Los grandes fondos hacen autocrítica ante el cambio climático y urgen a reaccionar para la COP26 de Glasgow
Desde el Acuerdo de París, los bancos han apoyado con 3,8 billones de dólares a las industrias del carbón, el petróleo y el gas.
Noticias relacionadas
- El curioso caso del índice de energías renovables que contamina diez veces más que la bolsa mundial
- La bomba que estalla al Gobierno en pleno mes de agosto: la luz, la gasolina y el gas tocan precios máximos
- El cambio climático se cebará con España, según la ONU: sequías extremas, incendios e inundaciones
El informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) ha sido devastador para el mundo en general y para la industria de fondos de inversión en particular. Las grandes gestoras, que ya llevan varios años acelerando sus planes de sostenibilidad y vanagloriándose de sus resultados, se han dado cuenta de que sus esfuerzos aún son insuficientes en pos de garantizar la viabilidad del planeta y las generaciones futuras.
Además, no todo el sector financiero está remando al mismo ritmo. El primer (nuevo) objetivo es hacer lobby para la COP26 de Glasgow y ponerse todos al mismo nivel.
Según este informe, elaborado por un grupo de científicos auspiciado por Naciones Unidas, los efectos del cambio climático "durarán milenios" y el cambio climático se cebará con países como España, con sequías extremas, incendios e inundaciones.
Hay que presionar más a las empresas, que al fin y al cabo son el motor económico de los países. Y el papel de los fondos es fundamental. “Las empresas han empezado a seguir el ejemplo, pero aún les queda mucho por hacer. Compañías que representan alrededor del 15% del valor de los mercados bursátiles mundiales se han comprometido a reducir las emisiones con la suficiente rapidez como para limitar el aumento de la temperatura a largo plazo a 1,5°C”, según el análisis de Schroders de las empresas que establecen objetivos a través de la iniciativa Science Based Target. Un porcentaje demasiado bajo.
La inversión en tecnologías limpias y en nuevos productos de expansión también está aumentando, “pero con demasiada frecuencia permanece aislada en categorías de productos específicas en lugar de centrarse en el rediseño general de toda su gama de productos”, critica Andy Howard, responsable de Inversión Sostenible de Schroders.
Este informe del IPCC “probablemente ejercerá más presión para lograr un resultado satisfactorio en la COP26 que se celebrará en Glasgow a finales de este año, a pesar de que muchos países todavía tienen que actualizar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y, comprensiblemente, los países en desarrollo insisten en que el mundo desarrollado siga cumpliendo sus promesas en torno a la financiación para luchar contra el cambio climático”, señala Eoin Murray, director de Inversiones del negocio internacional de Federated Hermes.
Como siempre, además de los cambios en la política gubernamental y la regulación que serán necesarios, también debe seguir el capital. “Y aquí es donde la industria de gestión de activos debe desempeñar su papel, fomentando la transición a través del pleno compromiso con las empresas y la integración de las métricas medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG)”, añade el experto de Federated Hermes.
El carbón y los bancos
Llegados a este punto, es lícito hablar del ‘greenwashing’ o ‘ecopostureo’ que muchas entidades financieras están haciendo desde el Acuerdo de París, adoptado en 2015 y en vigor desde 2016. Como denuncia Roland Rott, responsable de Investigación sobre ASG e Inversión Sostenible de La Française, los bancos proporcionaron 750.000 millones de dólares en financiación a las industrias del carbón, el petróleo y el gas en 2020. Esto eleva el apoyo total a 3,8 billones de dólares en los cinco años transcurridos desde el acuerdo parisino sobre el clima.
Es más, recalca el investigador de La Française, los 60 bancos más grandes del mundo (Citi, JPMorgan, Bank of America…) aumentaron su financiación a las 100 empresas más responsables de la expansión de los combustibles fósiles en más del 10%, mientras que la exposición combinada de los dos mayores inversores institucionales del mundo a la industria del carbón supone el 17% de las inversiones institucionales.
En abril, el CDP (Carbon Disclosure Project) publicó un informe en el que se resumían las conclusiones de la primera ronda de respuestas a su cuestionario adaptado específicamente al sector de los servicios financieros. Esta encuesta dejaba un claro titular: las emisiones de la cartera de las instituciones financieras mundiales son, por término medio, más de 700 veces mayores que las emisiones operativas declaradas, y solo el 25% de las instituciones que declaran calculan y notifican estas emisiones financiadas.
“Tanto las instituciones financieras como sus inversores harían bien en adoptar una perspectiva más amplia que la prescrita por las definiciones y los marcos imperantes y apoyar todos los esfuerzos para cambiar la balanza y facilitar una reducción de las emisiones en el mundo real”, anima Rott.
Por ejemplo, el año pasado Nordea Asset Management emprendió y lideró una interacción colaborativa en contra de la construcción prevista de la central eléctrica de carbón Vung Ang 2 en Vietnam. “La construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón resulta intrínsecamente incoherente con los objetivos que el mundo está tratando de lograr en la actualidad”, en opinión de Katarina Hammar, directora de Activismo Accionarial en la gestora nórdica. Durante el periodo de interacción, empresas como KEPCO, Samsung C&T y Mitsubishi Corporation, junto con los bancos SMBC y Mizuho, formalizaron compromisos para poner punto final a su participación en nuevos proyectos de carbón.
Ante la reducción del margen para tomar medidas orientadas a minimizar las repercusiones climáticas y medioambientales, “Nordea AM alberga el firme compromiso de seguir interactuando con nuestras empresas participadas a fin de elaborar planes alineados con las metas del Acuerdo de París que incluyan objetivos con plazos definidos”. De París a Glasgow por el bien de la humanidad, una conferencia que tendrá lugar del 1 al 12 de noviembre.