Publicada
Actualizada

Las infraestructuras representan la columna vertebral de la economía global. El desarrollo normal de la vida actual depende del buen funcionamiento de una enorme red de sistemas y estructuras que nos permiten vivir y trabajar como lo hacemos. Construir y mantener estos importantes activos puede costar mucho dinero, pero los beneficios de invertir en infraestructuras de éxito pueden ser considerables para los inversores con visión de futuro.

Se trata de activos físicos en los que confiamos cada día, desde las compañías que nos suministran electricidad y agua, hasta las autopistas de peaje y los ferrocarriles en los que viajamos. Este tipo de negocios suelen presentar las siguientes características: Son activos de larga duración gobernados por contratos a largo plazo, sus ingresos están ligados a la inflación y reciben flujos de caja estables y crecientes.

La naturaleza relativamente predecible de estos flujos de caja ha captado el interés de inversores con horizontes a largo plazo, que buscan una fuente de rentas potencialmente fiable y creciente, adicionalmente a que los activos físicos apuntalen el valor de su capital.

Rendimiento de (casi) doble dígito

Con la inversión en infraestructuras como foco, de una selección de fondos con calificación VDOS, el más rentable desde el pasado 1 de enero es M&G (Lux) Global Listed Infrastructure Fund, que se revaloriza un 9,6% en su clase A de acumulación en euros.

Se trata de un fondo global que invierte en compañías de infraestructuras cotizadas que deben cumplir con estos criterios de inversión: Que sean compañías con infraestructuras físicas, que tengan concesiones a largo plazo o royalties perpetuos. El fondo está encuadrado dentro del equipo de income (rentas) de renta variable, por lo que también se exige a estas empresas que tengan un histórico de crecimiento por dividendos. El reparto esperado para los próximos 12 meses (a cierre de febrero 2021) está en torno al 3,6% en euros.

Invierte en tres tipos de infraestructura, cada una de ellas con un perfil de dividendo y de crecimiento distinto: 1) Económicas: aeropuertos, energías renovables, electricidad… 2) Sociales: hospitales, residencias de estudiantes, universidades… 3) En desarrollo: satélites, medios de pago, torres de comunicación…

Además, integran principios de inversión ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) en el proceso de inversión. Se eliminan completamente aquellas empresas en las que más de un 30% de sus ingresos procedan de energías fósiles o de energía nuclear. Debido a la naturaleza del tipo de activo en el que se invierte, el fondo no tiene exposición a tabaco, alcohol, entretenimiento para adultos, juego o armas.

Proceso de inversión

El gestor del fondo es Alex Araujo. Alex ha sido gestor del fondo desde su lanzamiento en octubre de 2017. Cuenta con 25 años de experiencia en mercados financieros, habiendo trabajado anteriormente en UBS y BMO Financial Group. Se graduó por la Universidad de Toronto y cuenta con un Máster en Economía y la acreditación CFA.

El proceso de inversión consta de tres fases. Primeramente, un filtro para delimitar su universo invertible. Luego, análisis fundamental. Por último, construcción de la cartera. En la primera fase, aunque la clase global de activos de infraestructuras cotizadas incluye entre 750 y 1.000 empresas, una vez pasadas por los filtros de inversión y criterios ASG deja un universo invertible de algo menos de 300 empresas. La gestora tiene sus propios criterios fundamentales para el tipo de empresa en que estarían dispuestos a invertir, aplicándose los criterios ASG y de sostenibilidad en el punto de inclusión al universo invertible.

En la siguiente etapa, de análisis fundamental, el universo de inversión se reduce aún más mediante el análisis de tres áreas. Se trata de trayectoria de crecimiento de dividendos, potencial a largo plazo y disciplina de capital. El equipo gestor cree que una trayectoria de dividendos a largo plazo proporciona una buena indicación del compromiso de una empresa con los dividendos. Su proceso de inversión se centra en la identificación de empresas con dividendos constantemente crecientes a lo largo de los ciclos económicos, en la creencia de que los dividendos progresivos conducirán a una sólida disciplina de capital.

En la última etapa, de construcción de la cartera, buscan tener entre 40 y 50 acciones en el M&G (Lux) Global Listed Infrastructure Fund. Típicamente, cada valor tiene una ponderación de entre un 1% y 4% de la cartera, quedando la ponderación determinada por su grado de convicción. Su objetivo es crear una cartera diversificada a través de diferentes industrias y geografías. Para poder proporcionar exposición completa de la clase de activo y de la calidad que puede ofrecer en su totalidad, eligen acciones de las tres categorías ya mencionadas.

Los pesos pesados

La cartera final incluye entre sus mayores posiciones, acciones de Crown Castle International (3,5%), Coresite Realty (3,5%), Enel (3,5%), Sdcl Energy Efficiency Income Trust (3,4%), Transcanada Corp (3,4%). Por sector, las mayores ponderaciones están representadas por servicios públicos (32,6%), transporte (18%), comunicaciones (16,6%), social (10,9%) y energía (10,6%).

La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2019, por encima del índice de su categoría durante 2020 y 2021. A tres años, su volatilidad es del 19,9% y del 12,6% en el último año, situándose en este último periodo en el segundo mejor grupo de su categoría sectorial VDOS de Construcción, en el quintil cuatro, por este concepto.

Su ratio sharpe a un año es de 1,28 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 3,8&. Aplica a sus participes una comisión fija del 1,75% y de depósito del 0,41%. Es necesaria una aportación mínima de 1.000 euros para suscribir la clase A de acumulación en euros de este fondo.

Los gobiernos del todo el mundo han anunciado enormes paquetes de estímulo fiscal como respuesta a la pandemia global, incluido un mayor gasto en infraestructuras. El plan de recuperación europeo ha sido notable, no solo por su escala y ambición, sino también por la prominencia de su agenda verde. La Unión Europea tiene una política clara de fomento de las energías renovables y del transporte limpio, prestando asimismo atención a la renovación y eficiencia de edificios e infraestructuras para respaldar una economía más circular.

Impulso al sector

La infraestructura digital es otra área de mayor inversión en Europa, en el marco de los esfuerzos por mejorar la conectividad en la era digital y el rápido despliegue de redes 5G como una de las mayores prioridades. El equipo gestor piensa que las compañías expuestas a esta tendencia de crecimiento estructural tienen potencial de prosperar en beneficio de sus grupos de interés (empleados, clientes, accionistas) y el conjunto de la sociedad.

En cualquier caso, el enfoque de inversión del fondo a largo plazo en el sector no depende de la continuación de la expansión fiscal ni del impacto directo de iniciativas gubernamentales sobre el crecimiento económico, aunque son conscientes de que este tipo de dinámica tiene potencial para impulsar la clase de activo en gran medida.

Continúan invirtiendo con una perspectiva largoplacista y confiando en que la cartera goza de solidez, no solo para capear la actual incertidumbre, sino también para capturar crecimiento atractivo en el futuro. Tras celebrar el tercer aniversario del fondo en octubre, abordan con más entusiasmo si cabe los tres próximos años. Las oportunidades de crecimiento a largo plazo en infraestructura cotizada les inspiran más optimismo que nunca.

***Paula Mercado es directora de análisis de VDOS

Noticias relacionadas