Punto de inflexión en la banca suiza: más entidades, pero con menos pesos pesados
Los movimientos recientes en Rothschild & Co, Credit Suisse o Mirabaud presionan un negocio de 33.000 millones de euros.
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La banca suiza que opera en España está en un punto de inflexión. Despidos, dimisiones… pero también nuevos entrantes están reconfigurando el panorama de los bancos favoritos de muchos de nuestros empresarios, políticos y deportistas. Porque, junto a la banca andorrana, los helvéticos siempre han llevado la voz cantante en lo que se refiere a la gestión de las grandes fortunas.
Con la confirmada apertura de Rothschild & Co y la posible de J. Safra Sarasin, el número de entidades podría elevarse próximamente a una decena. Sin embargo, varias de las que ya están se han visto obligadas a poner al mando a un banquero de la cantera o un segunda línea tras perder a su primer espada en un contexto de crisis económica que ha limitado las posibilidades de hacer fichajes grandilocuentes.
El pistoletazo de salida lo marcó Mirabaud hace justo un año, cuando se vio salpicado por el escándalo del rey emérito, Juan Carlos I. Un verano más tarde, precisamente es su responsable en España, Francisco Gómez-Trenor, el que ha abandonado la entidad para iniciar un nuevo proyecto profesional, como adelantó Invertia.
Ahora, será la dupla Álvaro Nieto -desde Madrid- y Fernando Garro -desde Ginebra- quienes llevarán las riendas de Mirabaud. El primero llegó al banco de la mano de Gómez-Trenor hace nueve años y, tras ser su número dos todos estos años, ha sido ascendido a director general. Mientras que el segundo fue fichado desde Schroders hace un par de meses.
El verano de 2020 fue muy duro para la banca helvética no solo por la crisis reputacional de Mirabaud. Cuando saltan casos de dinero opaco como el de Juan Carlos I, se resiente todo el sector, mismo vaso comunicante que muestra la banca del Principado.
Un negocio de 33.000 millones
También lo fue por la dura crisis económica que siguió a la pandemia de Covid-19. Aunque estos bancos resistieron la primera oleada mejor que la gran banca comercial gracias a la elevada transaccionalidad en bolsa de sus clientes VIP, lo que les dejó un buen reguero de comisiones al aprovecharse de la volatilidad, la incertidumbre de la recuperación y la bajada de ‘frecuencia’ en los mercados han amenazado sus cuentas desde entonces.
El curso 2020/2021 arrancó con el adiós del mayor exponente de esta banca de altos vuelos. Miguel Matossian tuvo que dejar Credit Suisse tras dos décadas, y su rol fue ocupado por Íñigo Martos. Siete meses después de su traumática salida para la plantilla, Matossian recaló en Banca March como consejero asesor para exportar internacionalmente su modelo de banca patrimonial. En estos momentos, la firma balear está potenciando su negociado en Luxemburgo al tiempo que analiza su entrada en otro país del sur de Europa.
Otro hito fue el cese de Carolina Martínez-Caro como responsable de Julius Baer en España y Portugal en noviembre. El banco aprovechó la coyuntura para transformarse societariamente (de agencia de valores española a sucursal bancaria de la filial luxemburguesa) y para aupar a Sergio de Miguel en lugar de la anterior, quien reporta a Carlos Recoder.
Todas estas pérdidas lo que han supuesto, básicamente, es una deflación de salarios en la primera línea directiva de los bancos privados de Suiza, ya que sus sustitutos han cogido el timón de mando por menos dinero y con menos galones. Aunque, también es cierto, han rejuvenecido la industria con nuevos procedimientos, sobre todo en lo que tiene que ver con la adopción de nuevas tecnologías y una mayor alineación con las directrices globales que marcan desde Centroeuropa.
Desde la entrada en vigor de MiFID II en 2018, “se lleva menos el banquero que va por libre, ahora priman los comités de grupo”, vienen a reiterar varias fuentes financieras consultadas por este periódico.
Según estas fuentes, los bancos privados de origen suizo que dan servicio en España a los altos patrimonios manejan activos por valor de 33.000 millones de euros, aunque de partida UBS y Credit Suisse gestionan por sí solos unos 20.000 millones (algo más del 60%), siendo los dos ‘gigantes’ del sector. El resto se lo reparten Mirabaud, Lombard Odier, Pictet, Julius Baer y Edmond de Rothschild.
A la espera de UBS
Todas las miradas se han dirigido durante meses a UBS, que está pensándose si vender su negocio local a un competidor o simplemente acometer una reducción de costes mediante una reestructuración interna.
Tal y como publicó este diario, los puestos de Pablo Díaz y Fernando Fernández penden de un hilo tras haber llevado a cabo costosos fichajes que no han engordado su balance. Por UBS ya han mostrado interés LGT, de la familia real de Liechtenstein, J. Safra Sarasin, Deutsche Bank e, incluso, en algunos corrillos se habla de que Javier Marín (Singular Bank) está pidiendo 'munición' a su socio Warburg Pincus para meterse en la lista de candidatos si se abriera un proceso de subasta.
De lo que haga UBS dependerá el futuro de la banca suiza. “Si UBS con más de 10.000 millones de euros en España no es rentable, nadie lo será”, considera un importante banquero que prefiere mantenerse en el anonimato. Sus rivales se mueven en volúmenes de entre 1.000 y 2.000 millones.
Por ejemplo, J. Safra Sarasin, que lleva dos años y medio maniobrando para entrar en el mercado español, no ha quitado ojo a A&G Banca Privada. La firma de los Rodríguez-Fraile busca nuevo socio industrial tras recomprar en abril sus ejecutivos y principales banqueros al también suizo EFG International el 40,5% del accionariado que no tenían para hacerse con el control total del banco.
Se cierra el círculo
Y de aquellos polvos, estos lodos. Porque el cisma que abrió en Credit Suisse la salida por la puerta de atrás de Matossian ha provocado la dimisión en bloque de tres relevantes gestores y banqueros privados el pasado viernes: Javier Alonso, responsable de la gestora de activos, Sascha Álvarez-Ossorio e Ignacio Laviña, estos dos ligados a los clientes ultrarricos. Todavía no se conoce su próximo destino.
La banca privada siempre ha sido una industria muy competida, y más lo va a ser con la aparición de Rothschild & Co, que ha recibido la autorización de los supervisores español y suizo para abrir una agencia de valores en España y, por tanto, empezar a atacar el segmento de wealth management. Como pudo confirmar Invertia, el proyecto ha sido asignado a Hugo Martín, que viene a Madrid rodeado de un equipo de banqueros pero con la intención de fichar otros tantos más de aquí a finales de 2021 o principios de 2022, que es cuando empezará a operar en banca privada.
De hecho, y pese al coronavirus, por primera vez en la historia nuestro país ha superado el millón de ricos. Un informe de Credit Suisse prevé que España tenga 1,8 millones de grandes fortunas para 2025, esto es, 657.000 más que ahora.