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Las grandes sagas familiares de la empresa española copan el capital privado. Los últimos en extender sus redes a los activos alternativos no cotizados son los Conesa Alcaraz, dueños de la compañía de transporte internacional Primafrio, que han registrado de la mano de Andbank su propia sociedad de capital riesgo.

La sociedad que han montado se llama Azahar Private Capital SCR. Su capital social es de 1,2 millones de euros y es Juan Ignacio Conesa Alcaraz quien está al frente como representante, aunque por encima está Azahar Global Capital SL como socio y administrador único.

Para su lanzamiento, los Conesa Alcaraz se han apoyado en Andbank Wealth Management como gestora de los activos y en Inversis Banco como depositario de los mismos.

Su objeto social es la toma de participaciones temporales en el capital de empresas no financieras y de naturaleza no inmobiliaria que, en el momento de la toma de participación, no coticen en el primer mercado de bolsas de valores o en cualquier otro mercado regulado equivalente de la Unión Europea, según se desprende del Registro Mercantil.

Sin embargo, como ha podido saber este periódico de fuentes financieras, el vehículo es exclusivamente para la inversión de la propia familia en empresas no cotizadas. Andbank no coinvertirá a nivel institucional con los Conesa Alcaraz y tampoco lo comercializará abierta y proactivamente entre otros clientes de banca privada del grupo. Simplemente les articularán la operativa y administración.

A pesar de que en esta ocasión se quede 'fuera', Andbank se está convirtiendo a pasos acelerados en un banco experto en los activos alternativos, puesto que ya gestiona en este negocio más de 1.000 millones de euros, dando acceso a sus grandes clientes a proyectos relacionados con la economía real: inmobiliario, energía, infraestructuras, deuda, capital riesgo y venture capital.

Salida a bolsa frustrada

La familia Conesa Alcaraz intentó sacar a bolsa un 25% de Primafrio el pasado junio, valorando ese cuarto del capital social entre 1.300 y 1.700 millones y con la esperanza de obtener por ello cerca de 355 millones de euros. Sin embargo, la operación se canceló pocos días antes de su fecha límite por la baja demanda de inversores.

Precisamente, ahora exploran con varios fondos de capital riesgo una posible entrada en su accionariado para reforzar el músculo financiero del grupo, que se dedica a llevar productos alimenticios y hortofrutícolas, sobre todo de la huerta murciana, aunque también productos farmacéuticos y de alto valor (telecomunicaciones, industria o cosmética), tanto por España como por el extranjero.

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