Un científico maneja una tableta en el laboratorio.

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Fondos de inversión

Los fondos de inversión se lanzan a por la apuesta europea por el hidrógeno

El hidrógeno verde promete movilizar inversiones millonarias una vez que se ha convertido en la vía preferente de Europa para la transición energética.

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Los fondos de inversión estrenan nuevo objeto de deseo: el hidrógeno. Los planes de muchas economías desarrolladas, y especialmente de Europa, para avanzar en la descarbonización a través de este elemento ha acelerado en muchas gestoras el desarrollo de nuevos productos que pretenden salir ganando con este cambio de paradigma.

No se trata tanto de invertir directamente en el primer elemento de la tabla periódica como de identificar proyectos, sectores y empresas que vayan a apostar fuerte por el hidrógeno como vehículo hacia su propia sostenibilidad climática. Una estrategia que abre nuevas oportunidades y facilidades a la industria de la gestión de activos conforme los países y corporaciones van trazando sus planes en esta materia.

El entusiasmo en torno a las posibilidades que abre la tecnología del ‘hidrógeno verde’ es tal que, según selectores de fondos consultados por este portal, se ha convertido en la tendencia de más rabiosa actualidad dentro de las cada vez más populares estrategias ASG. Un capítulo en el que se centra desde hace tiempo buena parte del desarrollo de nuevos productos de inversión.

Tecnología preferente

La explosión que se avecina en la inversión en hidrógeno ha sido advertida en multitud de informes de estrategia publicados por distintas firmas internacionales. En uno redactado por los expertos de Bank of America esta misma semana se deja claro: “Si bien una variedad de tecnologías será fundamental [al abordar el cambio climático], varios países han publicado estrategias de hidrógeno, lo que sugiere que se fomentará la producción, el almacenamiento y el uso del gas en el futuro”.

En la misma línea de discurso, desde el banco estadounidense de inversión apuntan que el uso del hidrógeno se ha revelado “clave en las estrategias nacionales”. Algo que este mismo martes ha quedado patente para el caso español, pues el Gobierno ha desvelado que aspira a concentrar un 10% de la capacidad total a la que apuntan los planes europeos.

La hoja de ruta de Unión Europea se ha marcado el objetivo de producir un millón de toneladas de hidrógeno verde para 2024. Y para 2030 la marca asciende hasta los 10 millones de toneladas anuales. En números relativos, el reto va de pasar de un peso del 2% al 14% en el mix energético del Viejo Continente.

Los documentos que maneja la Comisión Europea en este ámbito dan la razón a los analistas por partida doble. De una parte, definen al primer elemento como la “opción más compatible con los objetivos de la Unión de neutralidad emisora y cero polución en el largo plazo”. De la otra, se estima que serán necesarias inversiones de entre 180.000 y 470.000 millones de euros sobre esta tecnología de aquí hasta el año 2050.

Apoyo de inversión pública

Estos últimos números son los que suponen una suculenta tajada en potencia para las gestoras de fondos, especialmente ahora que las administraciones están dispuestas a acompañar proyectos en este sentido con generosas sumas de dinero público. En este sentido, como ocurrió en el pasado con otras tecnologías de energía renovable, el apoyo gubernamental se constituye como una palanca para alcanzar economías de escala y una mayor competitividad en los próximos años.

Dicho de otro modo, la lluvia de millones públicos que se augura a medio plazo se percibe en la industria de inversión como una oportuna aliada para amortiguar el desembolso inicial asociado a estos proyectos de hidrógeno y acelerar su entrada en rentabilidad. Un factor que tampoco pasa desapercibido a los posibles partícipes de este tipo de vehículos especializados.

Esta misma semana, gigantes internacionales de las finanzas tan relevantes como HSBC y Amundi han anunciado medidas a favor de la transición energética que en todo el mundo y especialmente en Europa tiene en el hidrógeno una de sus piedras angulares. Amén en España, donde el Gobierno ha estimado una inversión público-privada de hasta 4.355 millones a través del PERTE energético.

Mientras que HSBC acaba de presentar una hoja de ruta para eliminar la financiación de las centrales de carbón y la minería de carbón térmico, Amundi ha lanzado a través de su marca CPR AM un fondo de renta variable focalizado en “compañías involucradas en cualquier sector de la economía del hidrógeno”.

Listos para el salto

Además, la gestora francesa ha lanzado este producto con el convencimiento de que precisamente del impulso que más pronto que tarde va a suponer la llegada “de niveles de inversión muy elevados por parte de los agentes privados y públicos”. Un reclamo que hace que el número de entidades financieras adheridas a la Alianza Europea del Hidrógeno Limpio no deje de engordar.

Actualmente, entre sus miembros del sector destacan nombres como Natixis, Tikehau Capital, Allianz Capital Partners, BBVA, CaixaBank, Deutsche Bank, Citibank, ABN Amro, ING, Intesa Sanpaolo y Unicredit. Y eso por citar solo algunas de las instituciones financieras con intereses en el mercado de fondos de inversión que ya se están preparando para apoyar la transición energética vía hidrógeno y, a la par, abrir un nuevo frente de negocio.