emisor o en un pequeño número de emisores.
Sus mayores posiciones en cartera corresponden a Pagarés del Tesoro de EEUU 0,63% (7,05%), Bonos del Tesoro de EEUU 3,88% (6,80%), Pagarés del Tesoro de EEUU 0,25% (6,58%), Bonos del Tesoro de EEUU 1,75% (3,77%) y Pagarés del Tesoro de EEUU 0,5% (3,57%). Aplica a sus participes una comisión fija del 0,5%.
Rendimientos al alza
Si bien la venta de bonos se ha enfriado un poco en abril, se espera que los rendimientos de los bonos soberanos de los mercados desarrollados subirán discretamente en 2021 y 2022. Es previsible que la distribución de vacunas y el impulso económico sigan ejerciendo presión al alza sobre los rendimientos, pero es probable que los principales bancos centrales limiten esta alza, ya que probablemente se mantendrán cautelosos a la hora de endurecer las actuales políticas expansivas.
Aunque parece poco probable que se repita el taper tantrum de 2013, no se puede descartar por completo. Dadas estas perspectivas, tendría sentido mantener una posición en fondos de bonos vinculados a la inflación.
***Paula Mercado es directora de análisis de VDOS