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Muchos de los productos y servicios que diseñan, crean y comercializan las empresas, por no decir todos, hacen un triple bien social cuando un inversor decide poner su dinero en esa cotizada. En primer lugar, el producto lanzado al mercado logra innovar en aquellas economías donde se utiliza. Pero también crea empleo para miles de familias y hace crecer el ahorro de aquellos ciudadanos que deciden por propia voluntad no gastarlo para invertirlo a largo plazo. Todo esto lo que trae es bienestar y progreso.

Rovi, Iberdrola o Cellnex son algunas empresas de otras muchas españolas que han contribuido -y contribuyen- a mejorar el país en opinión de los gestores de fondos que confían en ellas como accionistas desde hace muchos años. El ejemplo de la farmacéutica es el más tangible de todos en el contexto de pandemia que vivimos desde marzo de 2020.

“Tenía un plan de expansión muy relevante. Debía ampliar capital y emitir bonos para acometer esas inversiones. Y, precisamente en una de esas inversiones, estamos viendo ahora sus frutos: hacer tecnología de inyectables y producir para terceros”, recuerda Javier Galán, responsable de Gestión de Fondos de Inversión de Renta Variable Europea y Española en Renta 4 Gestora.

Una de las vacunas contra la Covid-19 que más están poniendo a la población española es la de Moderna, cuya fabricación para toda Europa se ha encargado a Laboratorios Rovi. “Si esa ampliación de capital no se hubiera suscrito, no estaríamos hablando de esto. La operación fue satisfactoria para la sociedad y para la empresa”. En ese momento, su acción cotizaba a 14 euros, y hoy lo hace en torno a los 57 euros, lo que implica una revalorización de más del 305%.

Pero Rovi tiene otras líneas de negocio rentables y positivas para la sociedad, como su proyecto de ISM, que permite sustituir la administración oral de fármacos sujetos a tomas diarias por inyectables de acción prolongada. El próximo lanzamiento es el fármaco Doria, un antipsicótico inyectable de larga duración para el tratamiento de la esquizofrenia. De esta forma, se ofrece una alternativa terapéutica para el tratamiento de esta enfermedad crónica y progresiva, y una mejora de la calidad de vida para estos pacientes.

Amazon, Google, Iberdrola, Santander, Bankinter… “Gran parte de las empresas acuden a los mercados de capitales para acometer un proyecto empresarial que luego genera empleo, riqueza, hace que aumente el consumo y, en definitiva, que toda la población se vea beneficiada de un proyecto empresarial concreto”. Es más, puntualiza David Cabeza, gestor y analista en Renta 4, “no podríamos ver el mundo de hoy sin el comercio online y la nube de Amazon o sin la energía limpia de Iberdrola”.

Cercanía, sobre todo en las crisis

A este respecto, los expertos de Renta 4 son conscientes de la ventaja competitiva que supone para una empresa estar cerca de quiénes deciden dónde se pone el dinero, y viceversa. “Es mucho más fácil mantener el contacto y confiar en compañías de tu entorno que en una empresa que está al otro lado del mundo. Y eso se nota en momentos de crisis. Tener acceso al consejero delegado, al director financiero, al director de producto o al director comercial es esencial”.

En los peores meses del 2020, hemos dormido mejor que otros como gestores porque sabíamos por qué estábamos invertidos en las empresas de nuestras carteras. A pesar de la caída bursátil, estábamos convencidos de ellas, las conocíamos bien y teníamos afinidad con sus responsables”, se sincera Galán.

Un teléfono móvil fotografiando una torre en la distancia. Minkus, Unsplash.

“Cuando yo como consumidor tengo que elegir entre unas zapatillas Adidas o Nike, a igualdad de precio o características, siempre prefiero Adidas al ser su accionista y tenerlos más cerca”, reconoce el gestor del banco de inversión.

Empresas como Adidas, Siemens Healthineers o Unilever, presentes en los fondos de Renta 4, van a salir muy beneficiadas de los fondos europeos para la recuperación. Además de ser acciones “muy palpables, porque sus productos los tenemos incorporados a nuestro día a día”.

Esa inversión local, innovadora, rentable y beneficiosa para la sociedad también subyace a Cellnex. “Ha ido creciendo gracias a ampliaciones de capital y ha conseguido dos beneficios no tan visiblesabaratar la factura de los ciudadanos en sus telecomunicaciones y mejorar a nivel medioambiental el entorno, con menos torres y más eficientes”, considera Cabeza.

Más calidad por menos dinero

“Era absurdo que cada operadora de telecomunicaciones invirtiera en las torres por su lado, no había sentido financiero. Cellnex ha consolidado el sector de torres en Europa, convirtiéndose en un intermediario neutral, ofreciendo calidad, buen servicio y precio razonable para las operadoras. La evolución bursátil ha sido positiva, correlacionada con el mayor tamaño y la generación de beneficios de la compañía, dando sentido a su modelo. La tecnología se mejora y para las operadoras no supone un factor diferencial tener torres propias”, argumenta el analista.

Basta con mirar el extracto mensual de Telefónica, Orange, Vodafone o MásMóvil. Con el paso de los años, han sido más baratos y han incluido más contenidos y alcance. Y eso ha sido, en parte, gracias a las compañías como Cellnex.

A fin de cuentas, es siempre lo mismo: reducir pérdidas o aumentar beneficio implica mantener o crear empleo, generar riqueza, fomentar el consumo y hacer que toda la sociedad, como si de un círculo virtuoso se tratase, se beneficie de una simple decisión: invertir es colaborar con tu país, no especular contra él.

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